El reto de la seguridad hídrica en América Latina
3 de abril, (ElPeruano).-Debido a sus múltiples impactos sociales, económicos y ambientales, la seguridad hídrica debería ser un objetivo primordial en las estrategias de desarrollo en América Latina. La demanda de agua en la región se incrementa como consecuencia de estándares de vida más elevados, crecientes tasas de urbanización y la expansión de actividades productivas, como la agricultura para la exportación y los servicios vinculados con el turismo. Lo anterior, más los serios efectos del cambio climático, hace que el concepto de seguridad hídrica cobre relevancia.
Una investigación de CAF (Banco de Desarrollo de América Latina) en 26 ciudades intermedias de 17 países de la región evaluó diversos factores que inciden en la seguridad hídrica, como las fuentes de abastecimiento, las redes de distribución y los distintos usos del recurso. Las conclusiones muestran que el grueso del problema se encuentra en la gestión ineficiente de la infraestructura y de las redes en el interior de la mancha urbana.
El estudio regional sobre seguridad hídrica –analizado durante el 8° Foro del Agua, en Brasilia– señala que el índice de agua no contabilizada (ANC) declarado en las ciudades investigadas está por encima del 40%, mientras que la seguridad sanitaria en los domicilios es un problema que se refleja en indicadores de morbilidad y mortalidad.
Otros resultados indican que apenas el 46% de las 26 ciudades tiene la infraestructura necesaria para cubrir la demanda de agua generada por sus habitantes. Sin embargo, es la demanda ineficiente del recurso el verdadero asunto por resolver en esta ecuación.
Hay un margen muy amplio para mejorar el desempeño de los gestores del agua, desde las agencias que asignan y supervisan la conservación de los recursos hídricos, hasta aquellas que responden por la distribución del agua en las ciudades, su uso en la agricultura, hidroenergía, turismo y otras industrias.
CAF sugiere, en primer lugar, evaluar con mayor criterio la ampliación de infraestructuras de cabecera, especialmente en casos de altos niveles de demanda y pérdida de agua. Al mismo tiempo se debe fortalecer la gestión de la infraestructura troncal con el manejo integrado de los recursos hídricos.
Además, es necesario el continuo perfeccionamiento de la calibración de los modelos de simulación de la escorrentía bajo diversos escenarios climáticos. Y en cuanto al diseño e implementación de políticas públicas, se requiere poner un especial interés en la prioridad de la gestión del agua subterránea –que para el 40% de las ciudades es la fuente más importante de agua– y la protección de las áreas de recarga de los acuíferos.
En suma, para responder eficazmente a los desafíos de la gestión del agua, las soluciones deberían ser analizadas, aprobadas, monitoreadas y reajustadas desde el más alto nivel del Estado, con el fin de alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible.