Foto: AE
Chile apuesta por las renovables en la descarbonización de su energía
Santiago, 20 de febrero. (América Económica).- Con cerca de un 40%, el carbón constituye la principal fuente de generación eléctrica de Chile, según datos del Ministerio de Medio Ambiente. No obstante, el Gobierno y las empresas de la Asociación de Generadoras de Chile, AES Gener, Colbún, Enel y Engie, anunciaron que no se construirán nuevas plantas de carbón “que no cuenten con sistemas de captura y almacenamiento de carbono u otras tecnologías equivalentes”.
Esta decisión, que se enmarca en el programa Política Energética 2050, incluye la creación de un grupo de trabajo, coordinado por el Ministerio de Energía, para determinar las condiciones y un calendario de un cese programado y gradual de las centrales a carbón que no cuenten con dichos sistemas de captura y almacenamiento de carbono.
Este anuncio coincidió con la publicación de un estudio elaborado por PSR-Moray que prevé que la generación térmica se reduciría al 25% en 2030, mientras que el 75% restante provendría de energías renovables.
Así, mientras que las fuentes solares fotovoltaicas (que con una representación del 30%, se convierten en predominantes) y eólicas, sumarían 42%, el 29% llegaría del aporte hídrico. En el 4% restante se incluirían la biomasa, geotermia y la energía obtenida con el sistema de concentrador solar de potencia (CSP).
En busca de un futuro más sostenible. Para Christian Hübner, Director Regional del Programa de Eficiencia Energética y Cambio Climático de América Latina de la Konrad-Adenauer-Stiftung (KAS), “América Latina tiene excelentes condiciones geográficas y climáticas para las energías renovables, además de experiencia en su uso a través de la energía hidroeléctrica y de biomasa”.
Por este motivo, celebró el anuncio del Gobierno chileno y su apuesta por las energías renovables. “Da un paso importante hacia su independencia energética y puede liderar la transición energética en la región”, agregó.
En este sentido, Eduardo Bitrán, vicepresidente de Corfo (Corporación de Fomento de la Producción) destacó “las extraordinarias ventajas de Chile”, que permiten “desarrollar estas energías sin necesidad de subsidios y con mayor rapidez que las energías tradicionales”.
“La singularidad de poseer en el desierto de Atacama la mejor radiación solar del mundo (un 60% de radiación UVB más que en el sur de Europa),en el mayor distrito minero metálico y no metálico, genera oportunidades que solo se podrán aprovechar si las empresas innovan en sus procesos productivos incorporando hidrógeno solar y combustibles sintéticos a las operaciones mineras, por ejemplo”, destacó.
Superando obstáculos. El aumento de la a capacidad instalada y de almacenamiento de energía eólica y solar con sistemas inteligentes de gestión y la creación de redes para su transmisión son algunos de los retos que deben superar las energías renovables en este país latinoamericano, apuntó Hübner, recordando que “Alemania tiene casi los mismos desafíos”. No obstante, a pesar de poseer unas condiciones climáticas menos favorables en comparación con el país latinoamericano, cuenta con una gran inversión en investigación y desarrollo de los sectores público y privado.
Para Bitrán, “Chile es un buen ejemplo de un sistema eléctrico con inversión privada, con un Estado de derecho sólido y un sistema regulatorio transparente y predecible”.
Asimismo, destacó la innovación tecnológica que está promoviendo el Gobierno chileno teniendo en cuenta las especificidades locales y recordó el lanzamiento de la iniciativa 'Solar Minera' en la COP23, celebrada el pasado mes de noviembre en Bonn (Alemania). El proyecto, dirigido a suministrar energía eléctrica renovable a la minería, pretende “abastecer un millón de toneladas de cobre verde al 2030 para el mercado de la electro movilidad”, subrayó.
Ganando la batalla de los dominantes combustibles fósiles. A pesar del incremento que experimentarán las energías renovables en los próximos años, el informe de PSR-Moray mantiene al gas y al carbón en el sistema energético chileno de 2030.
“Durante el proceso de transición del sistema de energía, puede ser necesaria una cierta cantidad de generación de fósiles flexibles para cubrir los tiempos con baja generación de energía renovable”, explicó Sylvie Ludig, investigadora del Instituto de Ecología Aplicada de Berlín, refiriéndose a la imposibilidad de generar energía solar durante la noche y la falta de persistencia del viento.
No obstante, hay razones para el optimismo en la batalla contra los combustibles fósiles que dominan la matriz energética de la región latinoamericana. Ludig, cuya investigación se centra en el futuro del sistema energético alemán, aseguró que “con cantidades suficientes de generación hidroeléctrica y tecnologías de almacenamiento, la cantidad de tecnologías de generación de fósiles puede reducirse significativamente hasta cerca del 0%”.