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Argentina aumentó nueve veces su inversión en energías renovables en 2017
Buenos Aires, 17 de junio, (Télam).- La inversión en energías renovables en Argentina aumentó unas nueve veces en 2017 hasta alcanzar los U$S1.800 millones, comparado con el año anterior, estimó el reporte anual de la organización global REN21.
El Renewables Global Status Report (GSR) destacó que la energía renovable representó 70% de las adiciones netas a la capacidad de generación de energía mundial en 2017, el mayor aumento en capacidad en la historia moderna.
Sin embargo, los sectores de calefacción, refrigeración y transporte, que en conjunto representan alrededor del 80% de la demanda energética global final, continúan muy por detrás del sector eléctrico.
En ese contexto de desarrollo de la generación eléctrica a partir de fuentes renovables, REN21 resaltó que la Argentina en 2017 multiplicó por nueve la inversión en el segmento, situación que se desprende del desarrollo del Programa Renovar.
El plan del Gobierno nacional se lanzó en 2016 con la Ronda 1 y 1,5, en tanto que en 2017 se desarrolló la Ronda 2, las que explican el incremento de proyectos aprobados y de inversiones que comenzaron a implementarse en energía eólica, solar, biomasa, biogás y minihidroeléctrica.
El REN21 resaltó que el gobierno argentino ha hecho obligatorio que los grandes consumidores de electricidad industrial adquieran al menos el 8% de su consumo de energía de fuentes renovables.
El análisis global sobre la evolución de esta fuente energética arrojó que la energía renovable moderna suministró aproximadamente el 10% de la producción global de calor en 2015.
No obstante, en transporte, el 92% de la demanda de energía continúa siendo cubierta por petróleo, y solo 42 países tienen objetivos nacionales para el uso de energía renovable en el transporte.
El informe también mostró que tanto la demanda de energía, como las emisiones de CO2 relacionadas con la energía, aumentaron sustancialmente por primera vez en cuatro años.
Esto se debió “al crecimiento económico en las economías emergentes, así como al crecimiento de la población”, por lo que se desprende que “la absorción de energía renovable no sigue el ritmo de esta creciente demanda de energía y la inversión continua en capacidad fósil y nuclear”.