El gobierno de Japón aprobó el viernes el proyecto de ley que permitirá la abdicación del emperador Akihito, de 83 años, y la llegada de su hijo mayor, el príncipe heredero Naruhito, al Trono del Crisantemo.
Esta será la primera abdicación en Japón en 200 años. Akihito anunció su deseo de dejar el cargo debido a su edad y a preocupaciones de salud el pasado agosto, reactivando un largo debate en el país sobre la sucesión imperial en una monarquía con 2.000 años de antigüedad.
Akihito tenía 56 años cuando llegó al trono en enero de 1989 tras la muerte de su padre, el emperador Hirohito. Naruhito tiene 57. Las mujeres no pueden heredar el Trono del Crisantemo, y el gobierno ha evitado asuntos divisivos como la entrada de las mujeres en la línea sucesoria, reservada únicamente a los hombres.
La única hija de Naruhito es una niña. Su hermano pequeño, el príncipe Akishino tiene un hijo y dos hijas. La pequeña familia real perderá a otro de sus miembros por el próximo enlace de la princesa Mako, una de las hijas de Akishino, que renunciará a sus privilegios al casarse con un plebeyo.