Emen.- La apertura de los mercados y el comercio mundial han sido acusados de provocar masivas pérdidas de empleos durante la última década, pero altos ejecutivos internacionales miran a las máquinas como las verdaderas culpables, reseñó Reuters.
Y aunque los líderes empresariales reunidos en el Foro Económico Mundial (WEF) en Davos saborean la ganancia de productividad que puede aportar la tecnología, también advirtieron esta semana de que los daños colaterales en el empleo deben abordarse más seriamente.
Tecnologías como la robótica, coches sin conductor, inteligencia artificial y la impresión tridimensional hacen que cada vez más trabajos estén en riesgo.
Adidas, por ejemplo, pretende utilizar la impresión tridimensional en la fabricación de algunas zapatillas deportivas.
"Se perderán empleos, se desarrollarán empleos y esta revolución va a ser eterna, no va a tener en cuenta las clases y va a afectar a todos", dijo Meg Whitman, presidenta ejecutiva de Hewlett Packard Enterprise.
Así, mientras que algunos partidarios de Donald Trump y el Brexit confían en que las nuevas políticas gubernamentales recuperen para el país empleos perdidos, economistas estiman que el 86% de las pérdidas de trabajos manufactureros en Estados Unidos se deben a la caída de la productividad, según el informe anual de riesgos del WEF.
"La tecnología es el gran problema y no lo reconocemos", dijo el jueves Mark Weinberger, presidente de la consultora EY, señalando que había una tendencia a culpar siempre a los socios comerciales.
El telón de fondo político está llevando a los CEOs a tomarse más en serio el reto de la formación continua de la mano de obra para mantenerse al día ante el crecimiento exponencial de los avances tecnológicos.
"Creo que lo que estamos alcanzando ahora es un momento en el que quizás tengamos que encontrar carreras alternativas a lo largo de nuestra vida", dijo a Reuters el presidente ejecutivo de Microsoft, Satya Nadella.
En la última década, la tecnología ha hecho perder más empleos que cualquier otro factor, y John Drzik, responsable de riesgo global en el corredor de seguros Marsh, espera más de lo mismo.
"Eso va a plantear desafíos, sobre todo teniendo en cuenta el contexto político", dijo Drzik, quien ayudó a compilar el informe del WEF.