Entrevista exclusiva concedida a Cubaminrex por Carlos Rafael Zamora Rodríguez, director general interino para América Latina y el Caribe en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba.
El próximo 08 de marzo se efectuará en La Habana la Primera Conferencia de Cooperación de la Asociación de Estados del Caribe (AEC), la cual fue convocada de manera conjunta por la Secretaría General de la AEC y Cuba, en su condición de Presidenta pro tempore del Consejo de Ministros de esta asociación.
Carlos Rafael Zamora Rodríguez, director general interino para América Latina y el Caribe en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, respondió varias preguntas al respecto.
—¿Qué importancia reviste la cooperación para los Estados miembros de la Asociación de Estados del Caribe?
—La Asociación de Estados del Caribe (AEC) se concibió, y así se consagra en su Convenio Constitutivo, como un organismo de consulta, concertación y cooperación. La cumbre inaugural que tuvo lugar en Puerto España, Trinidad y Tobago, en agosto de 1995, adoptó la Declaración de Principios de la AEC y estableció el turismo, el comercio y el transporte, como los ejes priorizados en torno a los cuales se trazarían las estrategias de cooperación. Posteriormente, se incorporó la reducción del riesgo de desastres y, en la Cumbre de La Habana, de junio del 2016, se adicionó el enfrentamiento al cambio climático; como muestra de la importancia que le conferimos los países de la cuenca caribeña a esos tópicos. De esta forma, se completan los cinco ejes priorizados que sirven de piedra angular en el diseño de los programas de cooperación de la Asociación de Estados del Caribe.
«Esta revisión histórica nos permite comprobar que desde sus orígenes, la Asociación priorizó las relaciones de cooperación entre sus miembros como vía para coadyuvar al desarrollo de nuestros países.
«La AEC brinda un espacio donde los Estados insulares del Caribe y los continentales, entiéndase Centroamérica, México, Venezuela y Colombia, pueden dialogar e intercambiar experiencias, conocimientos y tecnologías. Aunque desde la perspectiva económica somos considerados naciones en vías de desarrollo, entre todos poseemos una considerable riqueza cultural, científica y de recursos naturales que, compartida, pudiera generar importantes beneficios».
—¿Qué desafíos enfrenta la región caribeña para alcanzar una cooperación más integral, enfocada en el desarrollo sostenible y en el interés de los pueblos?
—Las economías de los países integrados en la Caricom son heterogéneas y presentan grandes asimetrías, abundan las fragilidades internas y las amenazas externas. Según la Cepal, el principal problema de desarrollo que se ha identificado en el Caribe es el nivel insostenible de la deuda acumulada. En el 2016, la carga total de la deuda ascendía a 69,6 % del PIB subregional.
«El aumento de las vulnerabilidades a la seguridad regional como el tráfico de personas y drogas, el contrabando de armas y el terrorismo, han sido reconocidos por Caricom como graves amenazas a la estabilidad social y a la percepción de riesgo de la región.
«Estos fenómenos se revierten en la situación financiera regional, en tanto se acentúa la percepción del área como zona de alto riesgo, lo cual determina las negativas calificaciones que reciben las economías caribeñas de parte de las entidades financieras internacionales.
«El Caribe ha padecido de dificultades en el acceso al financiamiento, debido a que algunos de sus países son considerados como de renta media, en base a criterios superficiales como los ingresos per cápita. Esto se agudiza con la inclusión de varias naciones caribeñas en listas unilaterales de paraísos fiscales.
«Otro de los elementos que inciden negativamente, es la exposición y la vulnerabilidad a los desastres naturales. Según el Banco de Desarrollo del Caribe, en el periodo 1988-2012, las pérdidas materiales por este concepto ascendieron a más de 18 billones de USD.
«La República de Haití es un ejemplo de lo anterior. El mundo conoció de los embates del huracán Matthew sobre ese país. Ante las consecuencias catastróficas y la amenaza de brotes de enfermedades, Cuba envió el Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastres y Graves Epidemias Henry Reeve, que durante dos meses prestó atención a las zonas más afectadas.
«Ante estos desafíos, la Comunidad del Caribe debe continuar fortaleciendo su mecanismo de integración, basada en cuatro pilares fundamentales: la integración económica, la coordinación de política exterior, la cooperación funcional y la colaboración en materia de seguridad».
—¿Cuál ha sido el aporte de Cuba a la definición de las prioridades y la concreción de proyectos de cooperación?
—La AEC ha sido siempre un foro de vital importancia para nuestra política exterior, en tanto fue el primer mecanismo asociativo regional en el cual la Revolución Cubana participó plenamente. Gracias a la firmeza de nuestros amigos del Caribe, de aquella etapa, Cuba se incluyó desde el inicio en el proceso negociador como uno de los fundadores de la organización.
«A lo largo de estos 22 años Cuba, en la medida de sus posibilidades, ha puesto a disposición de la AEC su principal riqueza: el conocimiento técnico y científico que posee en las áreas establecidas como prioritarias por la organización.
Hemos participado en la elaboración técnica y en la coordinación de proyectos de cooperación en diversas temáticas.
«En la Segunda Reunión Ordinaria del Consejo de Ministros, realizada en La Habana, en diciembre de 1996, se adoptaron importantes acuerdos que establecieron pautas en materia de cooperación para la AEC. En ese sentido, en dicha reunión ordinaria se instituyó la Zona de Turismo Sostenible y el Comité Especial de Turismo, órgano de la AEC encargado de la atención y la elaboración de políticas sobre el tema. Asimismo, se consagró como una prioridad de trabajo, el desarrollo y funcionamiento del Fondo Especial, como estructura destinada a la búsqueda, gestión, y administración de recursos financieros para los programas de cooperación.
«Y, ya lo hemos apuntado, en la VII Cumbre de la Asociación, efectuada en Cuba, el 4 de junio del 2016, se presentó y aprobó el Programa de Enfrentamiento al Cambio Climático. De esta manera, se incluyó una nueva esfera en el trabajo de cooperación de la AEC, que en la coyuntura actual, representa un tema de vital importancia para el desarrollo de los países miembros, en especial, de los pequeños Estados insulares del Caribe».
—¿Qué impulso se prevé en materia de cooperación después de la celebración de esta Conferencia? ¿Qué importancia reviste este encuentro?
—La realización de este evento persigue evaluar el estado de implementación de los programas de cooperación que se desarrollan en la asociación y, a su vez, contribuir a gestionar recursos para los proyectos que están en ejecución y para otros que se propongan, de conformidad con los ejes temáticos, que están definidos como prioritarios.
«En esta ocasión se seleccionaron, para ser presentados en la Conferencia, los programas Unir al Caribe por Aire y Mar, sobre conectividad y transporte, y el Programa de la AEC para el enfrentamiento al impacto del Cambio Climático en el Caribe. En el futuro podrían realizarse para la cooperación con los Programas de Turismo Sustentable, Desastres, entre otros.
«Originalmente, la reunión fue concebida en los inicios para lograr una participación más significativa de los países y organizaciones observadores dentro de la AEC. Sin embargo, ya esta primera cita se expandirá a otros países, organismos internacionales, así como a fondos, programas y agencias del marco de las Naciones Unidas, que han sido especialmente invitados; en tanto son considerados relevantes, ya sea por las relaciones que tienen con la región caribeña o por su experiencia en los temas sobre los cuales versará la Conferencia.
«La aspiración de los organizadores es que este evento se coloque como parte del programa de trabajo habitual de la AEC, de manera tal que con una frecuencia anual se realicen encuentros de este tipo, donde los gobiernos, los profesionales científicos, y las instituciones financieras, fomenten las alianzas necesarias que contribuyan a mejorar las capacidades científicas, tecnológicas, culturales y económicas del Caribe en función del desarrollo sostenible de la región». (Cubaminrex)