La economía de Venezuela está sumida en una grave crisis, atravesando su tercer año consecutivo de recesión en 2017, con un ritmo de aumento de precios que avanza hacia la hiperinflación, dijo en enero el organismo con sede en Washington.
"Necesitan producir una gran estabilización que sería el único camino hacia adelante para traerle cierto alivio a su pueblo", dijo Lipton en un panel sobre el panorama de América Latina, durante el Foro Económico Mundial que se desarrolla esta semana en la capital argentina.
En medio de una escasez de alimentos y productos de higiene, Venezuela también sufre un clima de alta tensión política y agitación en las calles. Muchos economistas atribuyen los problemas al fuerte desequilibrio fiscal y la intervención del gobierno del presidente Nicolás Maduro.
El recrudecimiento de la crisis económica y las turbulencias políticas incrementó los temores sobre la capacidad del país para pagar sus deudas soberanas y las de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), con unas reservas internacionales menguantes ante una recuperación vacilante de los precios del crudo.
PDVSA dijo que inició las transferencias bancarias para cumplir este mes con pesados pagos de su deuda externa. El gobierno socialista, y principalmente su petrolera, deben cancelar en abril casi 3.000 millones de dólares a tenedores de sus títulos.
"El país en la situación peor (en la región) ahora es Venezuela y espero que encuentren una forma de cambiar su orientación y empiecen a pensar en cómo controlar los problemas, ya sea con (un) programa o sin programa" crediticio del FMI, dijo Lipton, según una traducción al español de sus comentarios.