El ministerio de Seguridad Pública dijo el miércoles que a partir de ese día se reduce de 180 a 90 días el tiempo de estadía como turista dentro del territorio nacional a extranjeros de nacionalidad colombiana, nicaragüense y venezolana.
La institución precisó que ha cerrado el preregistro de solicitudes nuevas de regularización extraordinaria de ciudadanos extranjeros y dijo que las solicitudes que han sido recibidas amparadas en esa medida serán revisadas con detenimiento para determinar quiénes cumplen los requisitos establecidos para ser regularizados.
Una vez cerrado el preregistro, quedarán suspendidas todas las regularizaciones extraordinarias y los extranjeros que ingresen al país deberán mantener su condición de turistas o acogerse al resto de las categorías migratorias ordinarias que establece la legislación migratoria reformada en 2008.
Las regularizaciones extraordinarias fueron establecidas durante la administración de 2009-2014 y continúan con el actual gobierno. Sin embargo, recibieron críticas de sectores profesionales y de la sociedad civil, que cuestionaban la flexibilidad para otorgar permisos de permanencia legal en el país.
Los críticos a las medidas migratorias previas aseguraban que muchos extranjeros podían ingresar con facilidad como turistas para luego quedarse trabajando al margen de la ley. Por ello, hay sectores que exigen que se soliciten visas.
Las autoridades migratorias admiten que el país no estaba preparado para recibir a un gran número de extranjeros pero consideran que hay que ser cuidadosos al establecer mayores controles para no afectar la economía y el turismo, cuyo auge en los últimos años en un país dolarizado y de servicios incentivó la inmigración laboral.
De acuerdo con el Servicio Nacional de Migración, solo en 2016 ingresaron más de 700.000 extranjeros entre colombianos y venezolanos, una cifra que casi duplica la de 2010 (404.905 entre esas dos nacionalidades). No se tiene un informe preciso de cuánto de esa gente regresó a su país o permaneció en Panamá, un país de 3,5 millones de habitantes.
Según estadísticas oficiales, más de un cuarto de millón de extranjeros, mayormente de Colombia, Venezuela y Nicaragua -en ese orden- fueron legalizados entre 2010-2016, pero no se tiene informes sobre el número de inmigrantes sin documentos al día.
El involucramiento de extranjeros en actos de delincuencia y crimen, como la reciente captura de una banda de colombianos y venezolanos que clonaban tarjetas de crédito, también arrecia el malestar local ante la ola inmigratoria.