La bolsa inició en 2015 un proceso que buscaba mayores grados de competencia, eficiencia y transparencia para el mercado local de capitales, tomando ejemplo de otros países como Brasil, España, Colombia, México y Canadá.
"Ya no será necesario ser accionista de la Bolsa de Santiago para operar como corredor en dicha plaza bursátil, existiendo otros requisitos que incluyen aspectos legales, operacionales, de riesgo y la exigencia de garantías variables en función de los volúmenes de operación del corredor", detalló en un comunicado.
A raíz del proceso, "se producirá el canje de un millón de acciones de la Bolsa por cada acción actual que poseen los accionistas", de manera de aumentar la liquidez y facilitar la negociación de las acciones de la propia entidad en el mercado, agregó.
La reforma implicó cambios al gobierno corporativo y la obligación que el directorio esté integrado por 11 miembros, con al menos tres directores no vinculados a la Bolsa y a las corredoras, uno de ellos además no vinculado a los emisores inscritos.