Según el último informe de Moody’s Analytics, América Latina continuó perdiendo aceleración en el 2016, al reportar su segundo año de contracción económica. En el presente ejercicio, la economía reportó una caída de 1,3%, después de una ligera contracción en el 2015. La región perdió capacidad productiva en los últimos tres años, después de que el crecimiento se estabilizó en 2012 y 2013. Una anémica inversión ha sido la característica de los últimos años, con el coeficiente inversión a producto disminuyendo en siete de las ocho economías más grandes, excepto en Colombia. Sin embargo, en el 2017 la región dejará atrás la recesión para remontar una ligera recuperación, afirman los autores del informe Alfredo Coutiño, Juán Pablo Fuentes, Jesse Rogers y Emily Mandel
Perspectivas 2017. La región presentará una ligera mejoría dada la proliferación de agendas de reformas estructurales en México y en el Cono Sur, así como el final de las recesiones en Argentina y Brasil, y el contínuo avance de América Central. La mayoría de los países se encuentran en modo de normalización de sus políticas económicas y el consecuente ajuste de sus desequilibrios. La política monetaria ya se ha normalizado en Brasil, Colombia y México, mientras que continúa ajustándose en Argentina, está cerca de la neutralidad en Perú, y permanece expansiva en Chile. La política fiscal se ha estado ajustando en aquellos países con crecientes déficits públicos y endeudamiento. Algunos países necesitarán dejar sus políticas en territorio restrictivo por algún tiempo, lo cual limitará el avance económico de la región. La lígera alza en el precio de las materias primas ayudará en algo, pero no será la principal fuente del crecimiento regional. A pesar de que la demanda externa avanzará lentamente, la competitividad ganada por las monedas latinoamericanas impulsará las exportaciones regionales.
En el 2017 América Latina se beneficiará del regreso de Argentina y Brasil a territorio económico positivo, pero la recuperación de la región estará liderada por Perú en el sur y Panamá en el centro. Colombia avanzará a una mayor velocidad y Argentina repuntará sólidamente. Chile reportará una ligera mejoría. México, por su parte, se desacelerará como resultado del retraso en las inversiones ocasionado por la incertidumbre proveniente de los resultados electorales en Estados Unidos.
Uruguay también reportará una ligera mejoría. Brasil finalmente dejará atrás dos años de recesión, reportando una ligera recuperación. Mientras que Venezuela entrará en su cuarto año de contracción económica. Así, América Latina reportará un avance de 1.4% en 2017, después de una contracción de 1,3% en el 2016. La inflación permanecerá por encima de su objetivo en la mayoría de los países como resultado de las depreciaciones cambiarias acumuladas.
Argentina. En el 2016 la economía se vió afectada por el ajuste macroeconómico del nuevo gobierno, el cual ha sentado las bases para una recuperación sólida. La significativa devaluación del peso y la eliminación de subsidios y controles de precios empujó a la inflación hacia un 45% a mediados del 2016. El gasto público se contuvo para controlar el desequilibrio fiscal, pero empezará a aumentar gracias a la apertura de los mercados financieros internacionales para el país. La economía avanzará un 3% en el 2017, después de una contracción de 2% en el 2016. El sector externo mejorará a medida que se recuperen los precios de las materias primas y Brasil avance en su recuperación.
Brasil. La economía reportó su segundo año de recesión en el 2016, aunque empezó a mostrar señales de haber tocado fondo hacia mediados del año. La economía se encuentra bajo ajuste fiscal y monetario, lo cual ha deprimido la demanda interna. El clima político ha mostrado cierta mejoría, aunque aún permanece cierta incertidumbre. A pesar de que la política económica permanecerá apretada en el 2017, la economía se beneficiará de la competitividad ganada por las exportaciones dada la depreciación cambiaria. El ajuste reducirá los desequilibrios y restaurará la confianza. La economía crecerá un 1% en el 2017, después de una contracción de 3,4% en el 2016.
Chile. La economía se debilitó en el 2016, a pesar de condiciones expansivas en materia fiscal y monetaria. La principal restricción al crecimiento sigue siendo la debilidad de la inversión. La economía requiere profundizar los cambios estructurales para restaurar su capacidad productiva y elevar el crecimiento hacia tasas mayores y más sostenidas.
Las autoridades necesitan normalizar la política económica para reducir los desequilibrios y distorsiones. La economía crecerá por abajo del potencial en el 2017, dada la débilidad de inversión, a una tasa de 2% después de un 1,6% en el 2016. La inflación permanecerá en el rango de 3% a 4%, ante la persistencia de la expansión fiscal y monetaria.
Colombia. El crecimiento en el 2016 fue menor al anticipado en un ambiente de bajos precios del petróleo y los efectos negativos de El Niño. Esto presionó a la inflación, la cual alcanzó su mayor record en los últimos quince años. La alta inflación forzó a restringir la política monetaria con mayores tasas y reducción del crédito. La política fiscal se mantuvo restringida para controlar el déficit. La economía se expandió un 2,1% en el 2016 y se acelerará en el 2017 ante mayores precios del petróleo y mejor ambiente mundial, aunque el crecimiento se mantendrá aún por abajo del potencial. La economía crecerá 3% en el 2017 con una inflación convergiendo a su límite superior.
Mexico. La economía se desaceleró en la segunda mitad del 2016, como resultado del aún débil avance mundial y la creciente vulnerabilidad interna generada por los desequilibrios fiscal y externo. En el corto plazo la economía avanzará a tasas limitadas, ya que el impacto de las reformas tomará más tiempo y será menor al anticipado. En el 2017 las políticas fiscal y monetaria permanecerán ajustadas, lo cual junto a una reducida inversión, limitarán el avance económico a solo 1,8%. Sin embargo, existe una alta probabilidad de que el avance mexicano sea mucho menor dada la posibilidad de políticas agresivas en Estados Unidos que afecten a México. Esto puede incluso llevar a la economía mexicana a una recesión en el 2017.
Peru. En el 2016 la economía salió adelante de la turbulencia mundial generada por la volatilidad financiera y económica, reportando uno de los crecimientos más sólidos de la región. Políticas económicas alineadas y mejores precios para la minería impulsarán el crecimiento en el 2017. Las exportaciones serán un motor importante del crecimiento en el año. El consumo privado se fortalecerá ante menor inflación y mayor estabilidad de la moneda. La economía se expandirá 3,8% en el 2017, después de un 4,2% en el 2016. Un riesgo para Perú está en una mayor desaceleración en China. Un factor positivo será la agenda de inversión en infraestructura del nuevo gobierno.
Uruguay. El crecimiento en el 2016 avanzó a tasas por abajo del potencial ante los efectos negativos de las recesiones en Argentina y Brasil. La industria nacional fue afectada mayormente por la baja en el comercio internacional. Sin embargo, se espera que el comercio intraregional y con China empiecen a mejorar en el 2017, lo cual ayudará a impulsar el crecimiento del año. La economía crecerá 1,8%, después de un 0,8% en el 2016. La baja inflacionaria apoyará al consumo y a la expansión de la inversión en capacidad productiva. Los planes de inversión en infraestructura tanto pública como privada ayudarán a impular a la economía en el 2017.
Venezuela. El ambiente económico continuó deteriorándose en el 2016 a pesar de mayor estabilidad en el precio del petróleo. La alta inflación erosionó el ingreso real y el consumo privado. El poder contracíclico fiscal se redujo dramáticamente ante la aceleración del desequilibrio. La crisis política ha distraido la atención del gobierno para atender el problema de la inflación y estimular el crecimiento. El PIB se contrajo 9% en 2016, después de una caída de 6% en 2015. La recesión se extenderá a 2017, con una contracción adicional de 3,9%. Sin un nuevo gobierno y un consenso nacional, las posibilidades de una recuperación sostenida permanecen reducidas. La mejoría en el precio del petróleo ayudará pero no resolverá los problemas estructurales.
Riesgos. América Latina continuará sujeta a los riesgos externos, particularmente a la volatilidad financiera y a un eventual debilitamiento de la recuperación mundial, con consecuencias depresivas para el mercado de materias primas. En el frente interno, el principal riesgo deriva de un insuficiente ajuste de los desequilibrios macroeconómicos ante políticas económicas débiles. Bajo estas circunstancias, la vulnerabilidad interna debilitará aún más las defensas macroeconómicas de la región ante los choques externos.