La Cámara Argentina de Comercio hizo público su interés por que la Argentina integre el grupo de países que participe del polémico acuerdo Transpacífico, y le envió un guiño al gobierno de Mauricio Macri para que avance en nuevas negociaciones comerciales que derriben las barreras encontradas por la rigidez del Mercosur y las políticas proteccionistas de la administración kirchnerista.
Casi en simultáneo, la Cámara de Comercio de Estados Unidos respaldó el TPP; mientras que el representante de Comercio de EE.UU., Michael Froman, buscaba convencer a pequeños y medianos empresarios de su país sobre los beneficios de derribar barreras comerciales.
La CAC, una de las seis poderosas entidades que conforman el G-6, difundió un informe en donde pide que la administración Macri analice y comprenda “la trascendencia de la liberalización del comercio”, y pidió “detenerse en las señales del mercado mundial que tiende cada vez más hacia la agrupación y a diluir las fronteras económicas a través de las cadenas de valor integradas internacionalmente”.
“No participar de acuerdos de esta envergadura dejaría afuera de sus beneficios e implica riesgos de pérdida de mercado. En este sentido, no hay que descuidar que los beneficios de estos acuerdos sean mutuos y equilibrados, propios de una apertura recíproca”, enfatizó el documento realizado por el Departamento de Economía de la CAC, a cargo del economista Jefe, Matías Bolis Wilson.
La entidad que lidera Carlos De la Vega entendió que “el cambio del gobierno argentino, abre el interés especial por observar los posibles beneficios de un giro en política exterior”, y destacó “de los riesgos de no hacerlo frente a un mundo que tiende a las cadenas de valor integradas de forma internacional”.
Las relaciones comerciales de forma individual con los países firmantes del TPP “representan casi un cuarto del total del comercio exterior del país, lo que significa un riesgo alto ante el potencial desvío de comercio derivado del acuerdo, especialmente para nuestras exportaciones, que podrían sufrir la reducción de ese mercado”. “Buscar nuevos mercados por u$s15.000 millones parece un desafío casi imposible frente a la potencial pérdida de esos compradores”, indicó el informe.
El Trans-Pacific Partnership establece un nuevo marco de libre comercio entre doce países de la región, liderados por Estados Unidos y Japón. Las otras naciones incluidas en el acuerdo son Australia, Brunéi, Canadá, Chile, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam.
La CAC destacó el tiempo “récord” de las negociaciones secretas entre los países participantes para conformar el acuerdo. Como contraparte, señaló que “países integrantes del Mercosur han negociado por más de dieciocho años con la Unión Europea, sin que aún se vea una resolución cercana”.
De acuerdo al Banco Mundial, las doce naciones que componen el TPP contaron, en 2014, con una población, en conjunto, de 810,2 millones de personas, lo que representó el 11,2% del total mundial. Para el mismo período, el PBI sumado fue de u$s27,8 billones, lo que representó el 35,8% del agregado de todas las naciones.
El documento de la CAC sostuvo que “está claro que la liberalización del comercio favorece a los entrantes y deja a terceros sin el beneficio”, y recordó que “la Argentina no ha firmado otros acuerdos importantes como fue el ALCA, propuesto por Estados Unidos y declinado por Argentina y el Mercosur hace diez años”.
Por este motivo, la CAC reclamó al Gobierno nacional que “la Argentina debería revisar su política comercial externa, impulsar cambios de orientación en el Mercosur, y aumentar significativamente su nivel de competitividad actual”.