Bruselas, (EFE).- La Unión Europea (UE) y el MERCOSUR superaron hoy la barrera de volver a intercambiar ofertas de acceso a mercados en la negociación de un acuerdo de asociación, algo que no se producía desde 2004 y que ambas partes perseguían desde que decidieron retomar las tratativas en 2010.
"Es el primer paso para reanudar nuestras negociaciones comerciales", indicó a través de la red social Twitter la comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmström, quien consideró que este paso es "importante económica, política y culturalmente".
La Comisión Europea (CE) informó a través de un comunicado de que se produjo en Bruselas el intercambio de ofertas sobre el acceso a sus respectivos mercados de bienes, servicios y establecimiento y licitaciones gubernamentales".
Tras esta reunión técnica, ambas partes estudiarán las ofertas planteadas y los jefes negociadores volverán a reunirse antes de las vacaciones del verano boreal para "hacer un balance de la negociación y preparar un calendario de reuniones para el segundo semestre del año".
El pasado 8 de abril, en una reunión en la capital belga, Malmström y el ministro uruguayo de Exteriores, Rodolfo Nin Novoa, cuyo país preside actualmente el bloque suramericano, anunciaron que el intercambio se produciría en la segunda semana de mayo.
Malmström reconoció el martes en un debate en el Parlamento Europeo que este progreso se produce al calor del "giro que hemos visto en los cuatro países del MERCOSUR últimamente", en especial con la llegada a la presidencia argentina de Mauricio Macri.
La Comisión -institución encargada de negociar este acuerdo en nombre de los 28 países de la UE- destacó que este primer intercambio comercial desde 2004 era un "paso necesario" para avanzar en el proceso de negociación.
"Ambas partes siguen totalmente comprometidas con esta negociación, en vista de los importantes beneficios económicos y políticos para ambas partes de un acuerdo de asociación UE-MERCOSUR integral, ambicioso y equilibrado", enfatizó.
Las negociaciones para un acuerdo de asociación -que incluye un tratado de libre comercio- entre la UE y cuatro países del MERCOSUR (Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay) comenzaron en 1999 pero se suspendieron en 2004 tras un infructuoso primer intercambio de ofertas de acceso a mercados.
Las negociaciones se retomaron en 2010 en los márgenes de una cumbre eurolatinoamericana en Madrid con el objetivo de volver a intercambiar ofertas en sólo unos meses, algo que se fue posponiendo una y otra vez.
Ese estancamiento se debía a diferencias internas o falta de ambición en los objetivos del acuerdo.
Malmström también admitió en el debate con los eurodiputados que la UE tiene unos intereses ofensivos "fuertes" con el MERCOSUR, pero también "algunos intereses defensivos específicos en los sectores agrícolas".
En abril, trece países europeos, incluidos Francia, Austria y Grecia, pidieron excluir productos agrícolas "sensibles" como los lácteos o las carnes de los intercambios de ofertas con el Mercosur, al opinar que su inclusión tendría efectos negativos.
La comisaria aseguró que el MERCOSUR "ya ha indicado que está dispuesto a mejorar sus ofertas durante la negociación", e hizo hincapié en que el acuerdo "ofrece a los exportadores e inversores de la UE un mercado atractivo" que actualmente les supone, sólo en tarifas y derechos, más de 4.000 millones de euros anuales.
La CE ha asegurado que llevará a cabo una nueva evaluación de sostenibilidad de la parte comercial del acuerdo que cubrirá los derechos humanos y el impacto económico, así como un estudio adicional de los aspectos acumulativos e impactos de los distintos acuerdos de libre comercio en el sector agrícola europeo.
El portavoz del grupo de los Socialistas y Demócratas en la Eurocámara, David Martin, destacó en un comunicado las ventajas que ofrece el acuerdo a la hora de derribar "las medidas proteccionistas actuales" que "significan que amplios sectores de los mercados de bienes, servicios y contrataciones públicas están actualmente fuera del alcance de las empresas europeas".
En cambio, pidió al mismo tiempo "tener en cuenta los intereses defensivos de la UE, sobre todo en el sector agrícola". EFE