En En China’s evolving role in Latin America: can it be a win-win?, estudia las complejidades de las crecientes relaciones económicas y políticas entre China y América Latina y el Caribe: comercio, préstamos e inversiones.
13/01/2016.- En China’s evolving role in Latin America: can it be a win-win?, Enrique Dussel Peters explora la relación entre China y América Latina y el Caribe (ALC), la importancia de un planeamiento estratégico apropiado y de las medidas necesarias para que el vínculo sea beneficioso para ambas partes.
Destaca el rol fundamental de China en la economía global, como primera exportadora, la más dinámica importadora y la segunda fuente de inversión extranjera directa (IED). También señala la particularidad de que el sector público controla el 50% del producto interno bruto, con la propiedad de empresas tanto locales como multinacionales.
El autor señala cuatro tendencias en los vínculos entre China y ALC.
Primero, subraya la estrategia de China, con objetivos de largo plazo basados en la existencia de abundantes recursos naturales en ALC, con áreas de cooperación específicas como comercio, inversión, infraestructura y energía. Esta estrategia se ha traducido en visitas de delegaciones y funcionarios de alto nivel chino a los países de la región, así como en su participación en organismos multilaterales como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). También se ha realizado el Primer Foro de la Comunidad de Estados de Latinoamérica y el Caribe (CELAC)-China, que delineó el plan 2015-2019 focalizado en el crecimiento del comercio y la inversión.
Segundo, describe la capacidad de China de ofrecer “paquetes de proyectos” en ALC que incluyen comercio, financiamiento, inversión y otros servicios, basada en la participación del Estado en la economía. Desde 2000, la región incrementó su comercio con China significativamente, con un saldo deficitario para el Caribe, Centroamérica y México, a la vez que las exportaciones a este destino resultan más concentradas que sus ventas externas totales. Asimismo, la relevancia económica de ALC para China se ha incrementado, convirtiéndose en un importante proveedor de materias primas. Además, China ha aumentado los flujos de inversión directa en varios países de la región. Esta IED proviene de empresas públicas del país asiático y se orienta a la búsqueda de recursos naturales.
Tercero, muestra que China ha hecho compromisos de préstamos para proyectos específicos de energía e infraestructura de transporte en la región.
Cuarto, resalta que ALC y China comparten una profunda relación cultural, que se evidencia en un creciente intercambio educativo y en convenios para la promoción del chino mandarín en varios países de la región.
El autor destaca algunos temas relevantes en las relaciones de China con cinco países de la región:
Argentina: Por una parte, el poroto de soja ha desplazado en términos relativos al aceite de soja en las exportaciones a China. Por otra parte, se han firmado acuerdos de swap y bilaterales para inversiones chinas en el país, con acceso preferencial de insumos y mano de obra china.
Brasil: Ambos países adquirieron relevancia como parte de los BRICS en foros como el G-20 y firmaron una serie de acuerdos de cooperación sobre inversiones, comercio, ciencia y tecnología, entre otros temas. El desafío es lograr que las inversiones chinas fomenten encadenamientos hacia atrás y hacia adelante, evitando la concentración de las exportaciones en pocos productos como el hierro y la soja.
Cuba: Existen acuerdos políticos y económicos entre ambos países sobre inversiones, comercio, educación, cultura, entre otros. Las ventas cubanas al socio asiático se concentran en azúcar y níquel, mientras que hay interés chino en realizar inversión directa en la isla.
México: Según el autor, la relación económica y política tiene dificultades tal como se ha venido planteando. Señala el déficit comercial estructural, la escasa relevancia de la IED china en el país, la falta de una estrategia mexicana de largo plazo con el país asiático y la escasez de conocimiento de China de los intereses nacionales, del marco legal, entre otros.
Venezuela: La relación excede el comercio, con deuda venezolana repagada en petróleo, basada en las reservas del país caribeño y la necesidad de este producto por parte de China.
En este contexto, el autor concluye señalando la importancia de mejorar la capacidad institucional de los países de la región y el conocimiento de la contraparte. Subraya que mientras China está mostrando su estrategia hacia ALC, la región no se ha comprometido en entender el sistema político chino ni sus iniciativas comerciales, de inversión y educación. En este sentido formula algunas recomendaciones de política para mejorar los vínculos entre ambos.
ALC requiere de una estrategia comercial hacia China post-boom de los productos básicos, con el objetivo de alcanzar el desarrollo económico regional.
Las instituciones regionales como el BID y la CEPAL podrían colaborar en la evaluación de los acuerdos ofrecidos por China, así como de los efectos de sus inversiones y a mejorar la calidad contractual de estos acuerdos.
Los gobiernos nacionales deberían identificar intereses del sector público, privado y académico y definir estrategias comunes hacia China.
Los países de ALC deberían establecer grupos de trabajo con China, para promover la transparencia y mecanismos de promoción y evaluación.
Los acuerdos de comercio e inversión deberían tener entendimiento común y reciprocidad como base para las negociaciones.
El valor del documento reside en mostrar de forma concisa las complejidades que implica la relación con China siempre que esté permeada por el desconocimiento, así como la necesidad de encarar acciones tanto nacionales como regionales para que ese vínculo sea en beneficio de ambas partes.
El documento se encuentra publicado en el siguiente enlace: http://www10.iadb.org/intal/intalcdi/PE/2015/15797.pdf