El sector exterior de los países de América Latina y el Caribe sigue perdiendo fuelle. Las exportaciones de la región caerán un 6% en el año en curso, según una proyección del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) elaborada con datos de 24 países del subcontinente y que ha sido hecha pública ayer.
Los técnicos de la institución destacan que el débil crecimiento de los volúmenes exportados este año será insuficiente para promover una mejora del desempeño comercial de la región, fuertemente dependiente de la cotización de las materias primas en los mercados internacionales. Con 2016 son ya cuatro los descensos anuales consecutivos en el valor total de las exportaciones latinoamericanas.
Sin embargo, y pese a lo preocupante de la nueva caída, el descenso será sustancialmente inferior al registrado en 2015, cuando las exportaciones se desplomaron un 15%. Detrás de esta mejora —exigua para convertirse en un punto de inflexión—, un factor destaca por encima de resto: el repunte en el precio de las commodities tras el batacazo del año pasado.
La contracción comercial de la región refleja principalmente la caída de las exportaciones hacia Estados Unidos (-5%), que pese a todo sigue siendo su primer socio comercial, y hacia el resto de países de América Latina y el Caribe (-11%). Ambos descensos explican las tres cuartas partes de la caída total. En menor medida, también tiene incidencia la rebaja de las exportaciones hacia otro país que se ha convertido en vital para las economías latinoamericanos, China (-5%); hacia el resto de Asia (-4%) y la Unión Europea (también un 4% en negativo). En general, la reducción de las importaciones desde la región por parte de los principales socios externos ha sido, en los últimos años, similar a la de sus importaciones totales, excepto un caso: el de la UE, donde la recuperación de su demanda total no se ha reflejado en las compras a los países de Latinoamérica y el Caribe.
Menos precio, menos ventas
El bajo precio relativo de los productos básicos continúa siendo, según el estudio, la razón principal del pobre desempeño exportador de la región en el año en curso. A pesar de que las cotizaciones de los productos básicos han mejorado levemente en lo que va de 2016 y exhiben signos de estabilización, siguen estado por debajo de los niveles previos al derrumbe de finales de 2014, con dos excepciones: el azúcar, por las sequías sufridas en varios países productores de caña, y el oro, convertido en valor refugio en tiempos de turbulencias en los mercados de capitales. El precio de la soja y el café también ha vivido una cierta recuperación, pero aún permanece en niveles inferiores a los previos al derrumbe de finales de 2014.
Por países, como viene siendo una constante en los últimos años, las peores noticias proceden de Venezuela. Allí, el valor total de las exportaciones se hundirá este ejercicio un 32%, tras el desplome del 51% sufrido en 2015, según fuentes no oficiales consultadas por el BID ante las dudas que suscitan las estadísticas que presenta, no con la regularidad deseada, el país sudamericano. En su caso, las disminuciones en el nivel de exportaciones son comunes a todos los destinos. La explicación de la reducción generalizada es, según el BID, el todavía débil precio del petróleo, de cuya venta la economía venezolana es altamente dependiente.
Las caídas también son reseñables en dos países caribeños, Trinidad y Tobago (-26%) y Belice (-24%), y en Bolivia (-22%). En este último caso, la reducción de los envíos al resto de Sudamérica (-36%), muy especialmente a Argentina y Brasil a raíz de los menores precios de los hidrocarburos, explica casi en su totalidad el batacazo. Por su parte, las exportaciones de minerales en bruto se estancaron, y las de manufacturas —la mayoría basadas en recursos naturales— registraron un ligero incremento.
Barbados y Guyana, la mejor evolución
En el lado contrario, Barbados (+27%) y Guyana (+26%) registraron las mejores tasas de evolución de las ventas al exterior seguidos de Costa Rica (+7%). En este último caso, la UE y Estados Unidos son los responsables del crecimiento de las exportaciones costarricenses. Solo los embarques destinados a China registraron una contracción (-22%). Las ventas a través de regímenes especiales de comercio, alrededor de la mitad del total, crecieron 14%, y las originadas en el territorio aduanero general solo 2%. En el primer grupo se destacan los equipos de precisión y médicos, y en el segundo el banano y la piña.
Para el año que viene, el coordinador del estudio, Paolo Giordano, espera una mejora en las exportaciones de la región que debería materializarse en una reversión de la tendencia contractiva de los cuatro últimos ejercicios gracias a una prolongación del aumento de precios de los productos básicos en los mercados internacionales, así como a una recuperación del comercio intrarregional.
Los países que, como México, Argentina o Colombia, han registrado depreciaciones de su tipo de cambio real podrían además aprovechar el aumento de su competitividad para estimular sus exportaciones manufactureras y aumentar la diversificación comercial, reduciendo así la enorme dependencia regional de las materias primas. "Una aceleración de la demanda de Estados Unidos y de China podría sostener las exportaciones de América Latina y el Caribe, pero el resurgimiento de políticas comerciales proteccionistas podría afectar el pronóstico", cierra.
El País