Roma (PL).- La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) planteó hoy su disposición a participar activamente en la lucha internacional contra el virus del zika, cuya propagación va en ascenso.
"La FAO, con sus recursos y experiencia, está dispuesta a hacer lo que le corresponda frente a esta emergencia, que sigue evolucionando", señaló el director general de la institución, José Graziano da Silva.
Una medida fundamental para combatir la propagación de la enfermedad es intensificar el control de las poblaciones de mosquitos en las zonas afectadas y aquellas en riesgo, recordó el experto.
Como organización líder de las Naciones Unidas para la sanidad animal y el control de plagas, "la FAO puede ayudar a los países afectados con intervenciones específicas", expresó.
Con su experiencia, la entidad puede ayudar a que las personas y el medio ambiente no vean amenazada su salud ni se enfrenten a otros riesgos derivados del uso inadecuado de productos químicos potencialmente peligrosos, agregó.
Al menos a corto plazo, es probable que "veamos un fuerte aumento en el uso de insecticidas para rociar las poblaciones de mosquitos o tratar las aguas", observó.
"Un conjunto de actuaciones posibles más inmediato y relativamente simple para combatir la propagación del virus del zika, es asegurarse que se eliminan las aguas estancadas que los mosquitos usan para reproducirse", contrastó.
A juicio de la FAO, las comunidades deben ser ayudadas para garantizar la limpieza de los bebederos de agua de los animales, así como de otros depósitos y zonas con agua estancada.
Cuando resulte necesario el uso intensivo de insecticidas, es esencial que se haga con gran cuidado a fin de garantizar la inocuidad para los seres humanos y proteger la cadena alimentaria de cualquier contaminación, recalcó Da Silva.
"En este aspecto estamos en situación de proporcionar apoyo a los países y regiones afectadas para combatir la propagación del virus del zika", enfatizó.
Mediante un programa conjunto con la Organización Mundial de la Salud, la FAO, desarrolló una serie de recomendaciones sobre la gestión adecuada de insecticidas, ilustró el funcionario.
Por ejemplo, es importante que se utilicen plaguicidas de alta calidad y se mezclen de acuerdo a las instrucciones del fabricante, para promover tanto la eficacia como la inocuidad, agregó.
Además por su trabajo en el seguimiento de los patrones del clima, FAO está en condiciones de analizar los movimientos y cambios en los hábitats de los mosquitos vectores Aedes que pueden ser importantes para mitigar y prevenir la enfermedad.
El bagaje de la FAO en el control de enfermedades de los animales puede ser beneficioso para los países de América Latina y el Caribe para hacer frente a este problema, indicó el pronunciamiento.
Una posible solución a largo plazo es la técnica del insecto estéril que se ha desarrollado en el Programa Conjunto FAO-OIEA de Técnicas Nucleares en la Alimentación y la Agricultura, sugirió la entidad de Naciones Unidas.
Nuestra vasta red de empleados sobre el terreno, que durante décadas ha trabajado con comunidades y familias, puede transmitir los mensajes adecuados sobre salud e inocuidad a las personas que más los necesitan, expuso la FAO.
"El costo humano de esta emergencia es potencialmente devastador y tenemos que trabajar en estrecha colaboración para garantizar que queda bajo control", resumió Da Silva.