n el marco del programa de innovación empresarial, CAF apoyó a empresarios, agentes de conocimiento y gobierno para impulsar la agenda de innovación del país
Países como Irlanda, Alemania, Estados Unidos o China han demostrado que las inversiones en tecnología e innovación son la clave para tener un crecimiento económico robusto, entre otras razones porque estas propician un aumento de la productividad y competitividad de las empresas.
En un intento de incentivar la financiación de la I+D+i, el Plan Nacional de Desarrollo Todos por un Nuevo País, impulsado por el gobierno colombiano, definió como visión para el 2025 que Colombia se convierta en uno de los tres países más innovadores de América Latina, a través de inversiones en I+D+i que ronden el 1% del PIB. Se espera que el sector privado aporte el 50% de los fondos.
Actualmente el Sistema de Ciencia, Tecnología e Innovación de Colombia es pequeño comparado con los referentes regionales: el gasto en I+D es del 0,2% del PIB, mientras que en Brasil, por ejemplo, es del 1,2%, y en los países de la OCDE del 2,4%.
En un espacio colaborativo ofrecido por CAF-banco de desarrollo de América Latina-, en apoyo del Consejo Privado de Competitividad y los líderes de innovación de las empresas pioneras en I+D+i en Colombia, se generaron 90 iniciativas enmarcadas en cinco ejes estratégicos: financiación, capital humano, propiedad intelectual, articulación de actores y calidad y pertinencia.
Estas propuestas se enviaron al Departamento Nacional de Planeación como insumo para el CONPES, que define la Política Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación 2015-2025.
Esta experiencia fortaleció la colaboración, alineación y articulación entre los asistentes del sector privado, los agentes de conocimiento y los representantes del gobierno para iniciar un diálogo y generar consensos sobre las prioridades de trabajo en los próximos años alrededor de los temas principales y los habilitadores para fomentar la inversión privada en I+D+i.
Entre las propuestas generadas destacan: estructuración de nuevos instrumentos para financiar la I+D+i; alineación de incentivos para realizar I+D+i entre empresas y agentes de conocimiento; o diseño de indicadores de retorno a la inversión en I+D+i para generar incentivos a empleados.