La Unión Europea se dispone a flexibilizar su oferta agrícola al MERCOSURy pedirá la reciprocidad de los sudamericanos sobre servicios, bienes industriales, compras gubernamentales e indicaciones geográficas de cara a la próxima ronda de negociaciones del acuerdo de asociación birregional.
Las partes volverán a la mesa de las negociaciones en marzo, en Buenos Aires, en el inicio de un bienio que los europeos consideran crítico para definir el acuerdo, buscado desde las primeras reuniones en 1995.
“Tenemos que mostrar que van a ganar algo” con concesiones agropecuarias, un tema “doloroso” para varios países comunitarios, con Francia a la cabeza, admitió a Télam uno de los negociadores de la Comisión Europea al referirse a la exigencia del MERCOSUR de la apertura del mercado agrícola europeo, largamente protegido y el capítulo más sensible de la negociación.
La alta fuente diplomática de Bruselas, quien días atrás tomó contacto directo con las autoridades argentinas para explorar las perspectivas de la ronda de marzo, explicó que para Europa el período 2017-2018 es “zona crítica” para definir las negociaciones.
La alusión es al inicio de la presidencia de Donald Trump en Estados Unidos, que deja muy lejos la aspiración de alcanzar el Acuerdo Transatlántico, y al próximo gobierno en Francia, al que tiene probabilidades de acceder la ultraderecha.
Pero tanto, la Unión Europea y el MERCOSUR “tienen un importante interés y la voluntad de no hacer más difícil el proceso” hacia el acuerdo, que “se firmará cuando sea suficientemente atractivo para las dos partes”, definió la fuente.
La Unión Europea espera los esfuerzos del MERCOSUR para abrir los mercados de bienes industriales, servicios y compras gubernamentales, además del reconocimiento de las indicaciones geográficas, sellos de calidad de reconocidos agroalimentos europeos, en especial quesos y vinos.
En los hechos, Bruselas pide que el MERCOSUR acorte los plazos ofrecidos para la desgravación que conducirá al libre comercio birregional y que amplíe el universo arancelario a desmantelar.
El bloque sudamericano ofreció tiempos de transición hacia el libre comercio de hasta 15 años y la inclusión de 50 por ciento de las posiciones arancelarias a liberalizar en canastas de más de 10 años, de acuerdo con las fuentes.
Los europeos esperan, además, que los cuatros socios del MERCOSUR extiendan la lista de productos que están dispuestos a desgravar y acercarse al 90 por ciento del universo arancelario de la balanza comercial, la cobertura con la que se considera como un intercambio de libre comercio.
Las últimas ofertas, intercambiadas en mayo pasado, resultaron decepcionantes para ambas partes y, aunque “nadie quedó contento y no es el ideal, se demostró que hay suficiente interés para profundizar el trabajo técnico hasta marzo”, sostuvo el diplomático, quien resaltó el esfuerzo político de los dos bloques para presentar aquellas propuestas.
Uno de los aspectos reconocido por Bruselas para reimpulsar las negociaciones, es “la mayor credibilidad” de Argentina a partir del nuevo gobierno, aunque también coadyuvó luego el cambio de escenario en Brasil, “más favorable para las relaciones con Europa”.
A partir de entonces, las relaciones se hicieron más fluidas y la Comisión Europea busca ahora “transmitir confianza en el Mercosur como socio serio”, resaltó la fuente.
El Ejecutivo comunitario, por otra parte, se propone fortalecer el sistema multilateral de comercio, para lo cual trabajará en la preparación de la XI Conferencia Ministerial de la Organización Mundial de Comercio (OMC), que se desarrollará en diciembre de 2017 en Buenos Aires.
Las partes volverán a la mesa de las negociaciones en marzo, en Buenos Aires, en el inicio de un bienio que los europeos consideran crítico para definir el acuerdo, buscado desde las primeras reuniones en 1995.
“Tenemos que mostrar que van a ganar algo” con concesiones agropecuarias, un tema “doloroso” para varios países comunitarios, con Francia a la cabeza, admitió a Télam uno de los negociadores de la Comisión Europea al referirse a la exigencia del MERCOSUR de la apertura del mercado agrícola europeo, largamente protegido y el capítulo más sensible de la negociación.
La alta fuente diplomática de Bruselas, quien días atrás tomó contacto directo con las autoridades argentinas para explorar las perspectivas de la ronda de marzo, explicó que para Europa el período 2017-2018 es “zona crítica” para definir las negociaciones.
La alusión es al inicio de la presidencia de Donald Trump en Estados Unidos, que deja muy lejos la aspiración de alcanzar el Acuerdo Transatlántico, y al próximo gobierno en Francia, al que tiene probabilidades de acceder la ultraderecha.
Pero tanto, la Unión Europea y el MERCOSUR “tienen un importante interés y la voluntad de no hacer más difícil el proceso” hacia el acuerdo, que “se firmará cuando sea suficientemente atractivo para las dos partes”, definió la fuente.
La Unión Europea espera los esfuerzos del MERCOSUR para abrir los mercados de bienes industriales, servicios y compras gubernamentales, además del reconocimiento de las indicaciones geográficas, sellos de calidad de reconocidos agroalimentos europeos, en especial quesos y vinos.
En los hechos, Bruselas pide que el MERCOSUR acorte los plazos ofrecidos para la desgravación que conducirá al libre comercio birregional y que amplíe el universo arancelario a desmantelar.
El bloque sudamericano ofreció tiempos de transición hacia el libre comercio de hasta 15 años y la inclusión de 50 por ciento de las posiciones arancelarias a liberalizar en canastas de más de 10 años, de acuerdo con las fuentes.
Los europeos esperan, además, que los cuatros socios del MERCOSUR extiendan la lista de productos que están dispuestos a desgravar y acercarse al 90 por ciento del universo arancelario de la balanza comercial, la cobertura con la que se considera como un intercambio de libre comercio.
Las últimas ofertas, intercambiadas en mayo pasado, resultaron decepcionantes para ambas partes y, aunque “nadie quedó contento y no es el ideal, se demostró que hay suficiente interés para profundizar el trabajo técnico hasta marzo”, sostuvo el diplomático, quien resaltó el esfuerzo político de los dos bloques para presentar aquellas propuestas.
Uno de los aspectos reconocido por Bruselas para reimpulsar las negociaciones, es “la mayor credibilidad” de Argentina a partir del nuevo gobierno, aunque también coadyuvó luego el cambio de escenario en Brasil, “más favorable para las relaciones con Europa”.
A partir de entonces, las relaciones se hicieron más fluidas y la Comisión Europea busca ahora “transmitir confianza en el Mercosur como socio serio”, resaltó la fuente.
El Ejecutivo comunitario, por otra parte, se propone fortalecer el sistema multilateral de comercio, para lo cual trabajará en la preparación de la XI Conferencia Ministerial de la Organización Mundial de Comercio (OMC), que se desarrollará en diciembre de 2017 en Buenos Aires.