El presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, afirmó hoy que su país afronta una situación "compleja" con la llegada de migrantes que buscan llegar a Estados Unidos y que en muchos casos han quedado varados en su territorio.
En su discurso en la cumbre sobre refugiados y migrantes organizada por la ONU, Solís señaló que la "intensidad y dimensiones" de ese flujo han obligado al país a desviar recursos para atender las necesidades de ese grupo y crear mecanismos para proteger sus derechos humanos.
"Costa Rica es una nación de migrantes", que se han integrado y contribuido al país, dijo el mandatario.
"Sin embargo, en los últimos meses nos hemos convertido en país de tránsito de miles de personas, cuyo fin último es alcanzar mejores niveles de bienestar", recordó en su discurso.
Solís se refería, por ejemplo, a unos 8.000 cubanos en tránsito hacia EE.UU. que quedaron varados el pasado noviembre en Costa Rica cuando Nicaragua cerró su frontera alegando razones de seguridad.
Costa Rica también ha recibido emigrantes africanos que buscaban llegar a ese país, para los que el pasado junio tuvo que abrir dos albergues, luego de que no les permitiera continuar su travesía.
El mandatario reiteró la necesidad de la "colaboración estrecha y coordinada" de los países miembros de la ONU para garantizar la seguridad de los que migran, particularmente para los más vulnerables, los niños, niñas, mujeres y miembros de la comunidad LGBT "a quienes debemos proteger con especial atención".
"El año pasado nos comprometimos a no dejar a nadie atrás. Cientos de millones de personas residen en un país que no es el suyo. Sin su contribución y su inclusión en los esfuerzos de desarrollo, el cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible, será imposible de alcanzar", afirmó. EFE