Santa Lucía, 17 de junio de 2015.- Un nuevo informe del Banco Mundial dado a conocer ayer durante el Tercer Foro Regional Caribeño para el Crecimiento (CGF, por sus siglas en inglés) sugiere que el entorno en rápida evolución alrededor de las exportaciones caribeñas presenta oportunidades y desafíos para un conjunto de economías altamente dependientes de los mercados externos. A pesar del elevado grado de apertura de las economías caribeñas, su participación en el comercio mundial descendió de 3 por ciento en la década de 1970 a casi 0,25 por ciento en 2012.
El informe, “El comercio importa: nuevas oportunidades para el Caribe”, recalca que el comercio juega un papel importante en la creación de puestos de trabajo —las empresas exportadores representan el 34 por ciento del trabajo formal, siendo el mayor empleador de los más pobres. Sin embargo, exportar en sí mismo también hace que el empleo sea más vulnerable a las variables externas.
“Si bien los emprendedores registran mejoras en el clima de negocios, se requiere de un esfuerzo constante para mejorar la facilitación del comercio e incrementar la investigación y desarrollo, así como una educación de calidad para mejorar las capacidades y generar puestos de trabajo bien pagos”, dijo Jorge Familiar, Vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe.
El informe también recalca que el desempeño comercial de la región se ve frenado por la falta de diversificación y la escasa innovación. El número de solicitudes de patente en el Caribe es más bajo que en cualquier otra región del mundo.
Analizando las oportunidades comerciales de reciente surgimiento, el informe muestra que los acuerdos del Mercado Común del Caribe (CARICOM) han impulsado un aumento sustancial en el comercio intrarregional y que un mercado común derivaría en un aumento sustancial de las exportaciones regionales. Mientras tanto, y a excepción de Bahamas, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, Belice y Haití, las exportaciones de los países caribeños hacia mercados emergentes siguen siendo reducidas.
El informe señala tres principales oportunidades para impulsar el comercio y generar un círculo virtuoso de prosperidad compartida en la región:
- Profundizar la integración comercial con América del Norte impulsaría el comercio y aceleraría el crecimiento de la región. Los beneficios para el Caribe de un eventual ingreso en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) sería seis veces mayor a los beneficios derivados de implementar un mercado común Caribeño. Las negociaciones en pos de un tratado de libre comercio Canadá-CARICOM iniciadas en 2007 también deben continuarse.
- Mejorar la promoción del comercio mediante la modernización de los sistemas aduaneros y una mejor conectividad tendría un gran impacto en el comercio. Los esfuerzos regionales para modernizar las administraciones aduaneras y la gestión fronteriza también deben acelerarse. Con la expansión del Canal de Panamá y el esperado aumento en el número de trasbordos, Jamaica, la RD, Bahamas y Haití recientemente instrumentaron iniciativas para modernizar su infraestructura y normativa portuarias.
- Mejorar el entorno de negocios y el clima de inversión será crucial para mejorar la productividad y competitividad. Si bien las economías caribeñas hace poco adoptaron un número histórico de reformas para mejorar la normativa empresarial a nivel local, las compañías exportadoras siguen sufriendo de un bajo nivel de acceso a servicios de electricidad, telecomunicación y transporte, y de la necesidad de políticas para fomentar aún más las capacidades e innovación tecnológica. Se necesitan más esfuerzos para mejorar las capacidades y el acceso a infraestructura y finanzas.
El informe concluye que el potencial para impulsar el comercio y acelerar el crecimiento en la región es enorme. Algunas de sus recomendaciones en materia de políticas fueron discutidas en el Foro de Crecimiento Caribeño de cara a identificar nuevas estrategias para estimular la competitividad, productividad y el espíritu emprendedor.