Madrid, 8 de junio de 2015 (EFE).- Los países de la Unión Europea y la CELAC (América Latina y el Caribe) se han citado esta semana en Bruselas para celebrar su segunda cumbre tras la desarrollada en Chile hace dos años.
La historia de las reuniones entre los países europeos y los latinoamericanos se remonta a 1987, aunque ya existían contactos políticos y económicos desde los setenta.
La primera reunión entre la entonces Comunidad Europea (CE) y el Grupo de Río -integrado por 19 países latinoamericanos- se celebró en 1987 en Nueva York, durante la Asamblea General de la ONU.
Desde entonces, España y Portugal fueron los principales motores del acercamiento transatlántico. Prueba de ello fue la "Declaración Común de Intenciones" para la intensificación de las relaciones con Latinoamérica, aneja al Tratado de Adhesión de ambos países a la CE. El diálogo euro-latinoamericano se institucionalizó con la Declaración de Roma, en diciembre de 1990.
Hasta entonces, la Comunidad Europea había suscrito con esos países acuerdos comerciales no preferenciales, llamados "de primera generación". De ahí se pasó a los de "tercera generación", con esquemas de cooperación avanzados, incluido el diálogo político.
En la actualidad, las relaciones se rigen por acuerdos en el marco de las cumbres UE-CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), y por pactos subregionales -como los establecidos con MERCOSUR, Comunidad Andina, Centroamérica y Caribe- y bilaterales, como es el caso de Chile, México, Brasil o Colombia.
La primera cumbre de jefes de Estado y Gobierno UE-Latinoamérica-Caribe (UE-LAC) tuvo lugar el 28 junio en Río de Janeiro, donde se creó una Asociación Estratégica Birregional, que derivó en la Declaración de Río y un Plan de Acción, destinados a forjar una "asociación estratégica" en varias áreas.
En la segunda cumbre UE-Latinoamérica y Caribe, en mayo de 2002 en Madrid, los participantes ratificaron su compromiso de lucha contra el terrorismo y en defensa de las libertades y de la negociación económica multilateral.
A la tercera, en Guadalajara (México), en 2004, acudió la UE ampliada a 25 miembros. Entonces, se establecieron como prioridades una mayor integración económica intrarregional como fórmula para luchar contra la pobreza.
La cuarta cumbre euro-latinoamericana, en mayo de 2006 en Viena, pretendió reforzar los lazos transatlánticos que, según varias fuentes, habrían perdido peso en la UE tras la ampliación a 25 miembros.
Perú albergó en mayo de 2008 la quinta cumbre, en la que se suscribió la Declaración de Lima, sede de la reunión, que incluyó, entre otros, un programa conjunto contra el cambio climático.
En 2010, Madrid acogió la sexta cumbre, cuyo tema central fue la crisis económica. Se acordó crear la Fundación UE-ALC para fortalecer la asociación entre las dos regiones.
Solo un año después, fruto de esa colaboración regional y el multilateralismo, nació en Caracas la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), en la que se refundieron el Grupo de Río y la Cumbre de América Latina y del Caribe (CALC).
En 2013, Santiago de Chile reunió la I Cumbre de la naciente CELAC en el marco de la VII Cumbre de la UE-LAC, éxito que intenta afianzarse en Bruselas.
En el ámbito de los pactos regionales, la UE y MERCOSUR firmaron en 1995 un Acuerdo Marco Interregional de Cooperación, que entró en vigor cuatro años después. Desde entonces ambos negocian un acuerdo de asociación, pero las conversaciones avanzan con lentitud.
La UE firmó con la Comunidad Andina y con el Sistema de Integración Centroamericana (SICA) sendos acuerdos de Diálogo Político y Cooperación en 2003. Ambas regiones mantienen estrechos lazos con la UE sobre privilegios arancelarios.
En cuanto al Caribe, la UE suscribió en 2000 el Convenio de Cotonú con 78 países de África, Caribe y Pacífico (grupo ACP), que concede elevadas ayudas al desarrollo.
Además, en 2008 la UE y los países caribeños firmaron el Acuerdo de Asociación Económica que tiene como objetivo reforzar los vínculos y promover la integración en la región del Carifórum.
La UE, por contra, no cuenta con acuerdos con la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), el otro importante bloque regional que nació en 2004 como alternativa al ALCA, el tratado de libre comercio impulsado por EEUU.
La Unión Europea es el segundo socio comercial de Latinoamérica por detrás de Estados Unidos y el primero de MERCOSUR, Chile y la CAN. Además, es el primer inversor y primer donante de ayuda entre la Comisión Europea y los Estados miembros.
En materia política, los países UE-América Latina y Caribe mantienen consultas permanentes en el seno de organizaciones internacionales como la ONU y han adoptado posiciones convergentes en temas como el Protocolo de Kioto y la Corte Penal Internacional.