Quito, 25 de mayo de 2015.- El progreso y el bienestar de la gente implica mucho más que “vivir por debajo o por encima de la línea de pobreza”, según los cerca de 30 especialistas, representantes de gobiernos y de parlamentos de 10 países de la región reunidos la semana pasada en Quito.
Los análisis, discusiones y ejemplos de cómo los países ya están adoptando nuevas formas de entender y medir el bienestar servirán de insumos para el próximo Informe sobre Desarrollo Humano para América Latina y el Caribe 2016 “Progreso multidimensional: bienestar más allá del ingreso”, del Programa de la ONU para el Desarrollo (PNUD). El informe se concentra en lo que esta “detrás” de la salida de la pobreza y del ascenso de clases medias en la región: las “capacidades y activos” de las personas y hogares como el nivel de educación, tener casa propia, acceder a la protección social, y otros “colchones” que eviten que las personas caigan en la pobreza.
“Es crucial cuestionar la propia idea del progreso, qué es vivir bien y cómo la gente ha percibido las trasformaciones en nuestras sociedades,” dijo la Subsecretaria General de la ONU y Directora del PNUD para América Latina y el Caribe Jessica Faieta. “También es fundamental centrarse en las exclusiones, discriminaciones y vulnerabilidades sistémicas que todavía afectan las capacidades y oportunidades de los y las latinoamericanas: las nuevas políticas públicas tienen que reflejar eso”.
“Cuando hablamos del "buen vivir" pienso en como potenciar las capacidades de todas y todos los ecuatorianos, como mejorar los servicios sociales, ampliando el acceso a los servicios,” dijo Cecilia Vaca Jones, Ministra Coordinadora de Desarrollo Social de Ecuador. ”Y los testimonios mismos de los usuarios nos ayudan a entender y mejor atender a las diversidades a nivel territorial”.
Percepciones del buen vivir
Encuestas realizadas por Gallup entre 2013 y 2014 procesadas y divulgadas por el PNUD dan una indicación inicial de la percepción de bienestar entre los latinoamericanos y caribeños.
La mayoría (71%) está tan satisfecha con su nivel de vida y con las cosas que pueden comprar y hacer como los habitantes de la Unión Europea y la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (la OCDE, conocida como el club de los países ricos).
Asimismo las y los latinoamericanos y caribeños son los más satisfechos con sus rutinas: un 49% de personas que declararon “estar fuertemente de acuerdo” con la expresión “te gusta lo que haces de manera cotidiana”, comparados con 38% en América del Norte, 37% en los países nórdicos y 20% en Asia Oriental como última entre todas las regiones.
A pesar de lo anterior, en una escala de 0 al 10 la población de la región calificó con un 6.6 su nivel de satisfacción con su propia vida, detrás de los habitantes de América del Norte y países nórdicos (7.3) y de Europa Occidental (6.9).
Además, en América Latina y el Caribe las personas de mayor edad o menor nivel de educación muestran mayores niveles de preocupación, según los resultados de la encuesta. Mientras que el 44% de la población total mostró preocupación, el porcentaje para la población de 50 años o más fue de un 50% y el de las personas con ocho años o menos de educación formal fue de un 49%.
Las percepciones de hombres y mujeres también son distintas. La encuesta reveló que una mayor proporción de las mujeres (46%) que de los hombres (41%) experimentó preocupación, y las mujeres revelaron preocuparse un poco más (33%) que los hombres (29%) por el dinero. Además, más mujeres (27%) que hombres (17%) declararon haber sentido tristeza el día anterior.
La encuesta también revela que el 33% de las y los latinoamericanos y caribeños experimentan estrés, porcentaje cercano a los de África (33%) y Asia y Oceanía (32%), pero considerablemente menor que los de Medio Oriente y Norte de África (52%), y de América del Norte (51%).
Además, alrededor de un tercio (31%) de las y los latinoamericanos y caribeños han experimentado preocupación por el dinero. Sin embargo, mientras menor el ingreso mayor la preocupación por dinero. Las personas que más declararon preocuparse por el dinero según su ingreso (39%) fueron las que conforman al 20% más pobre de la población. Asimismo, el grupo más preocupado por el dinero (35%) tiene entre 30 y 49 años.
“El hecho de que un tercio de la población de la región haya experimentado preocupación por el dinero, según la encuesta, a pesar de que dos tercios (un total de 68% según datos del PNUD) se encuentren en situación de pobreza (el 25% vive con menos de cuatro dólares diarios) o vulnerabilidad (el 38% vive justo por en cima de la línea de pobreza con entre cuatro y 10 dólares diarios), ilustra la importancia de ampliar la mirada más allá del ingreso y el crecimiento económico,” dijo el economista jefe del PNUD para América Latina y el Caribe George Gray Molina.
“El progreso material y la percepción de cambios en la vida cotidiana no siempre coinciden; por ello, estamos aquí en Quito, escuchando de experiencias de vanguardia sobre nociones alternativas de bienestar, como las de Bolivia y Ecuador”.
En las próximas semanas el equipo que prepara el informe recorrerá la región para recoger el testimonio de personas de diversos grupos sociales sobre estos temas para ampliar la noción de lo que significa vivir una vida deseable, cómo cambian estas percepciones dentro de la misma región, entre los distintos, países, territorios, comunidades, familias e individuos. El Informe sobre Desarrollo Humano para América Latina y el Caribe 2016 también utilizara estos datos en recomendaciones de políticas públicas.
Sobre la encuesta Gallup: La información sobre percepciones de bienestar forma parte de la base de datos representativa a nivel nacional de Gallup World Poll, que para efectos de este documento incluye respuestas de más de 19 mil personas de 15 o más años de edad en Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana Trinidad y Tobago, Uruguay y Venezuela.