San José, 23 de marzo de 2015.- De moverse en un tempo animado y rápido durante el Gobierno pasado, la incorporación de Costa Rica a la Alianza del Pacífico cayó en un adagio desde que arrancó la administración del presidente Luis Guillermo Solís Rivera.
El Ministerio de Comercio Exterior (Comex) alega que el cambio en el movimiento era necesario y conveniente al no contar Costa Rica con datos certeros sobre el costo-beneficio de ingresar al bloque compuesto por México, Colombia, Perú y Chile.
Juntos, esos países son hoy la octava economía a escala mundial, son la sexta en el ranking de intercambio comercial, atraen casi un 60% de la Inversión Extranjera Directa (IED) que llega a Latinoamérica y tienen la facilidad de negociar en bloque con los países asiáticos.
Un club con atractivo para una economía abierta a la globalización.
Dos estudios, un final incierto
Empero, el ministro de Comex, Alexander Mora, afirmó que la membresía que tanto ansió en su momento la presidenta Laura Chinchilla, quien inició el proceso de ingreso a la Alianza, ahora dependería de dos estudios técnicos que aportarían datos duros sobre la conveniencia y el impacto que tendría para Costa Rica obtenerla o no.
Comex echó mano de sendas alianzas con la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) y con la fundación Konrad Adenauer para el análisis de las ventajas y desventajas de unirse a la Alianza del Pacífico.
Uno de los instrumentos se llama “Análisis de complementariedad de las economías” que usa un índice de ventajas reveladas.
El otro método es “Simulaciones de efectos en el modelo de equilibrio general computable”.
Sus dictámenes se conocerán a finales de abril o en mayo.
Será hasta que Comex cuente con los datos recogidos en esos informes cuando el Gobierno definirá si mantiene su interés o descarta el ingreso a la Alianza.
Consultas no dieron efecto
¿Por qué son necesarios los estudios que retardan el proceso de adhesión?
¿Es porque el Gobierno anterior no analizó en sus extremos los riesgos de ingresar al bloque?
El ministro Mora descartó esa tesis y explicó que son dos factores los que causan las dudas.
El primer elemento que obligó a efectuar los estudios es el contenido de las respuestas que recibió el Ministerio durante la consulta sectorial.
Para Mora, las opiniones que recolectó su cartera no ofrecían los datos certeros y comprobables que Comex esperaba pues estaban basados en opiniones marcadas por ideologías políticas y con poco o nulo sustento técnico.
Ante ese panorama, el Ministerio decidió suspender el proceso de consulta para darle paso al inicio de los estudios acordados con CEPAL y la fundación Konrad Adenauer.
El segundo hecho que obligó a efectuar tales investigaciones es que al gobierno de Chinchilla no le dio tiempo de analizar el contenido del protocolo comercial que hay que ratificar para ser parte de la Alianza y que, al finalizar la administración pasada, aún estaba en negociación, según el actual jerarca de Comex, por lo que se sumó ese elemento al análisis.
Sea cual sea el resultado, Mora afirmó que el país no ha impregnado con retrasos el proceso de adhesión a la Alianza.
Esto porque aún está a la espera de que el Senado de Colombia apruebe el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Costa Rica, uno de los requisitos pendientes para ingresar a la Alianza, pues el país debe tener firmados acuerdos comerciales con los Estados miembros para poder ser parte del grupo económico.
Comex argumenta que hasta ahora los socios de la Alianza entienden la nueva lógica del Gobierno del presidente Solís y que no han expresado preocupación por la demora de Costa Rica en tomar una decisión que parecía encaminada en meses anteriores.
Más complicado que un TLC
El eventual ingreso a la Alianza implicaría que Costa Rica acepte condiciones complejas, como eliminar la solicitud de visa a los ciudadanos de los Estados miembros, así como llevar a cero sus aranceles sobre el ingreso a productos que se importen desde esos destinos.
Esos requisitos harían compleja la negociación de cualquier acuerdo comercial y requerirían que Comex tuviera un músculo político fuerte para lograr el aval a tales exigencias.
Esa necesidad la confirma un sondeo hecho por EF entre cámaras empresariales privadas e instituciones del sector de comercio exterior, pues hay criterios dispares respecto de revitalizar otra vez el proceso de adhesión a la Alianza del Pacífico.
Opiniones
Jorge Sequeira, director general de la Coalición Costarricense de Iniciativas de Desarrollo (CINDE), cree que el ingreso al grupo “potenciaría el comercio, la inversión y abriría nuevas oportunidades para el país, tomando las consideraciones necesarias para el beneficio de las partes”.
Sequeira afirmó que al estar inscrita Costa Rica como socia de un mercado de mayor tamaño, le permitiría atraer más IED, además de contar con una fuente “interesante” de inversión para proyectos empresariales fuera de la Gran Área Metropolitana (GAM) en ámbitos como la agroindustria, industria alimentaria y manufactura liviana.
Francisco Llobet, presidente de la Cámara de Comercio, aseguró que la entidad está a favor de la Alianza porque, entre otros beneficios, es una iniciativa que, al permitir la acumulación de origen ampliada, favorece la integración y los encadenamientos productivos con los miembros.
La Cámara de Exportadores de Costa Rica (Cadexco) considera estratégica la adhesión a la Alianza, pero apoya la decisión de Comex de buscar criterios independientes y sustentados en datos comprobables antes de que el país tome una decisión, especialmente, en relación con el impacto que tendría la membresía en el sector agroexportador frente al de los otros cuatro países aliados.
José Manuel Quirce, presidente de la Cámara de Importadores (Crecex), ve el paso hacia la Alianza como la apertura de una oportunidad para el país.
“Estaríamos alineados con las economías de mayor crecimiento en el continente, que comparten con nosotros valores democráticos y de libertad”, expresó.
En materia de desgravación arancelaria, opinó que ese reto es superable por el empresariado costarricense.
La Cámara de Industrias (CICR), en tanto, apoya un proceso de adhesión que respete las condiciones negociadas en los tratados bilaterales con los cuatro miembros de la Alianza, como punto de partida.
Costa Rica hace esperar a sus socios
Inicio: El 10 de febrero del 2014 Costa Rica firmó el proceso de adhesión a la Alianza del Pacífico. Casi de inmediato, en esa misma fecha, la entonces presidenta Laura Chinchilla firmó el Protocolo Comercial de la organización de países latinoamericanos, el cual marca la ruta que deben seguir los Estados miembros para adecuar sus normativas comerciales a las políticas de la Alianza. Así, Costa Rica se convertía en el primer país no fundador de la entidad en iniciar el proceso de adhesión.
Diciembre con otro panorama: En diciembre del año pasado el actual ministro de Comercio Exterior, Alexander Mora, informó que durante el primer trimestre del 2015 Costa Rica iniciaría el proceso de formal adhesión a la Alianza.
2015 con golpe de timón: Sin embargo, el proceso cayó en un bache del que no ha salido aún, pues Comex argumenta que las consultas realizadas a entidades gubernamentales y empresariales del sector privado no dieron los frutos esperados. Los criterios que recibió la cartera se basaron en opiniones sin sustentos técnicos o numéricos que permitieran comprobar los beneficios de formar parte del bloque comercial más importante de América.
A la espera de estudios: Ahora la certeza del ingreso de Costa Rica a la Alianza es cosa del pasado, pues el gobierno del presidente Luis Guillermo Solís está a la espera de los resultados de dos estudios económicos y políticos para tomar finalmente la decisión de si el país pasa a formar parte de la Alianza del Pacífico o, por el contrario, si se mantiene como uno de los más de 30 Estados observadores de la iniciativa. El Protocolo Comercial de la Alianza es uno de los puntos que está en análisis, por sus implicaciones y porque el Gobierno anterior no tuvo tiempo suficiente para estudiarlo a profundidad, según Comex.