Ciudad de Guatemala, 9 de febrero de 2015.- La novena edición de los Policy Brief de la Dirección de Inteligencia Económica publicada por la SIECA trabajó el tema titulado: “Reflexiones sobre las implicaciones de la caída en los precios del petróleo”.
En esta ocasión se realizó un análisis de los componentes de oferta y demanda que influyen en los precios internacionales así como algunos efectos del fenómeno en la región centroamericana.
Algunas conclusiones relevantes del trabajo son las siguientes:
En el plano global, la caída observada en los precios del crudo a nivel internacional tiene como origen una conjugación de efectos: por el lado de la demanda se considera aun débil la recuperación económica de importantes consumidores a nivel mundial como la Unión Europea y en menor medida China. Sumado a esto, las proyecciones de crecimiento de la demanda del crudo indican un ligero estancamiento para el 2015. Mientras en 2014 la demanda mundial del crudo creció un 1.2% para el año en vigencia se espera un débil incremento de 1.3%. Por el lado de la oferta, principalmente por el cambio en la política estadounidense sobre el uso de sus recursos petroleros, quien desde principio de 2013 ha incrementado su producción petrolera en alrededor de 1 a 2 millones de barriles diarios, incrementando así la oferta mundial y empujando los precios hacia la baja (The Economist, 2014a).
Según Blanchard y Arezki (2014) los efectos producto de la caída internacional en los precios del crudo son diferenciados a lo largo del mundo: Las economías avanzadas y algunos mercados emergentes importadores de petróleo están posicionados para beneficiarse a partir de un aumento del ingreso de los hogares, menores costos de insumos y mejoras en la posición externa, mientras tanto, los exportadores de petróleo recibirán menos ingresos y sus presupuestos y los saldos de la balanza de pagos estarán en una situación de presión.
En Centroamérica la caída del precio del crudo se espera tendrá efectos heterogéneos a lo interno de la región (The Economist, 2014b), aunque en términos generales, las economías centroamericanas experimentarán al menos en 2015 un mayor dinamismo producto del abaratamiento del crudo. La posición de importadores netos del crudo en la actual coyuntura de precios del petróleo les ha permitido a los países centroamericanos enfrentarse a una factura de importaciones energéticas menor, en paralelo a un abaratamiento de los costos operativos de algunos servicios públicos.
Los precios de los combustibles en Centroamérica tienden a moverse siguiendo la tendencia de los precios del petróleo crudo, y aunque es posible que exista un rezago entre el alza o caída de los precios del crudo y su reflejo en los precios de los combustibles, la evidencia histórica permite suponer que la actual caída en los precios del crudo, eventualmente se reflejará en una caída en los precios de los combustibles en la mayoría de países de la región.
Al analizar las fuentes de energía a nivel regional se nota que Costa Rica y Nicaragua son los países con las matrices de generación menos dependientes de los combustibles fósiles con más del 60% de sus fuentes de energía consideradas como renovables, siendo los países menos susceptibles a shocks externos en lo que respecta a la variación de precios del crudo y, aunque la realidad actual es favorable, son estos países los que experimentan una “menor ganancia” producto del abaratamiento en el costo del crudo.
La caída en los precios internacionales del combustible ha propiciado en alguna medida la reducción en la factura de importaciones asociada a hidrocarburos, así para 2014 la importación de estos productos representó el 14.0% de las importaciones totales (10% en el 2011).
En materia de política económica, según el FMI (2015): “El retroceso de los precios del petróleo también ofrece una oportunidad para reformar los impuestos y subsidios energéticos tanto en los exportadores como en los importadores de petróleo. En los importadores de petróleo, el ahorro generado por la eliminación de subsidios energéticos generales debería canalizarse hacia transferencias más focalizadas, recortes del déficit presupuestario cuando así corresponda, y un aumento de la infraestructura pública si las condiciones son adecuadas”.
En el caso de los países centroamericanos la coyuntura internacional de precios brinda un margen de acción más holgado a las economías para reconsiderar la estructura de impuestos y subsidios energéticos, aprovechando el contexto para el impulso hacia una agenda energética regional que apueste por matrices energéticas más amigables con el medio ambiente bajo una visión de largo plazo.