Washington, 11 de junio de 2015.- La desaceleración económica que está en curso en América Latina plantea desafíos, pero las actuales dificultades también pueden crear oportunidades para abordar problemas profundamente arraigados, señalaron los participantes en una conferencia sobre América Latina.
El 1 de junio se celebró en Washington la conferencia de alto nivel “Retos recientes para el crecimiento y la estabilidad en América Latina en un entorno mundial cambiante”.
La conferencia, organizada por el Fondo Monetario Internacional, reunió en una jornada a expertos regionales, destacados académicos, altas autoridades nacionales y personal técnico del FMI para analizar las dificultades que aquejan hoy a América Latina y las prioridades en materia de política para la región. La conferencia forma parte de una serie de eventos relacionados con América Latina que organiza el FMI como parte de los preparativos para las Reuniones Anuales del FMI y del Banco Mundial de 2015, que tendrán lugar en Lima, Perú.
“La conferencia es una oportunidad importante para dar un paso hacia adelante, para escuchar sus opiniones de manera que juntos podamos trazar una agenda para Lima que nos ayude a abordar los desafíos que tenemos por delante, y reivindicar el futuro más próspero que le espera a la región”, declaró el Primer Subdirector Gerente del FMI, David Lipton, durante el discurso de apertura de la conferencia.
Desaceleración del crecimiento, pese a ciertas diferencias entre los países
La actividad económica en América Latina ha estado desacelerándose por varios años. Se prevé que el crecimiento regional descenderá a menos de 1% en 2015, para después recuperarse moderadamente en 2016, explicó Alejandro Werner, Director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI.
Los panelistas señalaron que si bien hay una desaceleración, se observan diferencias importantes entre los distintos países de la región. Arminio Fraga, ex Presidente del Banco Central de Brasil, sostuvo que los países con fundamentos macroeconómicos sólidos tienen en general perspectivas más favorables en el entorno actual. Los países del norte también se beneficiarían de sus estrechos lazos con Estados Unidos, en tanto que América del Sur está viéndose afectada por su dependencia de las materias primas, explicó Guillermo Ortiz, ex Gobernador del Banco de México.
Charles Collyns, Economista en Jefe y Director Gerente del Instituto de Finanzas Internacionales, añadió que es probable que las tres principales economías de América Latina -Argentina, Brasil y Venezuela- entren en recesión este año. Mario Blejer, ex Gobernador del Banco Central de la República Argentina, advirtió que América Latina, al igual que los mercados emergentes en sentido más general, ha “perdido su dinamismo”.
Gestionar la desaceleración
En la conferencia se analizaron las razones de la desaceleración en América Latina y se debatieron los riesgos que se vislumbran en el horizonte. Los panelistas estuvieron de acuerdo en que en la desaceleración han incidido en forma clave factores externos: las perspectivas de una posible alza de las tasas de interés en Estados Unidos, la fuerte caída de los precios de las materias primas y la desaceleración en China. “América Latina se ha visto afectada por una falta de demanda en las economías avanzadas, que ha agravado la desaceleración de la actividad económica en China”, puntualizó Nathan Sheets, Subsecretario del Tesoro de Estados Unidos.
Carmen Reinhart, de la Universidad de Harvard, indicó que la flexibilidad cambiaria ha ayudado a la región a hacer frente a los shocks externos. “Si los tipos de cambio no hubieran sido flexibles, las realineaciones que hemos observado en la región habrían desembocado en crisis cambiarias”, dijo Reinhart, y añadió que la gestión de las crisis es vital para elevar los niveles de vida en toda América Latina de forma sostenida.
Pero Joaquim Levy, Ministro de Hacienda de Brasil, advirtió que la flexibilidad de los tipos de cambio tiene sus límites. Para sortear este difícil entorno externo, dijo que a América Latina le convendría emprender reformas estructurales, pero “muy precisas”, como por ejemplo mejorando las normativas tributarias y los incentivos para los trabajadores y las empresas. Reinhart añadió que la reforma de los incentivos de las pensiones sería otra política estructural concreta para elevar la tasa de ahorro en América Latina.
Elevar el crecimiento potencial
Los panelistas además reconocieron los notables avances logrados por América Latina desde comienzos de la década de 2000 en lo que se refiere a crecimiento económico, estabilidad financiera y mejoras sociales, incluida una extraordinaria reducción de la pobreza y la desigualdad. Se han afianzado los marcos económicos, se ha mejorado la credibilidad de las políticas y la flexibilidad de los tipos de cambio ha supuesto una importante defensa contra los shocks externos. Pero sin dejar de reconocer estos avances, los panelistas enumeraron una serie de prioridades para elevar la productividad y el crecimiento potencial a mediano plazo:
- Modificar la estructura de incentivos para empresas y personas a fin de reducir la informalidad.
- Mejorar el clima empresarial.
- Diversificar la producción y las exportaciones.
- Incrementar la inversión en infraestructura.
- Fortalecer las instituciones y el Estado de derecho.
- Flexibilizar más el mercado laboral.
- Aprovechar en mayor medida el comercio regional y las cadenas de valor mundiales.
- Mejorar la calidad de la educación.
Shannon O’Neil, investigadora principal del Consejo de Relaciones Exteriores, dijo que América Latina es la región con la brecha más grande entre lo que las empresas dicen que necesitan en materia de aptitudes de los trabajadores y lo que la fuerza laboral ofrece en la realidad. “Más de un tercio de las empresas no pueden conseguir los trabajadores que necesitan”, explicó. Santiago Levy, que se desempeña como Vicepresidente en el Banco Interamericano de Desarrollo, coincidió y agregó que la mano de obra y el capital en América Latina no están siendo asignados de forma óptima, debido a los elevados impuestos efectivos sobre las actividades productivas en la economía formal. Los panelistas además mencionaron los altos y variables costos de logística a los que se enfrentan las empresas interesadas en operar en América Latina.
Varios panelistas destacaron el papel que cumplen las políticas industriales inteligentes a la hora de potenciar el crecimiento. O’Neil dijo que ese tipo de políticas ayudarían a América Latina a ascender en las cadenas de valor mundiales. Sin embargo, Miguel Castilla, ex Ministro de Economía y Finanzas de Perú, advirtió de los errores relacionados con la aplicación de políticas industriales en el pasado. La región también podría esforzarse más para profundizar la integración a través del comercio intrarregional y con otras regiones dinámicas.
Varios participantes indicaron que un enorme desafío para América Latina es el de erradicar la corrupción. Para América Latina, la reforma más importante guarda relación con el Estado de derecho; esa sería el “verdadero factor decisivo”, dijo Ortiz. Andrés Velasco, de la Universidad de Columbia, añadió que la reforma política es una prioridad básica para la región.