Washington, 23 de marzo de 2015 (EFE).- Los crecientes lazos económicos entre Corea del Sur y Latinoamérica y el Caribe han beneficiado de forma extraordinaria la región, pero la relación transpacífica puede crecer aún más si se eliminan barreras comerciales y a las inversiones, indicó el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
En un reciente informe, el BID destacó que el comercio bilateral entre Corea del Sur y la región de Latinoamérica y el Caribe (LAC), ha crecido a una media del 17 % anual desde 1990 hasta alcanzar 54.000 millones de dólares en 2014.
Esta cifra es superior a la tasa de crecimiento del comercio de LAC con Japón, que en el mismo periodo aumentó una media del 7 %, y el conjunto del este de Asia, donde se situó en el 14 % anual.
El informe "Impulsando una relación diversa y dinámica" también destaca que las inversiones directas surcoreanas en la región han seguido una pauta similar de crecimiento: desde 2003 el flujo de inversiones se ha situado en 10.300 millones de dólares.
La publicación del informe se produce antes de que se inicie en la ciudad surcoreana de Busán la reunión anual del BID, a la que asistirán los gobernadores de la institución, cita que incluirá una Cumbre Empresarial Corea-LAC.
Aunque las cifras palidecen en comparación los 289.000 millones de dólares de comercio bilateral que LAC registró con China en 2013, Mauricio Moreira, asesor económico principal del BID para el Sector de Integración y Comercio, dijo a Efe que Corea del Sur está jugando un papel fundamental en el desarrollo de la región.
"La relación con Corea ha crecido bastante, especialmente en los últimos 15 años. En parte gracias a las exportaciones de materias primas al país asiático. Pero la relación con Corea del Sur es más diversificada que con China", dijo Moreira.
El economista del BID destacó que, a diferencia de lo que ha pasado con China, LAC exporta a Corea del Sur no sólo materias primas sino también una buena cantidad de productos manufactureros.
Y lo que es más importante, las empresas surcoreanas han invertido una creciente cantidad de dinero en la región.
"El comercio con China explotó, pero no pasó lo mismo con la inversión directa, al menos en un principio. Pero en el caso de Corea del Sur, comercio e inversiones crecieron de forma paralela. Y lo que es más positivo, el 80 % de esas inversiones directas están siendo destinadas al sector manufacturero", explicó el economista.
"Eso ha ayudado a la región a diversificar su estructura productiva y sus propias exportaciones, lo que todavía no se ve en la relación con China, donde el 80 % de sus inversiones directas en la región están destinadas a minería y agricultura, y muy poco a la manufactura", continuó.
Moreira añadió un elemento adicional que multiplica el valor para Latinoamérica y el Caribe de la implicación económica de Corea del Sur más allá de las frías cifras de ventas.
"En términos de escala, el impacto del comercio con China fue más significativo. Pero en términos de calidad, el impacto de Corea del Sur ha sido más provechoso porque nos ha permitido exportar productos de más calidad y sofisticados y al mismo tiempo se ha producido una transferencia de tecnología muy importante", sostuvo.
Aun así, existe un gran desequilibrio en la relación, ya que el 80 % del comercio bilateral son exportaciones surcoreanas a Latinoamérica y el Caribe.
Pero Moreira considera que la relación de LAC con Corea del Sur es un motivo de "esperanza" de que los vínculos comerciales de la región con los otros gigantes asiáticos, China y Japón, "pueden ser más diversificados".
Como subraya el informe, "para LAC, el comercio con Corea proporciona la oportunidad de participar en comercio intra-industrial con fabricantes surcoreanos de alta tecnología y categoría mundial a la vez que añade valor a los productos agrícolas y mineros gracias al elevado PIB per cápita de Corea".
El economista del BID también cree que "la clave para seguir mejorando la relaciones con Corea del Sur es aumentar la diversificación y, sobre todo, reducir las barreras comerciales".
Algo que se ha iniciado con los tratados de libre comercio firmados por Seúl con Chile, Perú y Colombia, aunque Moreira recordó que siguen existiendo muchas trabas arancelarias con Argentina y Brasil.
En este sentido, el informe refleja que el desequilibrio comercial ha empezado a aminorarse, aunque sea levemente, ya que desde 2003 las ventas de la región han aumentado un poco más, un 16 % anual de media, que las exportaciones surcoreanas a LAC, con un crecimiento del 14 %.
En este aspecto, México y Brasil son los principales importadores de productos surcoreanos, el primero con un 41,4 % del total de ventas de Corea del Sur en la región, y el segundo con un 23,5 %.
Por detrás de estos dos países se sitúan Chile (8,4 %), Perú (3,6 %) y Colombia (3,1 %).
El panorama cambia en cuanto a los cinco principales países en exportaciones a Corea del Sur: Chile (32,9 %), Brasil (29,5 %), México (9,2 %), Perú (9,1 %) y Argentina (6,6 %).