Santiago, 29 de mayo de 2015.- América Latina y el Caribe ha dado un enorme paso hacia la erradicación total del hambre al reducir tanto su porcentaje como número total de personas subalimentadas a menos de la mitad, señala el informe El Panorama de la Inseguridad Alimentaria en América Latina y el Caribe, publicado por la FAO.
Según el informe, en 1990-92, América Latina y el Caribe comenzó el desafío de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) con un 14,7% de su población afectada por el hambre: para 2014-16 esta prevalencia ha caído a 5,5%, con lo que la región cumplió la meta del hambre de los ODM.
La región cumplió asimismo con la meta de la Cumbre Mundial de la Alimentación (CMA), al haber reducido el número total de personas subalimentadas a 34,3 millones.
“La historia de éxito de la región se sustenta en la positiva situación macroeconómica durante las dos últimas décadas y el sólido y continuo compromiso político de los países de América Latina y el Caribe con la erradicación del hambre”, explicó Raúl Benítez, Representante Regional de la FAO.
El informe de la FAO señala que los avances regionales se deben principalmente al éxito que han tenido los países del Cono Sur, pero el compromiso con el hambre se puede ver a lo largo de la región: en total, diecisiete países lograron la meta del hambre de los ODM (más que en cualquier otra región del planeta) y once alcanzaron la meta de la CMA.
Benítez destacó que gracias al crecimiento económico, un mayor gasto público en materia social y políticas públicas focalizadas en los más vulnerables, América Latina y el Caribe hoy representa una porción menor del hambre global.
América Latina y el Caribe sube la apuesta: no sólo disminuir sino erradicar el hambre
Según la publicación de la FAO, la región fue pionera en proponer no sólo la disminución sino la erradicación total del hambre a través de la Iniciativa América Latina y el Caribe sin Hambre, que fue refrendada por todos los países de la región a partir del año 2005.
A ella se han sumado múltiples acuerdos que trabajan hacia la misma meta, como Mesoamérica Sin Hambre y el Plan de Erradicación del Hambre y la Pobreza Hugo Chávez Frías en los países de la Alianza Bolivariana por los Pueblos de Nuestra América (ALBA) y Petrocaribe, además de proyectos y políticas de estado insignes como Hambre Cero en Brasil y la Cruzada Nacional México sin Hambre.
La culminación de este proceso de compromiso político durante las últimas dos décadas fue la adopción por parte de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, CELAC -el principal órgano de integración regional– del Plan de Seguridad Alimentaria, Nutrición y Erradicación del Hambre, en enero de 2015.
Este plan busca potenciar todas las acciones regionales y ha fijado el año 2025 como el límite para acabar con el hambre. “El Plan CELAC representa un compromiso único en su tipo y puede ser uno de los factores que determinen que la actual generación sea la última en convivir con el hambre,” explicó Benítez.
El Panorama de la FAO destaca que el enfoque de la lucha contra el hambre ha cambiado desde una mirada sectorial a un enfoque transversal e intersectorial. Esto ha permitido responder a las necesidades de la población tanto al corto como mediano plazo, abordando las diversas causas del hambre mediante la participación de todos los actores sociales.
Grandes diferencias entre las subregiones
Aunque la región como un todo ha sido la primera del mundo en haber logrado ambas metas del hambre, el progreso ha sido diferente en cada subregión y a nivel de los países.
América del Sur es la que mayor grado de avance ha logrado tanto en la reducción del número de personas subalimentadas como en su prevalencia. Sin embargo, cabe destacar que el mayor número de personas subalimentadas aún se encuentran en esta subregion, cuya población equivale al 65,9% del total regional.
América Central ha logrado reducir el hambre desde 12,6 millones en 1990-92 a 11,4 millones de personas en 2014-2016, una reducción del 10,7% al 6,6% de la población. Sin embargo, es importante destacar que la reducción del hambre en términos absolutos se ha estancado desde 2013.
El Caribe es la subregión más rezagada: actualmente 7,5 millones de personas sufren hambre en dicha subregion, un escaso avance desde 1990-92, cuando el hambre afectaba a 8,1 millones de caribeños. La proporción se redujo sólo 7,2 puntos porcentuales, desde 27% en 1990-92 a 19,8% en 2014-16.
Esto responde en gran parte a la situación de Haití: dicho país responde por el 75% de la población subalimentada del Caribe y enfrenta la situación más crítica de toda América Latina y el Caribe.