Ginebra, 20 de enero de 2015 (AFP).- El número de parados debería aumentar al menos en 11 millones los próximos cuatro años y se están agravando las desigualdades en el mundo, advierte la Organización Mundial del Trabajo (OIT) en un informe publicado hoy martes.
En 2019, más de 219 millones de personas podrían verse privadas de empleo, según este informe publicado en Ginebra.
“Más de 61 millones de puestos de trabajo se han perdido desde el inicio de la crisis mundial en 2008 y nuestras proyecciones muestran que el desempleo se seguirá agravando hasta el final de la década. Esto significa que la crisis del empleo no está ni mucho menos superada y no cabe la satisfacción”, afirmó el director general de la OIT, Guy Ryder.
En la práctica, si la situación del empleo ha mejorado en Estados Unidos, Japón o Gran Bretaña, es y será difícil en varias economías avanzadas, sobre todo en Europa.
La OIT no prevé una reducción significativa del paro en Francia hasta 2017, cuando podría situarse en un 9,9%, contra 10% en 2015. En Alemania, hasta podría aumentar de un 4,7% este año a un 5%.
“Las políticas de austeridad, sobre todo en Europa, han contribuido al espectacular aumento del desempleo. No creo que fueran inevitables”, indicó Ryder.
Las perspectivas laborales se han deteriorado mucho en el mundo árabe y en ciertas regiones de América Latina y el caribe, debido sobre todo a la brutal caída de los precios del petróleo y gas. En cambio, esta situación podría mejorar las perspectivas de empleo “en numerosas economías avanzadas” y en varios países asiáticos, señala el informe.
Los jóvenes trabajadores de 15 a 24 años, muy afectados por la crisis actual con un índice mundial de paro que ronda el 13%, lo seguirán sufriendo los próximos años aunque de manera desigual.
En los países desarrollados, el desempleo juvenil debería bajar globalmente de aquí a 2019 (más de 3 puntos en España o Grecia); en cambio, debería registrar una subida significativa en Oriente Medio (hasta un punto en Arabia Saudí, 8 puntos en Omán) y en Asia del sureste (hasta dos puntos en China o Malasia).
Esta lentitud de la recuperación del empleo y la inestabilidad social derivan de “las desigualdades crecientes y persistentes” y de las “perspectivas inciertas en materia de inversión de las empresas”, según esta entidad de la ONU.
“Si el bajo nivel salarial obliga a la gente a consumir menos y la inversión es modesta, las repercusiones serán negativas para el crecimiento”, estimó Ryder.
“En ciertas economías avanzadas, las desigualdades de ingresos se acercan ahora a los niveles observados en las economías emergentes, que, por el contrario, han realizado avances que reducen su alto nivel de desigualdad”, añadió.
Según el informe, las desigualdades de ingresos van a seguir aumentando: el 10% de los más ricos ganarán de un 30 a un 40% del ingreso total, y un 10% de los más pobres ingresarán de un 2 a un 7% de ese total.
La OIT advierte de que “la inestabilidad social es particularmente aguda en los países y regiones donde el desempleo juvenil es alto o crece rápido”. Subraya que el número de alteraciones sociales es hoy en día “un 10% más alto que antes de la crisis” de 2008.
El patrimonio acumulado del 1% de los más ricos del mundo superará en 2016 el de los 99% restantes, afirmó Oxfam en un estudio publicado ayer lunes. Según la oenegé, “la proporción del patrimonio mundial que poseen el 1% de los más ricos pasó de un 44% en 2009 a un 48% en 2014 y superará el 50 % en 2016”.