Washington, 21 de mayo de 2015 (PL).- Delegaciones de Cuba y Estados Unidos celebran hoy en esta capital una nueva ronda de conversaciones sobre el restablecimiento de sus vínculos diplomáticos, la apertura de embajadas y el funcionamiento de las mismas.
Encabezadas por la directora general de Estados Unidos de la Cancillería cubana, Josefina Vidal, y la secretaria asistente de Estado para los Asuntos del Hemisferio Occidental, Roberta Jacobson, las partes retornan a la mesa de diálogo en un escenario que consideran favorable para avanzar en sus objetivos de acercamiento, tras décadas de hostilidad norteamericana.
Las reuniones previas tuvieron lugar el 22 de enero en La Habana, el 27 de febrero en Washington y el 16 de marzo en la propia capital de la mayor de las Antillas, pero la de hoy transcurre en un contexto más distendido.
Destacan entre las señales positivas la decisión del presidente Barack Obama de excluir a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo, que debe hacerse efectiva el 29 de mayo, y la gestión para garantizar los servicios bancarios de la sección de intereses de la isla aquí.
En los últimos días, funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores de la nación caribeña y del Departamento de Estado coincidieron en emitir declaraciones constructivas, que sumadas a los citados progresos generan expectativas en la nueva ronda.
A partir del anuncio conjunto, el 17 de diciembre, por Obama y el presidente Raúl Castro de avanzar hacia el mejoramiento de las relaciones bilaterales, y de la actual situación, fuentes al tanto del proceso esperan resultados como el restablecimiento oficial de los vínculos diplomáticos.
También prevén que se definan las fechas de apertura de las embajadas en La Habana y Washington.
Sobre la mesa están temas complejos, entre ellos el alcance de acuerdos que aproximen a las partes de cara al cumplimiento de la Convención de Viena sobre diplomacia.
Cuba defiende un estricto apego a los principios de ese instrumento internacional, traducido en la no injerencia y el cese de las actividades subversivas en su territorio por personal recogido en la Convención.
Estados Unidos, a su vez, reclama libertad de movimiento para sus funcionarios en la isla, ante restricciones vigentes, que son recíprocas.
Aún no se ha confirmado que las conversaciones culminen con una rueda de prensa o un comunicado con anuncios concretos.
De cualquier manera, los logros en la arena diplomática estarían aún lejos de representar la normalización de los nexos, con la cual ambos países muestran compromiso.
Cuba insiste en que el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto hace más de medio siglo sigue vigente, al igual que la ocupación del territorio de la Base Naval de Guantánamo.
Asimismo, continúan las transmisiones ilegales de radio y televisión y las acciones que desde el poderoso vecino apuntan al viejo objetivo del cambio de régimen.