Santiago, 3 de marzo de 2015.- La voluntad política y los cambios en la estructura productiva y en el sistema fiscal son esenciales para combatir la desigualdad en América y el Caribe, según coincidieron altos funcionarios de las Naciones Unidas y representantes de Gobiernos, de la academia y de la sociedad civil durante un debate celebrado en la sede de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
María Fernanda Villegas, Ministra de Desarrollo Social de Chile; Jorge Coronado Marroquín, representante de la Red de Justicia Fiscal de América Latina y el Caribe, y Ricardo French-Davis, docente de la Facultad de Economía de la Universidad de Chile, participaron en una mesa redonda sobre Desafíos del combate a la desigualdad en América Latina y el Caribe donde Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de Oxfam Internacional presentó el informe Iguales. Acabemos con la desigualdad extrema. Es hora de cambiar las reglas.
Por parte de la CEPAL intervinieron la Secretaria Ejecutiva, Alicia Bárcena; el Director de la División de Desarrollo Económico, Daniel Titelman, y la Oficial a Cargo de la División de Desarrollo Social, Nieves Rico, quien moderó el debate.
Alicia Bárcena presentó la Trilogía de la igualdad, compuesta por los últimos tres documentos de posición de la CEPAL, en los que se plantea que la igualdad es el principio ético y fin último del desarrollo, pero para alcanzarla no es suficiente aplicar políticas sociales, sino promover un cambio estructural que permita diversificar la economía, desarrollar el sector industrial, elevar la productividad y aumentar la inversión. La política es el instrumento para lograrlo, remarcó.
En esa línea, el organismo propone una nueva ecuación entre el Estado, el mercado y la sociedad que se refleje en pactos sociales en siete áreas, entre ellas la fiscal. “El Estado debe seguir imprimiendo mayor progresividad a las políticas fiscales y el gasto público”, subrayó la Secretaria Ejecutiva. Alicia Bárcena indicó que al disminuir la desigualdad se reduce también la pobreza, que se estima que en 2014 afectaba a 167 millones de personas en América Latina.
En contraste, la Directora Ejecutiva de Oxfam Internacional apuntó que en 2002 en América Latina y el Caribe 25 personas tenían una riqueza superior a los 1.000 millones de dólares, y 12 años después ya eran 114 quienes acumulaban esa cantidad de dinero. La suma de esos 114 patrimonios representa 76% de la deuda externa de toda la región (439.000 millones de dólares). Byanyima hizo un llamado a los gobiernos de la región para que estos “representen los intereses de su ciudadanía y no de élites minoritarias, garantizando sus derechos mediante políticas públicas de calidad, financiadas con recursos suficientes y obtenidos de una forma justa”.
La Ministra de Desarrollo Social de Chile coincidió en que los sistemas tributarios redistributivos contribuyen a reducir la desigualdad y apuntó que se requiere también una nueva generación de políticas sociales que busquen la universalización con un enfoque de derechos, así como la provisión de servicios públicos de calidad que eviten la segregación social.
Jorge Coronado Marroquín, representante de la Red de Justicia Fiscal de América Latina y el Caribe, una asociación que agrupa a 27 organizaciones dedicadas a materias tributarias, añadió que Centroamérica tuvo un PIB nominal de alrededor de 199.000 millones de dólares en 2013, año en que las 965 personas más ricas de la subregión acumulaban en conjunto 128.000 millones de dólares, mientras cerca de 60% de los 44 millones de habitantes de esa zona vivían en la pobreza. Para subsanar estos desequilibrios, Coronado puso énfasis en combatir la evasión y la elusión fiscal.
Ricardo Ffrench-Davis, ex Asesor Regional Principal de la CEPAL, señaló por su parte que la región recauda poco y mal, pero apuntó que en cualquier caso las reformas fiscales no serán suficientes para reducir la desigualdad si no se acomete también un cambio estructural. “Hay que poner mucho empeño en mejorar el nivel de productividad de nuestras pymes y en combatir la informalidad en el mundo laboral”, recalcó el docente de la Universidad de Chile.