La Paz, 25 de febrero de 2015.- El Directorio Ejecutivo del Banco Mundial (BM) aprobó un financiamiento por US$200 millones que fortalecerá el marco legal e institucional de Bolivia para la gestión integral de riesgos de desastres y climáticos.
Cincuenta por ciento de los fondos provienen de la Asociación Internacional de Fomento (AIF), en condiciones concesionales, y el resto del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF).
Por primera vez en 10 años, Bolivia califica para este tipo de financiamiento de políticas públicas, normalmente aprobado para países de medianos ingresos.
Bolivia ha sido afectada frecuentemente por desastres naturales, como inundaciones y sequías, con un impacto social y económico significativo. Desde principios de la década 2000, la gestión del riesgo de desastres ha sido una prioridad en la agenda de desarrollo en Bolivia.
El Ministro de Planificación del Desarrollo René Orellana afirmó: “Desde el 2006, Bolivia vive el Proceso de Cambio y es el gobierno del Presidente Evo Morales, como ningún otro, que promueve el respeto a los derechos de la Madre Tierra. En este contexto, el apoyo ofrecido por el Banco Mundial posibilita el desarrollo de acciones, proyectos y programas de la Gestión de Riesgo de Desastres (GRD) y Adaptación al Cambio Climático (ACC) y la planificación del desarrollo integral; de esta manera, los diferentes niveles de gobierno pueden fortalecer sus capacidades de resiliencia y de gestión de los impactos de cambio climático y los eventos extremos”.
La población, principalmente rural, es altamente vulnerable a esos eventos naturales adversos, por lo que la Constitución del 2009 promovió la integración de la gestión del riesgo de desastres y la adaptación al cambio climático en la planificación del desarrollo a nivel sectorial y territorial.
“Las acciones del Gobierno para responder y recuperarse rápidamente de inundaciones, principalmente en los últimos años, demostraron que se incrementó la capacidad del sistema de respuesta ante desastres en Bolivia”, afirmó Alberto Rodríguez, Director del Banco Mundial para Bolivia, Chile, Ecuador, Perú y Venezuela. “Aún existe vulnerabilidad en muchas zonas. El desafío por lo tanto, es integrar la gestión del riesgo a la planificación y la inversión pública y desarrollar capacidades para responder mejor a los desastres en todos los niveles territoriales. En esa tarea tan importante, el Banco Mundial es un firme aliado”.
Después del impacto profundo de las inundaciones de comienzos del 2014, que generaron 50 víctimas fatales, 411.500 damnificados, y daños por un monto aproximado de US$384 millones en los departamentos de Beni, Chuquisaca, Cochabamba, Potosí y La Paz, el Gobierno del Estado Plurinacional de Bolivia elaboró el Plan Patujú, un plan integral de reconstrucción y recuperación para ayudar a las áreas afectadas por esos desastres, incluyendo medidas de prevención y de reducción de riesgos.
El proyecto apoya los esfuerzos de Bolivia para fortalecer sus instrumentos jurídicos e institucionales para hacer frente a los desastres naturales relacionados con el clima. Entre ellos se destaca la Ley de Gestión de Riesgo de Desastres, aprobada el 14 de noviembre. El programa ayudará a implementar la nueva norma, priorizando tres componentes: el fortalecimiento de la reducción del riesgo de desastres y la adaptación al cambio climático; el mejoramiento de la coordinación institucional para el manejo y la respuesta a emergencias; y, la disminución del impacto fiscal y el incremento de la capacidad financiera de Bolivia para responder a desastres.
Bolivia es un país altamente vulnerable al cambio climático, el derretimiento acelerado de los glaciares es un claro ejemplo. Las acciones de adaptación al cambio climático tienen el fin de apoyar a la población y buscar que las economías puedan mantener su nivel de bienestar bajo condiciones sistemáticamente cambiantes. El Banco Mundial ha jugado un papel prominente en los últimos años a partir del apoyo financiero y asistencia técnica brindados a diferentes sectores, convirtiéndose en un socio importante para Bolivia.
El Programa será ejecutado hasta mediados del año 2016. El crédito de la AIF tiene un período de repago de 25 años, con cinco años de gracia, y el préstamo del BIRF tiene un plazo total de reembolso de 20 años con 19.5 años de gracia.