Santo Domingo, 2 de febrero de 2015.- El 2015, aunque ha recibido buenas proyecciones económicas, tanto a nivel internacional como a nivel local, trae varios retos, y en el caso de República Dominicana, uno de gran importancia es el que concierne a la adecuación de las zonas francas, ya que este es uno de los sectores que más generan empleos en el país.
En el análisis de la coyuntura internacional del Banco Central, se indica que según lo establecido en el Acuerdo de Subvenciones y Medidas Compensatorias (ASMC) de la Organización Mundial del Comercio (OMC), los países en desarrollo no podrán conceder ni mantener más allá del 31 de diciembre de este año, subvenciones supeditadas a los resultados de exportación, como las otorgadas bajo el régimen de Zona Franca, a partir del 2003.
En ese sentido, República Dominicana tendría dos opciones que son: uno, continuar con los compromisos del 80% de exportación para las zonas francas, sujeto al pago del impuesto sobre la renta del país, opción que no sería viable de acuerdo al análisis del BC.
La segunda sería eliminar las exigencias de porcentajes de exportación, y permitir que las empresas ubicadas en zonas francas puedan indistintamente exportar o vender su producción en el mercado local. Esta sería una mejor opción, según lo planteado por el BC, pero indica que habría que plantear una tarifa especial del impuesto sobre la renta, que tenga en cuenta la competencia internacional, pero que permita cierta nivelación fuera del régimen, debido a la desaparición del compromiso de exportar el 80% de la producción.
El análisis establece que aunque lo planteado para el sector zonas francas implica importantes retos, las empresas bajo el régimen reciben otros incentivos que no están supeditados a requisitos de exportación, ni al empleo de materia prima importada, por lo que no van en contra de lo exigido por la OMC.
Entre esos incentivos se destaca el de la exención del pago del impuesto de renta a los beneficios y/o reinversiones declaradas como renta neta imponible por personas físicas o morales, que sean invertidos en el establecimiento y desarrollo de las zonas francas.
El BC concluye que bajo el actual escenario, está en manos del gobierno realizar una estrategia que siga proveyendo incentivos al sector que le permita ser competitivos a nivel internacional, sin crear disparidades en el mercado local, por lo que recomienda establecer una tasa tope de impuesto sobre la renta que se vaya aplicando de manera gradual.