Beijing, 20 de enero de 2015 (Xinhua).- Tras una década dorada de crecimiento económico sostenido, América Latina y el Caribe han perdido el viento de cola, y al parecer han caído en un periodo de ralentización sin freno.
Según estimaciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el Producto Interno Bruto (PIB) de América Latina y el Caribe creció un 1,1 por ciento en 2014, la tasa de expansión más baja registrada desde 2009, año excepcional por la crisis financiera mundial.
Sin embargo, para América Latina y el Caribe, no todas las noticias son malas. La gran atención prestada por China a la región, con destacados compromisos sobre cooperación integral, podría contribuir a los esfuerzos de América Latina y el Caribe dirigidos a recuperar el dinamismo para salir del bache de la desaceleración económica.
"China es y será una fuerza muy importante para mejorar la situación económica de América Latina y el Caribe a través de la cooperación pragmática bajo la asociación de cooperación integral establecida el año pasado", manifestó Chai Yu, investigadora del Instituto de América Latina de la Academia China de Ciencias Sociales.
Proceso de reindustrialización
Al revisar los comportamientos anuales de la economía regional durante la última década, el año pasado registró el segundo peor año de crecimiento económico, después del año 2009 en que se registró un crecimiento negativo del 1,3 por ciento.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) consideró de "decepcionante" la expansión de la economía latinoamericana y caribeña en 2014, con el pronóstico de octubre de un 1,3 por ciento, que representa menos de la mitad del 2,7 por ciento registrado en 2013.
De acuerdo con el balance preliminar publicado por la CEPAL, la débil demanda externa y la caída de los precios de las materias primas explican la mayor parte del escaso crecimiento económico regional. Por ejemplo, el precio de la energía cayó cerca de un 17 por ciento en 2014, frente al alza del 4,6 por ciento registrado en 2013.
Durante los últimos años, las desfavorables circunstancias externas han obligado a los países exportadores latinoamericanos a revisar la actual estructura industrial, y a esforzarse por llevar a cabo una reindustrialización con el objetivo de aumentar el valor agregado de los productos de exportación.
Frente a la sed de capital para la modernización y reestructuración industrial, los bancos chinos de desarrollo han intensificado la cooperación financiera con la región, y concedido más préstamos que el FMI, el Banco mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo juntos.
Según los datos recolectados por HSBC, dos bancos chinos de desarrollo han otorgado 85.000 millones de dólares en préstamos a los países latinoamericanos desde 2005, enfocándose en infraestructura, minería y energía. Además, los bancos comerciales más grandes de China también son propensos a incrementar su presencia en la región.
El expresidente de Costa Rica, Oscar Arias Sánchez, dijo en entrevista con Xinhua que ve "con mucha simpatía que China haya demostrado una gran generosidad concediendo préstamos para el desarrollo de los países de América Latina y el Caribe".
Inversiones a largo plazo
Entre las múltiples razones para la escasez de dinamismo económico en la región, destaca la deficiencia en materia de infraestructuras de transporte, logística, comunicaciones y energía, lo cual eleva los costes de flete, y afecta al desarrollo sostenible de la economía.
La CEPAL estimó que la región debería invertir anualmente en torno a un 7,9 por ciento de su PIB en infraestructura logística entre 2006 y 2020, a fin de acabar con la brecha de infraestructura per cápita registrada en 2005 entre la región y un grupo de economías de alto crecimiento en Asia Oriental, empleando cuatro veces el actual gasto medio regional.
Sin embargo, los proyectos de infraestructura necesitan enormes inversiones y cuentan con altos costos de mantenimiento que muchos gobiernos latinoamericanos y caribeños son incapaces de cubrir por cuentas fiscales.
En julio de 2014, el presidente chino, Xi Jinping, realizó una gira por América Latina y el Caribe, y se comprometió a poner en marcha Préstamos Especiales para Infraestructuras por valor de 10.000 millones de dólares, presentados años atrás, y a incrementar la línea de crédito hasta los 20.000 millones de dólares.
Los datos publicados por el Ministerio de Comercio chino apuntaron a que las empresas chinas han llevado a cabo numerosos proyectos de infraestructura en la región, como gasoductos de gas natural, centrales eléctricas, carreteras, puertos, viviendas e instalaciones de telecomunicaciones.
Además de las contribuciones a la mejora de infraestructuras, China también prometió ofrecer a los países latinoamericanos y caribeños 6.000 becas gubernamentales y 6.000 plazas de capacitación, así como 400 puestos en maestrías, a fin de impulsar el entendimiento mutuo y el intercambio educativo.
"China no solamente hace negocios con América Latina, sino que también invierte muchos recursos en infraestructuras, tecnología y educación en la región para elevar la productividad y la competitividad", señaló el analista ecuatoriano, Patricio Falconí.
Cooperación conjunta
Como prueba del afianzamiento de las relaciones entre China y América Latina y el Caribe, China se ha convertido en el segundo mayor socio comercial, y en una de las principales fuentes de inversión extranjera de la región.
No obstante, los intercambios comerciales y las inversiones chinas tienen una alta concentración en algunos países de la región, principalmente en Sudamérica.
Esto cambiará. Con el establecimiento del Foro China-CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), China puede utilizar esta nueva plataforma de cooperación conjunta para dialogar y profundizar los lazos con los países centroamericanos y caribeños, lo cual supone una gran oportunidad para ambas partes.
Recientemente, la primera reunión ministerial del Foro de China-CELAC se celebró en Beijing, y ambas partes acordaron profundizar la cooperación bilateral, reiterando el compromiso de elevar en 10 años el volumen comercial bilateral hasta 500.000 millones de dólares, y garantizar inversiones chinas por valor de al menos 250.000 millones de dólares.
El director de Comercio Internacional e Integración de la CEPAL, Osvaldo Rosales calificó el evento como "el inicio de un proceso de convergencia de intereses que buscan ampliar los espacios de cooperación e integración".
A su vez, Chai advirtió que, entre los 33 miembros de la CELAC, los países centroamericanos y caribeños son pequeños pero igualmente importantes, porque cuentan con una fuerte capacidad de radiación hacia otros mercados, como el de Estados Unidos, causa por la cual se "ha de aplicar la estrategia de heterogeneidad, teniendo en cuenta las propias características de cada país".
Con miras a convertir los acuerdos escritos en acciones concretas, Chai indicó que "los países latinoamericanos y caribeños deben simplificar los procedimientos para facilitar el comercio y las inversiones de China, mientras que las empresas chinas han de conocer bien el entorno cultural y jurídico antes de entrar en nuevos mercados para evitar pérdidas innecesarias".