San José, 6 de febrero de 2015 (PL).- Menos pobreza y más integración regional es la ruta que esbozó la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) en su III Cumbre, organizada en Costa Rica entre el 28 y 29 de enero.
El Centro de Eventos El Pedregal, ubicado a unos 10 kilómetros al oeste de la capital tica, acogió el foro que por vez primera tuvo como sede a una nación centroamericana. El canciller costarricense, Manuel González, reconoció que el evento fue el más importante realizado en ese país en el último cuarto de siglo.
Jefes de Estado y de Gobierno del mecanismo de 33 naciones, representantes de diferentes organismos multilaterales y más de 400 corresponsales extranjeros participaron en esta cita cuyos retos no eran pocos.
San José debía marcar una continuidad a la senda integracionista con que nació la comunidad en 2011 en Caracas, Venezuela, e impulsar más los avances en la construcción de un mundo multipolar.
Naciones de un abanico ideológico plural y heterogéneo lograron sentarse a la misma mesa en Santiago de Chile -sede de la I Cumbre- y luego en la Habana, Cuba, y construir consensos con respeto a la diversidad, un logro que Costa Rica debía fomentar.
El combate a la pobreza fue el tema central de la reunión y sobre el cual varios mandatarios remarcaron las deudas que permanecen en tal sentido y el desafío que significa para los Estados miembros de la CELAC.
Las propuestas recogidas ahondaron en la necesidad de promover el crecimiento económico a través del impulso de la ciencia, la tecnología y la innovación, sin dejar de lado la necesidad de nueva arquitectura financiera.
El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, señaló que la extrema pobreza en la región es fruto de la inequidad, no de la falta de recursos, por lo cual es necesaria la voluntad política para declarar la región libre de este fenómeno.
En la declaración final -documento de 94 puntos- este bloque regional acordó impulsar la Cooperación Sur-Sur en aras de alcanzar el desarrollo sostenible y el crecimiento inclusivo en beneficio de los pueblos.
La Cooperación Sur-Sur constituye para nuestra comunidad un instrumento privilegiado para la complementación, la unión, la integración y el intercambio horizontal de conocimiento entre sus miembros, agregó.
Cuba-Estados Unidos
Aunque no fue el hilo central de la cumbre, el proceso hacia el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos fue un punto de la agenda.
Durante su intervención, el presidente cubano, Raúl Castro, explicó que las relaciones diplomáticas serían el inicio de un proceso.
Gobiernos con profundas diferencias -valoró- pueden encontrar solución a los problemas mediante un diálogo respetuoso e intercambios, basados en la igualdad soberana y la reciprocidad, en beneficio de sus respectivas naciones.
No obstante, aclaró que esto no significa que Cuba renuncie a sus ideales de independencia y justicia social, ni que claudicará en sus principios.
Indicó que no será posible una normalización mientras permanezca el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Washington contra La Habana.
Dijo que el territorio ilegalmente ocupado por la Base Naval de Guantánamo debe ser devuelto a la isla, las transmisiones radiales y televisivas violatorias de las normas internacionales deberán cesar y el país deberá recibir una justa compensación por los daños humanos y económicos recibidos.
¿Cómo explicar el restablecimiento de relaciones diplomáticas sin que se retire a Cuba de la Lista de Estados Patrocinadores del Terrorismo Internacional?, cuestionó.
Además, hizo énfasis en la conducta de los diplomáticos estadounidenses en La Habana, quienes deberán acatar las normas que establecen las Convenciones Internacionales para las Relaciones Diplomáticas y Consulares.
Durante su intervención explicó que es también necesario que se reanuden los servicios financieros a la Sección de Intereses de Cuba y su Oficina Consular en Washington, interrumpidos como consecuencia del bloqueo financiero.
No sería ético, justo ni aceptable que se pidiera a Cuba nada a cambio. Si estos problemas no se resuelven, este acercamiento diplomático entre Cuba y Estados Unidos no tendría sentido, agregó.
No puede esperarse tampoco que Cuba acepte negociar los aspectos mencionados en contra de nuestros asuntos internos, absolutamente soberanos, sentenció.
Por su parte, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, indicó que aún hay camino por andar para llegar a una normalización entre ambos países y recordó la lucha de Cuba y la persecución a la que fue sometida la nación caribeña en los últimos 56 años.
Correa exigió el fin del cerco, mientras que Salvador Sánchez Cerén, de El Salvador, reiteró la importancia de que la región mantenga su llamado a poner fin a bloqueo, "así como a la infundada inclusión de Cuba en la lista de Estados patrocinadores del terrorismo".
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, calificó el restablecimiento de relaciones diplomáticas como el principio del fin del último resquicio de la Guerra Fría en la región.
Sobre el bloqueo, expresó que esta medida coercitiva afecta el bienestar del pueblo cubano y perjudica el desarrollo del país, por lo cual debe ser cesada.
Nos parece un nuevo horizonte histórico en la región, que esperamos sin duda se profundice con el fin del bloqueo, apuntó la presidenta de Chile, Michelle Bachelet.
El tema fue incluido en la declaración política de la III Cumbre, donde este mecanismo de concertación dejó claro su profundo rechazo al cerco.
Integración, Puerto Rico y Malvinas
La posición asumida en La Habana sobre la independencia de Puerto Rico fue reiterada en esta ocasión.
Los países miembros de la CELAC se comprometieron a seguir trabajando en el marco del Derecho Internacional y las resoluciones de la ONU para lograr que la región de América Latina y el Caribe sea un territorio libre de colonialismo y colonias, expresó el texto.
La región también cerró filas y brindó su solidaridad a Argentina en la disputa por las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y sus espacios marítimos circundantes.
Es ahora y no más tarde la hora de América Latina y el Caribe, aseguró el presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís.
La CELAC es reflejo de los nuevos tiempos que vive la región, en la cual habitan cerca de 600 millones de personas.
El camino de la integración es extenso y recorre esferas complejas como la económica y la social; sin embargo, la construcción de un futuro viable y sustentable requiere de metas comunes y del esfuerzo colectivo.
Ecuador, nación que asumió la presidencia pro témpore del acuerdo, hasta enero de 2016, tiene ahora el compromiso de continuar el trabajo.