La Habana, 5 de marzo de 2015.- Los Centros de Gestión para la Reducción del Riesgo, una exitosa iniciativa para un país propenso a los huracanes, se multiplican gradualmente a través de una asociación de estados caribeños.
Con una población de 36 millones de habitantes, la región del Caribe alberga una gran variedad de idiomas y culturas, islas grandes y pequeñas, ciudades costeras de gran envergadura y pequeñas aldeas de montaña. A pesar de esta gran diversidad, sus países y territorios poseen un importante rasgo en común: la exposición a una temporada anual de huracanes que, en ocasiones, puede tener consecuencias devastadoras.
El impacto de los huracanes en el Caribe es extenso, severo y expansivo. El huracán Sandy en 2012 afectó a países como Jamaica y Cuba, provocando daños en su paso hacia la costa este de los Estados Unidos, en dirección a Nueva York. Dada la probabilidad de que los cambios climáticos exacerben la frecuencia y la intensidad de la temporada anual de huracanes, es necesario tomar medidas exhaustivas para proteger a las comunidades en riesgo.
Ante semejantes amenazas hidrometeorológicas, el gobierno cubano ha colaborado con la oficina del PNUD en Cuba y la iniciativa de Gestión de Riesgos del PNUD desde 2005 para crear el Centro de Gestión para la Reducción del Riesgo (RRMC, por sus siglas en inglés), un modelo de gestión adaptado a la reducción del riesgo local. Uno de los principales objetivos es la promoción de la toma de decisiones a nivel local, basada en sistemas coordinados de advertencia temprana, estudios de riesgo y vulnerabilidad, sistemas de comunicación, gestión y elaboración de una base de datos efectiva, sistemas de información geográficos y preparación de la comunidad.
El modelo cubano del Centro de Gestión para la Reducción del Riesgo es utilizado como instrumento para asegurar que la gestión de desastres y prácticas de desarrollo de cualquier país reciban información a través de un análisis de riesgo y vulnerabilidad. Asimismo, cada RRMC ayuda a las comunidades aisladas y remotas que no cuentan con acceso a la información para que puedan prepararse ante posibles amenazas. Para ello, las comunidades reciben equipos y capacitación que les permiten identificar, reducir y comunicar el riesgo para tomar medidas de protección efectivas.
El gobierno cubano ha establecido un total de 8 centros provinciales y 84 centros municipales, vinculados a 310 comunidades. Desde la implementación del modelo, los centros han ayudado a las comunidades a reducir significativamente el impacto de los huracanes, concientizando a la comunidad y ayudándola a prepararse.
En los últimos 10 años, Cuba se ha visto afectada por 15 ciclones tropicales, de los cuales 11 han sido clasificados como huracanes. Durante ese período, el sistema de Defensa Civil de Cuba, respaldado por el RRMC a nivel local, ha protegido a más de 8 millones de personas, evacuado a más de 47.000 turistas y reubicado tres asentamientos.
“La esencia del RRMC es la reducción del riesgo de desastres naturales, la promoción del conocimiento colectivo y la gestión de la información para una toma de decisiones por parte del gobierno local. Este instrumento representa una inversión en la reducción del riesgo de desastres naturales, en consonancia con el mensaje enviado por las Naciones Unidas: por cada dólar que invertimos en la prevención y preparación para la reducción del riesgo, ahorraremos siete dólares en respuesta y recuperación de desastres”, comenta Claudio Tomasi, Representante Residente del PNUD en Cuba.
El modelo RRMC ha generado un interés generalizado en la región y una novedosa herramienta de cooperación Sur-Sur. A partir de 2009 se han ofrecido a los países vecinos los resultados obtenidos durante la implementación del modelo RRMC en Cuba. Las Islas Vírgenes Británicas, República Dominicana, Guyana, Jamaica, y Trinidad y Tobago han recibido ayuda a través de diferentes herramientas, capacitación regional, asistencia técnica e iniciativas piloto.
Cuba, en colaboración con la oficina del PNUD en Cuba y la Iniciativa para la Gestión de Riesgos en el Caribe (CRMI, por sus siglas en inglés), ha trabajado con estos países y territorios para adaptar el modelo a sus respectivos contextos nacionales, fortaleciendo las prácticas de reducción del riesgo. El objetivo a largo plazo de esta cooperación Sur-Sur ha sido consolidar los sistemas de gestión de desastres a nivel local, con el fin de integrar mejor la reducción del riesgo de desastres en la planificación de la gestión de desastres y el desarrollo territorial. El modelo cubano es una herramienta que permitirá, oportunamente, un desarrollo informado del riesgo en toda la región del Caribe.
“El Centro de Gestión para la Reducción del Riesgo nos ayudará a prevenir, mitigar y contrarrestar los episodios de inundaciones durante el año”, dice Leonardo Valdez Recio, Superintendente del Cuerpo de Bomberos de La Victoria, en República Dominicana. “Todas las instituciones estarán permanentemente comunicadas para tomar decisiones, con el objetivo de prevenir y reducir los daños, así como de menguar los efectos en la población”.
El modelo cubano RRMC exitoso modelo de colaboración regional y de cooperación Sur-Sur será presentado por el Gobierno y los funcionarios del PNUD en la próxima Conferencia Mundial sobre la Reducción del Riesgo de Desastres, que se llevará a cabo en Sendai, Japón.