Santiago, 17 de abril de 2015.- SANA es un nuevo programa de cooperación que busca fortalecer la lucha contra el hambre en América Latina y el Caribe, creado por la República Bolivariana de Venezuela y la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO.
Con un presupuesto inicial de US $ 12 millones de dólares aportados por el Gobierno de Venezuela, el programa de cooperación triangular Seguridad y Soberanía Alimentaria y Nutricional para América Latina y El Caribe -SANA trabajará con énfasis en los veintiún países que forman parte del acuerdo PETROCARIBE y de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América.
“Venezuela no sólo implementa iniciativas de seguridad alimentaria de alto impacto para su propia población sino que es un socio clave en diversas iniciativas de cooperación Sur-Sur que buscan realizar el sueño de una América Latina y el Caribe libre de hambre”, señaló el Representante Regional de la FAO, Raúl Benítez.
Según la FAO, América Latina y el Caribe es la región que mayores avances ha hecho en la lucha contra el hambre, producto del enorme compromiso político que existe a nivel de los países y de sus organismos de integración. “La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños lanzó este año su plan de erradicación del hambre en enero, lo que significa que la seguridad alimentaria alcanzó lo más alto de la agenda política regional”, dijo Benítez.
Venezuela no sólo ha logrado la meta del hambre de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, sino que ha logrado mantener su nivel de subalimentación por debajo del 5%, aumentando sus intervenciones nacionales y su cooperación internacional para erradicar el hambre por completo en la región: “Venezuela y la FAO creen profundamente en esta meta y están uniendo sus esfuerzos para lograrla a través de SANA”, explicó Marcelo Resende, Representante de la FAO en Venezuela.
Tres prioridades para lograr hambre cero
SANA trabajará sobre 3 componentes principales. El primero es el apoyo técnico a las principales iniciativas regionales de lucha contra el hambre, como el Plan de Acción para la erradicación del hambre y la pobreza “Hugo Chávez” y el Plan de Seguridad Alimentaria, Nutrición y Erradicación del Hambre de la CELAC. “FAO ha apoyado estos planes desde sus inicios y esperamos continuar potenciado sus impactos junto a Venezuela a través de SANA”, dijo Resende.
Según la FAO, el hambre ha caído en más de treinta millones de personas en los últimos veinticinco años en América Latina y el Caribe, por lo que la región es la única del mundo que ya alcanzó la meta del hambre de los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
El segundo componente de SANA busca fortalecer a los movimientos sociales, capacitando a líderes y organizaciones rurales para que puedan participar en la formulación e implementación de políticas y agendas de la seguridad alimentaria.
El tercer componente de SANA trabajará con organizaciones de la agricultura familiar y campesina y los gobiernos para fomentar espacios de intercambio y comercialización solidaria de alimentos.
Raúl Benítez, destacó que SANA podrá acelerar y profundizar los avances en la lucha contra el hambre, y explicó que, si bien se ha reducido el hambre en la región, ahora “vamos por la erradicación, porque queremos una América Latina y el Caribe más próspera y más justa”.