Casi US$12.000 millones han emitido varios gobiernos de la región sorprendidos por el frenazo de sus economías. Algunos países emiten para financiar proyectos específicos, pero la realidad es que la mayoría los está usando para fondearse barato y diferir o amortiguar el shock.
16/12/2015.- Así como se abre la temporada de caza, cada cierta cantidad de tiempo en los campos financieros de América Latina se declara inaugurada la ‘temporada de caza del ahorro externo’, y sus gobiernos empiezan a emitir bonos soberanos. Eso ha pasado este año en que (ver cuadro) un puñado de países ya llevan acumulados casi US$ 12.000 millones en emisiones.
El último en unirse al club de emisores ha sido Uruguay, que el 19 de octubre lanzó un bono global a repagar en 2027, con un rendimiento de 4,47%, lo que habla de la confianza de los inversionistas en la seguridad de su pago. México emitió, también en octubre, otro bono, pero su tasa se elevó a 6,09%, en tanto que el de Petrobras tuvo que ofrecer 8,45%.
Algunos países emiten para financiar proyectos específicos, pero la realidad es que la mayoría los está usando para fondearse barato y diferir o amortiguar el shock a que están sometidas sus finanzas públicas por el derrumbe de los commodities y los niveles de actividad internos.
Eso hace el Perú: quiere los dólares para financiar su déficit fiscal y se dice que pronto realizará una emisión. Puede ser una buena idea si el dinero va destinado a gastos que mejorarán la competividad o la productividad del país: caminos, hospitales, puertos; pero muchas veces los fondos suelen terminar ayudando a pagar gastos corrientes.
Es cierto que, por ahora, no se trata de cifras enormes para países de tamaño medio como el Perú mismo, Chile o Colombia, pero lleva a preguntarse, ¿y en qué quedaron todos los debates, las leyes y las promesas de ahorro anticíclico?