Caracas, 27 de julio de 2015.- La restitución de los nexos entre Estados Unidos y Cuba abre una nueva situación económica para Latinoamérica y el Caribe, que será favorable en tanto los gobiernos de la región aprovechen oportunidades sin entregar su soberanía, así lo asegura el especialista José Antonio Egido.
En entrevista con Xinhua, el analista político español se refirió a la apertura el pasado 20 de julio de las embajadas de Washington y La Habana en las respectivas naciones americanas, y la repercusión que este hecho tiene en países como Venezuela.
El acontecimiento, calificado de "histórico" por muchos, permitirá aminorar las presiones que Estados Unidos mantiene desde hace 50 años contra Cuba en el ámbito financiero y comercial, lo que según el experto, abre paso a un crecimiento potencial de la isla que traerá ventajas a Caracas.
La oportunidad que tiene hoy el gobierno del presidente Raúl Castro de exigir -en el contexto de las negociaciones- la eliminación del bloqueo económico, posibilita que tanto Venezuela como otros países de la región afiancen sus nexos comerciales con La Habana.
En el caso del Estado venezolano, éste mantiene desde hace más de 14 años un convenio integral de cooperación con la nación caribeña, que puede ser fortalecido tras aumentar Cuba sus capacidades tecnológicas y financieras.
Por lo tanto, Egido apunta que el crecimiento de La Habana tras una eventual normalización de sus lazos con Washington, le otorgará fortaleza suficiente para contribuir con Venezuela en la diversificación de su economía.
"Es bueno que Venezuela cuente con un socio próspero en lo económico como lo es Cuba, porque eso contribuiría a nuestra independencia, al fin del modelo rentista, al desarrollo de las fuerzas productivas", explicó a Xinhua.
Cabe destacar que sólo en 2014, ambas naciones del Caribe sustrajeron 56 nuevos convenios en materia petrolera, energética, de salud, deporte, cultura, educación, entre otras áreas, valorados en 1.259 millones de dólares.
Una cifra que puede incrementar considerablemente, luego de que la isla desarrolle con creces sus capacidades productivas y de comercio exterior, así como sus importaciones.
Para otros Estados latinoamericanos y caribeños se avizora un pronóstico similar relacionado a la apertura de mercados sin tantas restricciones por parte de Estados Unidos y al establecimiento de nexos más estrechos con el país antillano.
Cabe destacar que mediante las leyes Torricelli y Helms-Burton, Estados Unidos ha fraguado una persecución contra empresas o entidades financieras que se han atrevido a intercambiar comercialmente con Cuba.
Ejemplo reciente de ello es que en 2014 la cadena comercial Pricesmart (adscrita a una empresa norteamericana) radicada en El Salvador y Guatemala, anunció la suspensión de sus servicios a las embajadas de Cuba en los respectivos países.
Al nuevo escenario se suma el surgimiento de proyectos como la Zona de Desarrollo Económico del Mariel (occidente de Cuba), que ha contado con una inversión brasilera de 1.000 millones de dólares y que promete crear condiciones más favorables para las rutas comerciales en el Caribe.
"El Mariel" se vislumbra como uno de los más modernos puertos de la región, que incluye redes ferroviarias, y al cual más de 400 empresas foráneas han manifestado su deseo de radicarse por las condiciones aduaneras ventajosas.
Egido insiste en que la oportunidad que tiene actualmente el país del Caribe de exigir la anulación del bloqueo, es lo que abrirá el camino para una nueva situación a nivel económico y social en el hemisferio.
Además, permitirá mayor bienestar a la población cubana tras otorgarle más capacidad de compra y acceso a productos secundarios, que pueden ser producidos en otros Estados de la región.
Es preciso recordar que al menos un billón 112 mil 534 millones de dólares ha perdido La Habana por el Embargo; esto acompañado de las leyes extraterritoriales, señaladas por múltiples analistas como violatorias del Derecho Internacional.
Sin embargo, el experto advierte igualmente sobre las nuevas estrategias que desarrolla la Casa Blanca para "no quedar aislada" de las nuevas oportunidades económicas que se presentan en el continente.
A pesar de que continúa siendo la primera economía del globo con un Producto Interno Bruto (PIB) que supera los 17 billones de dólares, EE.UU se enfrenta a una pérdida cada vez más progresiva de su influencia en América Latina.
Ésta en tanto, estrecha vínculos con economías emergentes y bloques financieros de referencia mundial, como lo es el grupo BRICS (Brasil, Rusia, China e India).
"Para los Estados Unidos es muy importante seguir obteniendo el máximo beneficio y la máxima plusvalía para sus corporaciones y ése es el elemento motor que los guía en el acercamiento con La Habana", precisó.
De allí que para mantener estable su balanza de pagos a través del incremento de las exportaciones, ello aunado a intereses geopolíticos, la administración norteamericana no debe perder la posibilidad de expandir aún más sus mercados mediante su cercanía con Cuba.
Una demanda previamente hecha por sectores del capital estadounidense como la industria farmacéutica, de energía y la agroindustria, que desde hace décadas abogan por "normalizar" los vínculos con la isla.
Aunque no se conozcan de forma certera las intenciones de Estados Unidos en la región y su interés económico, queda claro que debe respetar los proyectos políticos que se han encauzado en Cuba y Venezuela, refiere el especialista.
Por su parte, Cuba ha desarrollado en 54 años de tensiones con Washington una política exterior y de defensa de la soberanía nacional, que hoy imposibilita el cese de sus principios y de su proyecto de gobierno enmarcado en la idea del socialismo.
En tanto, resulta imperioso definir la actual situación entre Estados Unidos y La Habana, como un proceso de relacionamiento cuya confianza está por construirse.