La Paz, 7 de septiembre de 2015.- El Secretario General de la Federación Latinoamericana de Bancos (FELABAN), Giorgio Trettenero, visitó el país para el lanzamiento del Primer Congreso Latinoamericano de Educación e Inclusión Financiera, evento que se desarrollará el 22 y 23 de octubre en Santa Cruz de la Sierra.
El ejecutivo realizó una breve evaluación sobre la situación y perspectivas de la banca, principalmente de las 600 entidades financieras que agrupa FELABAN de 19 países.
— ¿Cuál es su evaluación sobre el desarrollo de las entidades bancarias en América Latina?
— La banca ha hecho muy buenos trabajos de la mano de los supervisores bancarios. Aprendimos de los hechos del pasado. Ahora somos una banca que cumple los estándares mínimos de Basilea (requerimientos de capital necesario para asegurar la protección de las entidades frente a los riesgos financieros y operativos); somos una banca líquida, lo cual es muy bueno porque nos permite seguir creciendo, seguir colocando nuestros fondos; y somos una banca rentable, quizás un poco menos que antes debido a que algunos países tienen leyes un poco más complejas que otros. Pero en general esta rentabilidad nos ha ayudado a capitalizarnos más en los dos últimos años, a invertir en nuevas tecnologías a acercarnos a nuestros clientes y poder hacer las reservas para posibles previsiones. Ojalá eso se mantenga as porque es parte de la solidez del sistema financiero y de la economía de cada país (...). En general hemos crecido mucho, la banca ha hecho un gran esfuerzo, hemos abierto mucho más cajeros automáticos, nuestro personal se ha multiplicado por 20, nos hemos acercado mucho más a la gente. Por ese lado nos está yendo muy bien.
— ¿Cuenta con indicadores promedio sobre el crecimiento de cartera, depósitos y utilidades?
— En términos reales estamos creciendo más o menos los últimos diez años a tasas promedio de dos dígitos, 17 o 18% en cartera, por ejemplo, pero eso va a caer este año por la crisis mundial, aunque siempre vamos a estar por arriba de los dos dígitos. La colocación (de créditos) creo va a seguir empujando y siendo el eje de las economías de nuestros países.
— ¿Cuál es la situación de la inclusión financiera en la región?
— De acuerdo con una encuesta del Banco Mundial hecha a 150 países, la población latinoamericana mayor a 15 años con una cuenta formal aumentó de 28% en 2011 a 51% el año pasado, lo que deja a América Latina por encima de regiones como Asia del Sur (46%), África (34%) y Medio Oriente (14%). Esto es muy bueno porque ha sido un trabajo conjunto entre la banca, los supervisores y los gobiernos. Claro que aún estamos lejos de Asia del Este (69%) y la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, que agrupa a 34 países), que tiene 94%. Ahora, no podemos seguir creciendo más porque hay tres barreras en la región: la pobreza, la informalidad y la cantidad de documentos que se piden (para acceder al servicio financiero). En nuestros países tenemos pobreza y pobreza extrema, las hemos bajado muchísimo, pero es más difícil que la gente muy pobre tenga una cuenta si tiene que escoger entre poner un depósito o comer. Por otro lado está la informalidad, la plata queda fuera de los bancos. También está la cantidad de documentos que se piden para abrir una cuenta. En algunos países, por ejemplo, se niega el crédito a las microempresas porque no tienen documentos auditados.
— ¿Cuáles son las perspectivas que tiene FELABAN sobre la actual situación económica?
— Este es un hecho de reacomodo, de ciclo. No es normal que se genere una tormenta tan perfecta en Europa y Asia. Lo único bueno es que la economía de Estados Unidos ha tenido un crecimiento de 3,7% en el último trimestre, lo cual es buenísimo porque puede ser la luz al final del túnel.
— ¿Qué se debe hacer para que esta situación no afecte tanto a la banca latinoamericana?
— El problema de fondo es que en los últimos años nuestros países, en lugar de diversificar su producción, agregar valor e invertir en educación, tecnología e infraestructura, se dedicaron a vender materias primas. Ahora se cayó la demanda, nos compran menos, bajaron los precios y tenemos menos exportaciones en valor y monto, mientras que nuestras importaciones siguen igual, lo cual va a generar un déficit de la balanza comercial que debemos corregir hoy, no mañana. Debemos adoptar juntos medidas de largo plazo, no de un gobierno sino de una política de largo plazo que mejoren la eficiencia y la competitividad y eso no se logra de un día para otro, se necesita estabilidad jurídica y abrir las puertas para a la inversión extranjera directa que se está yendo de algunos países.
— En este contexto macroeconómico, ¿cómo puede ser más competitiva la banca?
— Sin las barreras que hoy le han puesto. Algunos países le ponen topes a las tasas de interés que hacen que algunos segmentos del mercado lleguen a registrar pérdidas u obligan a los bancos a colocar (créditos) sin medir el riesgo ni los costos. Eso, al final, puede descapitalizar a la banca y hacer que gane menos y, por lo tanto, invierta menos en tecnología o que no pueda hacer previsiones para cubrir las deudas.
— ¿La Ley de Servicios Financieros permite o no que la banca boliviana sea competitiva?
— No hablo de Bolivia, hablo de cualquier país en el mundo donde hay toda una serie de tratados y estudios que demuestran que cuando uno mete la mano en las tasas de interés al final el efecto es inverso, al final se generan distorsiones y eso tiene muchísimos más riesgos que beneficios (...). Lo que sí tengo claro es que con medidas de iliquidez no se generan proyectos rentables (...). Creo que si uno quiere que la banca crezca y se desarrolle debe tener más libertades, porque el banquero sabe hacer su trabajo (...). Hay que reconocer que Bolivia es el segundo mejor país de Latinoamérica (en inclusión financiera), pero hoy vemos que está cayendo un poco la cartera de microfinanzas, quizás porque se está haciendo algo mal, creando alguna ley o entorpeciendo las operaciones de ese segmento que siempre fue líder en el país.
— ¿Cuáles serían los riesgos?
— La banca contribuye muchísimo con las utilidades, impuestos, renta y fondos de garantía que hay en un país, y todo eso genera ingresos. Si no hay beneficio para la banca no va a haber nunca beneficio social, si al final los bancos comienzan a tener pérdidas ahí no va a haber plata para nadie.