La Habana (PL) Un reciente informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) reveló que, por primera vez desde 2009, el desempleo en esa región aumentó de un año a otro.
En el estudio Coyuntura Laboral en América Latina y el Caribe, ambos organismos de Naciones Unidas estimaron que la tasa de desempleo urbano en el área cerrará 2015 en un 6,6 por ciento, lo que supone un incremento de 0,6 puntos respecto al año precedente.
Para los investigadores, aunque se mantiene la cifra en niveles históricamente bajos, se deriva de la tendencia a la desaceleración del crecimiento económico regional, que comenzó a impactar en los indicadores laborales, lo que supone renovados desafíos a los gobiernos regionales.
Desde 2012 la mayoría de los países del subcontinente, aunque con ritmos diferentes, registran tasas de desarrollo descendentes. Las más recientes proyecciones del indicador para el año en curso reafirman la tendencia, al estimar una contracción de 0,3 por ciento.
Esto, y el hecho de que la desaceleración alcance ahora al mercado laboral, determina que tanto la Cepal como otras entidades y analistas definan la situación económica de América Latina y el Caribe como compleja y preocupante.
Entre las razones que esgrimen está el riesgo implícito de que el desempleo impida avanzar en la disminución de la pobreza y la desigualdad, dos elementos que el informe identifica como "importantes logros de la región a partir de inicios de la década pasada".
En este sentido, los investigadores esperan impactos negativos en varias dimensiones de los mercados laborales, cuyos desempeños, junto a las políticas sociales aplicadas, contribuyeron significativamente a los avances citados.
Para ellos, el dinamismo de los países del área en la generación de empleo formal y la reducción de las brechas salariales, muchas veces apoyadas por políticas laborales novedosas, "fueron determinantes para mejorar el bienestar material de millones de hogares".
Sin embargo, a pesar de que los salarios reales en muchos casos mantienen moderados aumentos, la actualidad y evolución del mercado laboral durante el período estudiado (primer semestre de 2015) indican una predisposición a empeorar, a tono con el resto de los indicadores macroeconómicos.
Una característica determinante de esa evolución según la Cepal y la OIT, es que los nuevos puestos de trabajo surgen cada vez más en actividades poco productivas, como las agrupables en la modalidad de trabajo por cuenta propia.
Este fenómeno y el enfriamiento de la generación de empleo asalariado, fueron más notorios en el segundo trimestre que en el primero, lo que unido a las proyecciones de crecimiento económico anual impide augurar un cambio de la tendencia para el segundo semestre.
De ahí que para el presente año en su conjunto prevean el mencionado incremento de la tasa de desempleo.
Según las organizaciones, el cuadro generado plantea la duda de si los avances del decenio anterior en la región fueron lo suficientemente estructurales como para prevenir su pérdida en una coyuntura económica menos favorable como la actual.
Hoy salvo algunas excepciones, sostienen en su informe, los países sudamericanos son los que más sufren la pérdida de ritmo de sus economías, debido en buena parte a la evolución de la economía mundial, que afectó la demanda de sus principales productos de exportación.
Específicamente, dos hechos puntuales que influyen en este cuadro son la desaceleración económica de China, el primer inversor de la mayor parte de esas naciones, y la caída de los precios de las materias primas en el mercado global, su principal rubro exportable durante los últimos años.
Por su parte, los países del norte del área, aunque no están exentos de esta situación, durante el semestre estudiado exhibieron indicadores de crecimiento similares a los del año precedente, mientras que los del Caribe lograron un aumento moderado.
Es en este contexto de poca expansión del producto interno bruto regional, calificado de "magra" en el informe, en el que ambas entidades basan su análisis del desempeño del mercado laboral, tendente también a la desaceleración.
Como vía para afrontarla, tras seis años de estabilidad, proponen incrementar los volúmenes de inversión y encaminarlos a un cambio estructural, que enfoque el potencial de crecimiento económico desde una perspectiva de productividad creciente.
De igual forma, consideran que solo con "políticas de desarrollo productivo claras", la región será capaz de superar los obstáculos a su expansión y generar más y mejores empleos para la inserción de su fuerza laboral.
De todo esto puede desprenderse que el renovado reto del desempleo, aunque no alarmante, sí debe constituir una alerta que impulse a actuar sobre el fenómeno.
Acciones en tal sentido se precisan sobre todo en el actual escenario político de muchos países con gobiernos preocupados por el bienestar social, en los que las alternativas neoliberales encarnan aquellas que hicieron del desempleo un mal endémico de la región.