La Habana, 21 de octubre de 2015.- Cuba tiene una larga tradición en cooperación Sur-Sur y una fuerte presencia en los países del área, donde destaca por su desarrollo en salud y educación, afirmó en La Habana Myrta Kaulard, coordinadora residente del Sistema de Naciones Unidas (SNU), en el país caribeño.
Los Estados de la región tienen mucho que aprender de Cuba, pues el intercambio de conocimientos, de ideas y experiencias resulta un elemento fundamental para lograr los objetivos, tanto de Desarrollo del Milenio, como los Sostenibles, comentó Kaulard a la Agencia Cubana de Noticias.
Mencionó la rápida respuesta de la mayor de las Antillas ante los desastres naturales, y dijo que es necesario compartir su modelo de Defensa Civil, así como también su marco legal y metodologías, las cuales posibilitan el eficaz funcionamiento de esa entidad.
Subrayó que agencias como el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), promueven la cooperación Sur-Sur con la nación caribeña, por los buenos resultados que en muchos sectores ella ostenta. “Asimismo tiene logros muy importantes, específicamente en salud, la difusión de VIH-Sida es muy limitada, y recién se certificó la eliminación de la transmisión de madre a hijo”, enfatizó la directiva.
Rememoró que durante su estancia en Haití, los médicos cubanos prestaban ayuda a esa isla afectada por el cólera, y expresó que las misiones son una fortaleza y una manera para compartir saberes. A su vez, señaló que el acelerado envejecimiento poblacional es un desafío para América Latina y el Caribe; y en este aspecto los cubanos pudieran establecer fuertes alianzas con países de valiosas iniciativas, “tal es el caso de Uruguay, donde existen cooperativas para el cuidado de personas mayores”, acotó.
La coordinadora residente del SNU en Cuba insistió que la cooperación Sur-Sur no es imponer otro modelo, sino que cada país lo adapte a su propio contexto, para que de la unión del conocimiento y la innovación se logren los Objetivo de Desarrollo Sostenible, metas a cumplir antes de 2030. Esta plataforma de colaboración entre las naciones del Sur se fundó bajo los principios de igualdad y respeto mutuo, y constituye una herramienta para lograr la integración regional mediante la trasferencia de recursos y el intercambio de habilidades.