Quito, 13 de octubre de 2014 (Télam).- En los próximos días comenzará a funcionar dentro de la UNASUR una comisión que buscará unificar las herramientas y mecanismos de que dispone la región para elaborar una estrategia financiera para el bloque, informó el secretario general del organismo, Ernesto Samper.
El también ex presidente de Colombia mostró su confianza en que se pueda reinstalar una mesa de diálogo entre el gobierno y la oposición en Venezuela, se pronunció a favor de la presencia de Cuba en la próxima Cumbre de las Américas y llamó a “desideologizar” las relaciones entre países del continente.
Samper dialogó con Télam, vía teleconferencia, desde la sede de la UNASUR en Quito, donde reside desde septiembre, cuando asumió como secretario general del organismo. En estos días prepara la próxima cumbre de presidentes, que se realizará en la capital de Ecuador el próximo 5 de diciembre, donde el presidente de Uruguay, José Mujica, asumirá la presidencia protémpore del organismo.
En esa ocasión también se inaugurará en la Ciudad Mitad del Mundo, a unos 13 kilómetros de Quito, por donde pasa la línea del ecuador, la sede de la UNASUR, que llevará el nombre de Néstor Kirchner en homanaje al fallecido ex presidente argentino, que fue el principal impulsor de este nucleamiento regional.
Samper comentó que al asumir la secretaría General encontró una cantidad de mecanismos financieros que estaban “relativamente dispersos” y se propuso como primera meta coordinar esas herramientas para armar una estrategia financiera regional, que contemple entre otros temas “la propuesta de la Argentina de reestructuración de deudas soberanas, el tema de las calificadoras de riesgo y la inexistencia de mecanismos de solución de controversias entre inversionistas privados y gobiernos que sean relativamente equilibrados”, dijo.
“El Banco del Sur, que está a punto de comenzar sus gestiones; la CAF (Banco de Desarrollo de América Latina), que ha sido muy activa en la financiación de proyectos de infraestructura, también están el Fondo de Reservas Andino y el Fondo Latinoamericano de Reservas, al cual pertenecen casi todos los países de UNASUR”, enumeró. Para coordinar eso pensó en una comisión ad hoc, “que se podría reunir en 10 ó 15 días para comenzar ya a trabajar en la tarea de consensuar una iniciativa”.
En este punto, Samper elogió la resolución de las Naciones Unidas, propuesta por la Argentina, que recomienda elaborar un instrumento que proteja de los inversionistas especulativos a los países que tengan que reestructurar sus deudas soberanas. “La intención es que un inversor especulativo, yo diría un chantajista, no pueda utilizar su condición minoritaria excepcional para desconocer los derechos de las mayorías y de paso vulnerar los acuerdos de reesctructuración”.
Destacó en este sentido que, como estas situaciones se dan con inversionistas de diversos países, “el instrumento más apropiado tiene que ser multinacional, para que se acepte en todo el mundo que cualquier país tiene derecho a reestructurar su deuda, contando con la voluntad mayoritaria de los acreedores y que los acreedores minoritarios tienen que respetar este acuerdo”.
Al ser consultado sobre las relaciones de la región con los EEUU, propuso “salirnos un poco del chauvinismo” porque “independientemente de la posición de independencia que tengamos frente a los EEUU, la región ha venido construyendo puentes de identidad mucho más fuertes para afianzarse como un especio autónomo frente al mundo”.
Destacó en este sentido que mientras en el mundo estallan conflictos étnicos, religiosos y políticos “nuestra región sigue comportándose en este momento como un verdadero oasis de paz. No es que aquí no haya conflictos, pero los estamos resolviendo democráticamente. Yo creo que ese tipo de factores de indentidad son mucho más fuertes, crean muchas más convergencia y solidaridad que nuestras diferencias con otros países del mundo”, agregó.
La afirmación dio pié para una consulta sobre la situación de Venezuela, donde se han registrado nuevos episodios de violencia, como el asesinato de un legislador chavista, y se avizoran nuevas confrontaciones como las que motivaron meses atrás la instalación de una mesa de diálogo entre el gobierno y la oposición, con la mediación de la UNASUR y el Vaticano, que se frustró luego de unos pocos intentos.
“Este es un buen momento para marcar diferencias entre el diálogo con la amenaza de la violencia y el diálogo democrático. Si hay buena voluntad de estos sectores yo no tengo ninguna duda de que el presidente (Nicolás) Maduro no tendrá ningún problema en volver a convocar a estos sectores de oposición y sentarse a una mesa para hablar con ellos no sólo de los temas electorales sino de otros temas importantes, como el de la situación económica de Venezuela, que requiere de unos sacrificios de todos los sectores y de todos los ciudadanos, y en este sentido también sería bueno escuchar la voz de la oposición”, dijo Samper.
Aclaró al respecto que “cualquier nuevo esfuerzo que se haga tiene que partir de dos hechos concretos, que es que si el diálogo se vuelve a dar tiene que ser discreto y concreto. Discreto porque esto no puede ser un escenario mediático, con cada parte tratando de conseguir sus propósitos políticos. Y tiene que ser concreto porque tiene que referirse a temas específicos y no a agendas indeterminadas”.
El ex presidente colombiano (1994-1998) destacó además la importancia para su país y para la región de los diálogos de paz que llevan adelante desde hace dos años el gobierno de Juan Manuel Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), sobre cuyo resultado se declaró “optimista, no sólo porque tienen un agenda concreta que han venido desarrollando y resolviendo paulatinamente sino porque lo han hecho de una manera transparente”.
“Le encuentro a este diálogo una condición especial respecto de los anteriores, que es que no gira en torno de las victimarios, en este caso de las FARC, sino que gira en torno de las víctimas. Son esas siete millones de víctimas que ha producido el enfrentamiento armado las verdaderas destinatarias de este mensaje de paz que se está abriendo en La Habana”, agregó.
Télam también consultó a Samper sobre la controversia que genera la participación de Cuba en la VII Cumbre de las Américas, que se realizará en abril de 2015 en Panamá. En el anterior encuentro los países de la UNASUR anticiparon que si el gobierno cubano no era invitado a participar se abstendrían de participar del encuentro, a contrapelo de los deseos de Estados Unidos. La respuesta de Samper fue diplomática pero firme.
“En la última cumbre, en Cartagena, se movieron temas que hubieran sido impensables de abordar en una cumbre interamericana en los últimos años. Por ejemplo el tema de las drogas, en el que personalmente tengo interés en explorar y mover en UNASUR. Y además se habló del tema del embargo a Cuba”, dijo.
A mi me parecería un hecho histórico que se aceptara la presencia de Cuba en la Cumbre de las Américas, porque forma parte en esta realidad y es un país que ha hecho unos grandes esfuerzos por sobrevivir. La comunidad internacional ha condenado sistemáticamente a este embargo que ha colocado a Cuba varias veces en una crisis ya de características humanitarias. De tal manera que sería un hecho histórico que participara y que los países de América lo recibieran como lo están haciendo en la CELAC, y que por supuesto que también lo hicieran los EEUU”, agregó.
No obstante, tomó distancia de la postura expresada por Cuba y Venezuela sobre la necesidad de sacar de Washington a la sede de la OEA, porque “es un escenario en el cual podemos hablar con países que no están en otro escenario”, y volvió a marcar distancias con los discursos fuertemente ideológicos.
“Concretamente en la UNASUR creo que no podemos caer en la trampa de la ideologización de nuestras relaciones. Aquí hay dos o varias visiones distintas de lo que es el desarrollo en la región pero hay una sola región. Y en ese sentido creo que tenemos que desideologizar nuestras relaciones. Hay muchas cosas que nos identifican, muchos temas que nos están comprometiendo solidariamente y hay que trabajar sobre ellos”.
Por último, Samper rechazó la idea de que los eventuales cambios de signo político en los países que la integran puedan afectar la solidez de la UNASUR. “Es más, diría que los tres elementos definitorios de lo que podríamos llamar los principios fundamentales de UNASUR son la paz, los derechos humanos y la democracia” son los que le dan solidez al organismo.
“Todo lo que hemos conseguido en los últimos años en materia de reducción de la pobreza, con 70 millones de pobres menos en 10 años, y en materia de crecimiento económico, lo hemos conseguido sin sacrificar un ápice el proceso de democratización que lleva esta región desde hace 30 años. No ha existido ningún mandatario que haya dejado de someter su nombre o su proyecto político a la refrendación o a la descalificación de los ciudadanos”, explicó.
“La democracia nos permite refrendar nuestros proyectos políticos o cambiarlos sin que necesariamente tengamos que cambiar de escenario. Para ponérselo en términos argentinos, tenemos un gran estadio en el cual pueden jugar diferentes equipos, sin necesidad de cambiar de estadio”, concluyó, apelando a una metáfora futbolera.