Madrid, 19 de mayo de 2014.- El Fondo Monetario Internacional (FMI) dio noticias agridulces en abril a América Latina: la región seguiría creciendo por encima de las economías desarrolladas, pero sus proyecciones para 2014 bajan en medio punto, hasta el 2,5%. A la retirada de estímulos de la Reserva Federal se añade la ralentización de las materias primas, que han puesto en evidencia las carencias de los tejidos productivos de estos países. Esta semana, el director del departamento de América Latina, Alejandro Werner (Córdoba, Argentina), advirtió de que las previsiones pueden reducirse de nuevo y aprovechó su participación en una jornada en Madrid de la Fundación Areces y dar la receta: reformas.
Pregunta. El FMI pide reformas estructurales a las economías de América Latina para afrontar la desaceleración, pero estas no son de efecto inmediato.
Respuesta. América Latina viene de unos años muy buenos, fruto del trabajo en materia macroeconómica, financiera y estructural y muy buen entorno. Y ahora se está produciendo un descenso del precio de las materias primas y una desaceleración de China. Al mismo tiempo, la parte de América Latina que se beneficiaba del mayor dinamismo de EE UU, que es México, aún no está exhibiendo un dinamismo que lo refleje. La expectativa de crecimiento promedio es un punto porcentual inferior al de los 10 años previos, pero la región debe concentrarse en hacer las reformas para detonar un proceso de inversión más acelerada que contribuya al crecimiento en un plazo más corto.
P. ¿De qué depende que las previsiones no sufran otro recorte?
R. En el corto plazo, las sorpresas pueden venir en la parte negativa: en México, donde esperamos un crecimiento del 3% en 2014, los datos del primer trimestre son un poco más débiles de lo esperado porque EE UU tiene un arranque también más débil. En Brasil, el pronóstico es del 1,8% y difícilmente habrá revisión, aunque probablemente las economías de la costa del Pacífico han tenido alguna desaceleración mayor de lo anticipado. Y en Venezuela y Argentina, efecto de las medidas de principios de año. Es probable que este año la situación sea un poco más complicada de lo que muestran nuestras previsiones de abril. En revisión de expectativas, 2014 se puede ver un poco más comprometido de lo esperado, pero el futuro a medio plazo tal vez se vea más favorable de lo que se anticipa.
P. ¿Aún no hemos visto lo peor en la salida de capitales?
R. Vimos un impacto muy importante por los anuncios de política monetaria de Ben Bernanke el año pasado, que dijo que se iban a reducir los estímulos, y se produjo una importante volatilidad y salida de capitales. Para el final del verano el ajuste de los mercados se había completado. Nuestro escenario central es que el ajuste al alza de los tipos va a ser ordenado y la salida de capital también. Además, la mayor parte de países de la región cuenta con bancos bien capitalizados, con elevados niveles de reserva y estructuras de deuda con plazos de amortizaciones cómodas.
P. Las economías dependen con exceso de EEUU o de las materias primas. ¿Dónde pueden encontrar la tercera pata?
R. Esa tercera pata debería ser el crecimiento de inversión derivado de factores internos, una economía más diversificada, el aumento de la productividad y la competencia interna. Por eso deben centrarse en educación e infraestructuras.
P. Pedimos que aumente el gasto pero que al mismo tiempo sean muy disciplinados con él.
R. Lo pueden hacer en un marco fiscal sostenible. En Chile hay un debate muy importante sobre el gasto educativo y la respuesta ha sido una propuesta fiscal totalmente sostenible que dice que en un periodo de cinco años quieren incrementar la recaudación sobre el PIB en tres puntos: dos puntos para educación y otro punto para mejorar la balanza fiscal. Y en la parte de infraestructuras muchos países han perfeccionado las bases de su colaboración público privada para reducir la necesidad de recursos públicos.
P. ¿Es el modelo a seguir por el resto de países?
R. Hay espacios de eficiencia importantes que se pueden ganar en el espacio de gasto público. En la región vemos países que gastan entre uno y ocho puntos del PIB en subsidiar la energía. Eso hace que el sector empresarial esté usando la energía de forma ineficiente y a nivel de las familias estemos dando un subsidio muy regresivo porque es general. Es ineficiente desde el punto de visto energético y redistributivo.
P. Después de estos años de intenso crecimiento, ¿no resultan decepcionantes los avances en la reducción de las desigualdades?
R. Son buenos desde la perspectiva histórica de la región, aunque aún tiene un reto muy importante. Es importante una mejor distribución del ingreso y la convicción de que si no se avanza en la igualdad de oportunidades será más difícil sostener el crecimiento, generar una obra más calificada que te da más crecimiento en el futuro.