Asunción, 7 de agosto de 2014 (PL).- La entrevista con José Felicio, embajador de Brasil en Paraguay, es fluida, agradable, propia del encuentro con un gran conversador que maneja con precisión todos los temas y fija muy directamente la política del gigante suramericano hacia el resto de América Latina.
Embajador antes en Uruguay y Cuba, el diplomático emprende con entusiasmo la presente tarea de mantener y mejorar los vínculos con Paraguay pero también llevar adelante los proyectos económicos y comerciales que son fundamentales para ayudar al Estado guaraní en imprescindibles planes de desarrollo.
Existe en el aspecto económico, más allá de la presencia brasileña en distintas áreas de esa especialidad algo trascendente que une a las dos naciones como expresión física a tener siempre en cuenta: la enorme hidroeléctrica de Itaipú.
Considerada la mayor de su tipo en el mundo, con sus 20 turbinas generadoras de energía y funcionando a plena capacidad, es inevitable punto de referencia a la hora de hablar sobre algo que une a Brasil y Paraguay.
Es uno de los más grandes proyectos binacionales existentes en el planeta, funciona muy bien, rompió el año pasado record de producción mundial y fue construida con recursos brasileños en los años 80, cuando algunos hablaban de una década perdida para América Latina, señaló el embajador.
La falta de industrialización paraguaya le impide consumir toda la parte de electricidad que le pertenece y por ello la vende a Brasil, de acuerdo con el Tratado vigente, lo cual le proporcionó el pasado año ingresos por mil millones de dólares, de acuerdo a Felicio.
De acuerdo a los datos que aporta el comercio bilateral se estima en tres mil millones de dólares sin contar ese pago por la energía y en dos ocasiones la revisión de las cifras de venta de la energía permitieron aumentos del pago brasileño por acuerdos de su Congreso triplicando el monto a recibir por Paraguay.
Siempre hemos tenido en cuenta la asimetría existente en las economías de los socios del MERCOSUR como son Paraguay y Uruguay a fin de ayudarlos a progresar y por eso se creó un Fondo especial de unos 100 millones de dólares en el cual Brasil pone el 70 por ciento de los recursos aportado desde nuestro Presupuesto y del que Paraguay recibe la mayor parte, concretamente 70 millones, para los proyectos que quiera emprender, añadió.
Felicio recordó que, paralelamente, Brasil se hizo cargo de financiar con una parte de tal Fondo y otra de donación una línea de transmisión de energía desde Itaipú hasta Asunción con un costo de 500 millones de dólares y la reparación de las estaciones de distribución para facilitar a los paraguayos ofertar esa energía a las empresas que se instalen en el país.
Ahora estamos ayudando al gobierno paraguayo a traer inversiones de empresas brasileñas, precisamente de las que consumen energía, sobre todo las enclavadas en los estados brasileños vecinos de Matto Grosso do Sul, Paraná y Santa Catarina y ya vemos algunos resultados, pues de toda la inversión extranjera llegada a Paraguay en los últimos dos años lo principal proviene de empresas brasileñas, manifestó Felicio. Puntualizó que esto es algo muy importante para el futuro paraguayo, pues el país va a ganar con la creación de fuentes de trabajo, el cobro de impuestos y las futuras exportaciones de productos hechos aquí, tanto a Brasil como a otros compradores.
Recordó que esa masiva creación de empleos ayudará a resolver uno de los graves problemas existente en Paraguay y reducirá la emigración de sus nacionales al extranjero en busca de trabajo y permitirá el aumento de las exportaciones a Brasil, un mercado de 200 millones de habitantes con poder de compra, además del aumento del turismo brasileño con gastos relevantes en el exterior yel aumento de los lazos culturales en lo cual también trabaja la embajada.
La conversación giró hacia el escenario más amplio de la política brasileña en el ámbito de la integración latinoamericana desarrollada a través del MERCOSUR y también bilateralmente, de acuerdo a sus propias palabras.
Habló sobre la presencia positiva de Brasil en esa colaboración con países como Cuba, Perú y Bolivia, las grandes posibilidades en el Caribe y Centroamérica y la extraordinaria importancia de la reciente reunión del Grupo BRICS con la Unión de Naciones Suramericanas.
Se refirió a la trascendencia de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños y al importante papel jugado por Cuba durante su presidencia de esa nueva instancia y saludó que "allí estamos sin ningún padrino, ni americano ni europeo".
Tenemos un criterio integrador y de desarrollo conjunto, de crecer en conjunto, los países grandes y los más pequeños, para ser mucho más fuertes en la región y encuentros como el sostenido con el grupo BRICS es una oportunidad para acceder a mercados enormes como el de China cuyas inversiones en Brasil superan los 10 mil millones de dólares, planteó.
Esa visión integracionista está presente en la Constitución brasileña y estamos confiados que promocionando nuestras economías y con un fuerte mercado interno regional podemos despegar definitivamente, concluyó.