Islas Galápagos, Ecuador, 26 de mayo de 2014 (PL).- La Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) decidió colaborar con las gestiones necesarias para que Cuba esté presente en la próxima Cumbre de las Américas, a celebrarse en 2015 en Panamá.
La decisión quedó plasmada en una declaración emitida al término de la reunión de ministros de Relaciones Exteriores del bloque regional, que durante dos días sesionó en Santa Cruz, una de las islas de este archipiélago ecuatoriano ubicado a unos mil kilómetros al oeste de la plataforma continental.
El texto recuerda que en la anterior Cumbre de las Américas realizada en la ciudad colombiana de Cartagena de Indias en 2012, los mandatarios latinoamericanos, y en particular los suramericanos, se pronunciaron a favor de que la isla caribeña esté presente de forma incondicional, y en plano de igualdad en esas citas auspiciadas por la Organización de Estados Americanos (OEA).
En esa ocasión, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, declinó asistir a la reunión, en protesta por la exclusión de la nación antillana.
Por definición, no puede denominarse Cumbre de las Américas a una reunión de la cual un país americano es intencional e injustificadamente relegado. Se ha hablado de falta de consenso, pero todos sabemos que se trata del veto de países hegemónicos, situación intolerable en nuestra América del Siglo XXI, aseveró Correa en una carta que envió entonces a su colega colombiano Juan Manuel Santos.
Los cancilleres de la UNASUR, grupo integrado por Argentina, Brasil, Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela, anunciaron este viernes aquí que sus gestiones a favor de la participación de Cuba en la reunión de Panamá comenzarán en la Asamblea General de la OEA, prevista para realizarse en la capital paraguaya en junio próximo.
En ese encuentro, el Grupo de Revisión de Implementación de Cumbres discutirá elementos relacionados con la cualidad de la cita que tendrá lugar en el país istmeño en 2015.
Cuba fue expulsada de la OEA en 1962 como resultado de las presiones ejercidas por Estados Unidos, y aunque la suspensión fue levantada en 2009, el gobierno de la isla caribeña declinó la invitación a volver a integrarse a esa organización panamericana con sede en Washington.