Brasilia, 3 de diciembre de 2014 (EFE).- La Cumbre que la UNASUR celebrará esta semana en Ecuador puede suponer un nuevo empujón político para una posible negociación comercial entre el MERCOSUR y la Alianza del Pacífico, que tiene entre sus promotores a Chile y Brasil.
La nueva cita de la Unión Suramericana de Naciones (UNASUR) se celebrará mañana jueves y el viernes próximos en Guayaquil y Quito, y tendrá como invitados a representantes de diversos organismos regionales, así como al canciller mexicano, José Antonio Meade.
"México es miembro de la Alianza del Pacífico; es observador en el MERCOSUR y ha sido invitado a asociarse a la UNASUR", dijo a Efe un diplomático brasileño para justificar la invitación a Meade.
Sin embargo, apuntó que en la Cumbre de Quito esa presencia de México "será muy significativa", pues así la Alianza del Pacífico, que completan Chile, Colombia y Perú, estará representada por completo.
"El acercamiento entre la Alianza y el MERCOSUR sin duda será tratado en la Cumbre, pues estarán todos los interesados y con ello hasta pudiera haber un pronunciamiento político" sobre el asunto, indicó.
Aludió así a que los cinco miembros del MERCOSUR (Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Venezuela) son socios de la UNASUR junto con Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Guayana, Perú y Suriname.
Aunque la UNASUR es un foro de carácter puramente político, el secretario de la cancillería brasileña para Suramérica, Antonio Simões, observó esta semana que ese organismo también genera debates para "identificar mejor la enorme potencialidad" de una región rica en recursos naturales.
Esa "potencialidad" es lo que ha impulsado en los últimos meses un inicio de contactos entre la Alianza del Pacífico y el MERCOSUR, con los que este último bloque persigue superar el "aislamiento comercial" que le critican los sectores privados de todos sus miembros.
En los últimos años, el MERCOSUR se ha estancando en lo comercial y sus rígidas reglas mantienen atenazados a sus socios, pues impiden que negocien individualmente acuerdos con otros bloques o países.
La dilatada negociación con la Unión Europea (UE), que ya lleva más de una década, se ha atascado otra vez este año, por lo que el MERCOSUR sólo tiene en su horizonte más próximo la posibilidad de un acuerdo con la Alianza del Pacífico.
De hecho, en los últimos meses, ambos bloques latinoamericanos ya han celebrado dos reuniones a nivel ministerial -en Cartagena de Indias (Colombia) y Santiago de Chile- con miras a identificar oportunidades de negocios y áreas de cooperación.
La presidenta chilena, Michelle Bachelet, se ha erigido como la principal patrocinadora de ese acercamiento, que en su opinión no llevará a una "fusión" de ambos bloques, pero sí puede permitir que "el Atlántico y el Pacífico se abran juntos a otros mercados".
Bachelet cuenta para ello con la complicidad de la mandataria brasileña, Dilma Rousseff, que en octubre pasado fue elegida para un nuevo mandato de cuatro años que comenzará el próximo 1 de enero.
Si algunos analistas dudaban de la real voluntad de Rousseff de sumarse a la iniciativa de Bachelet, este misma semana la presidenta de Brasil le hizo un guiño a las posibilidades que ofrece la Alianza del Pacífico al anunciar al senador Armando Monteiro como futuro ministro de Industria y Comercio Exterior.
Monteiro ha sido presidente de la Confederación Nacional de la Industria (CNI), patronal que desde el nacimiento de la Alianza del Pacífico demanda una integración entre ese bloque y el MERCOSUR.
En sus primeras declaraciones tras su nombramiento, Monteiro se refirió al asunto y, completamente en línea con lo que plantea Bachelet, afirmó que "se puede promover un acuerdo con los países de la Alianza del Pacífico", pues ofrecería "unas nuevas perspectivas comerciales" para Brasil.
Esas "nuevas perspectivas" a las que aludió el ministro fueron reflejadas en un completo informe publicado la semana pasada por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Según ese estudio, el MERCOSUR y la Alianza del Pacífico juntos representan más del 80 % del comercio exterior y de la población regional, así como más del 90 % de su Producto Interno Bruto (PIB) y de sus flujos de inversión extranjera directa.
En opinión de la mexicana Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la CEPAL, "un proceso de integración de características regionales parece más adecuado a los signos de los tiempos" y, para ello, "una gradual convergencia entre la Alianza del Pacífico y el MERCOSUR podría constituir un catalizador decisivo".