Santiago, 12 de marzo.- El programa electoral de la actual presidenta de Chile, Michelle Bachelet, subraya el refortalecimiento de la integración con América Latina, articulando -además- estrechas relaciones con el Asia Pacífico.
En los párrafos del documento se destaca "recuperar las relaciones de entendimiento y cooperación con Brasil y Argentina" y mejorar las relaciones vecinales con Perú y Bolivia, deterioradas durante el gobierno de Sebastián Piñera.
Se propone "generar puentes de entendimiento por sobre diferencias ideológicas y subregionales", retomando la política del primer gobierno bacheletista (2006-2010).
Para ello, el programa indica que la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR) debe ser "el punto de confluencia de las iniciativas de integración de América del Sur", mientras la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) sea una instancia de "coordinación política".
"Chile debe valorizar positivamente la diversidad que caracteriza a América Latina y enfrentar efectivamente los desafíos que plantean nuestras relaciones vecinales", se afirma en el texto.
Se diagnostica que Chile ha perdido presencia en la región, sus relaciones vecinales son problemáticas y se ha impuesto una visión comercial sobre los vínculos políticos.
Tras el fallo de La Haya sobre los límites fronterizos con Perú, que no fue favorable para Chile, este país enfrenta una nueva demanda territorial, la de Bolivia, que busca "obligar al país a negociar una salida al mar".
La invitación que hizo Bachelet para que el presidente Evo Morales asistiera al cambio de mando es un hecho positivo para mejorar las relaciones bilaterales.
En su primer gobierno, la mandataria desarrolló una agenda de colaboración de 13 puntos con Bolivia, donde por primera vez, se incluyó el tema del mar, la cual fue desechada por la administración posterior de Sebastián Piñera.
Incluso, Bachelet ofreció en su momento -sin soberanía- un área en el norte de Iquique a Bolivia para que construyera instalaciones portuarias, pero ello fue cancelado por el ahora ex mandatario bajo el argumento de que "el país no podía dividirse en dos".
En 2012, Chile fue elegido miembro del Consejo de Seguridad de la ONU por dos años, lo que significó un reconocimiento a su política exterior, y también un compromiso para contribuir a la paz y seguridad internacionales, lo cual eleva la responsabilidad internacional del nuevo gobierno.
Otro punto que cambia en la política exterior chilena es su apreciación sobre la Alianza del Pacífico, integrada por Chile, Perú, Colombia y México, suscrita en el 2012 por los cuatro gobiernos de tendencia conservadora.
Bachelet ha insistido en que "se puede continuar con cualquier iniciativa que incluya a los países del Pacífico, pero sin exclusión ideológica o de otro tipo", al haberse dejado fuera a los países de la región con aguas al Atlántico, como Brasil, Argentina y Uruguay, de tendencia de izquierda.
Chile en esa iniciativa no aceptará exclusiones ni antagonismos con otros proyectos de integración de la región, en los que también participa, como el MERCOSUR, e impulsará a la Alianza del Pacífico "como una plataforma comercial para proyectarse colectivamente en la región asiática".
Sobre el área Asia Pacífico, el nuevo gobierno proyectará, como prioridad, la articulación de relaciones más estrechas, pero flexibles en intensidad, con la región del Asia Pacífico.
Durante su primer mandato, la mandataria visitó en varias esa zona geográfica, la cual ha sido fundamental para que su país diversifique y amplíe sus exportaciones no sólo de cobre y otros minerales, sino también otros productos, como los agrícolas.
Respecto a China, se prevé que la administración de Bachelet refuerce los lazos políticos, económicos y culturales. La mandataria visitó varias veces a este país y se entrevistó en seis ocasiones con el ex presidente Hu Jintao.
Durante su primer mandato se produjo la entrada en vigencia en 2006 al Tratado de Libre Comercio, cuyos intercambios superan los US$30.000 millones de dólares. Se espera que Bachelet asista este año a la Cumbre del Foro de Cooperación Asia Pacífico (APEC), que se realizará en Beijing.
Por otro lado, Chile buscará en adelante consolidar su condición de "país puerto" y "país puente" entre las naciones latinoamericanas del Atlántico Sur y el Asia Pacífico, para mejorar la interconectividad y aumentar la capacidad de sus puertos y perfeccionar los servicios.
En cuanto al llamado Acuerdo Transpacific Partnership (TPP) de libre comercio, que Estados Unidos intenta sea aprobado lo más rápido posible, "Chile se debe hacer una revisión exhaustiva de sus alcances e Implicaciones", dice el documento.
Chile proyectará una política abierta, progresista, mejorando sus lazos con los vecinos, fortaleciendo la unidad latinoamericana y ampliando sus relaciones con la región del Asia Pacífico.