Washington, 3 de febrero (BBC).- El presidente saliente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, le dejó una suerte de regalo a su sucesora Janet Yellen y a los llamados mercados emergentes, entre ellos, muchos países de América Latina.
En su última reunión al frente del Banco Central estadounidense, Bernanke aprobó continuar la reducción del estímulo financiero anunciada en diciembre, que pasa de los US$85.000 millones mensuales del año pasado a US$65.000 millones hoy.
El anuncio causó pérdidas en los mercados bursátiles globales, incluidos los del mundo desarrollado.
El autor de "La arquitectura financiera internacional" y coordinador del Observatorio Latinoamericano, Oscar Ugarteche, indicó a BBC Mundo que hay dos vías por las que la nueva política monetaria está afectando a América Latina.
Por un lado, explicó, "hay un reflujo de los capitales de corto plazo que se habían ido a países en desarrollo para especular con las tasas de interés y la cotización de las monedas en momentos en que Estados Unidos y el mundo desarrollado no ofrecía rentabilidad a sus inversiones".
Por el otro, dijo que se está evaporando la especulación en torno a las materias primas, que había subido sus precios en un 50%.
Los más afectados
La crisis es al mismo tiempo generalizada y con características específicas para cada nación.
El peso argentino y el bolívar fuerte venezolano sufrieron fuertes embates este mes de enero, arrastrados a la vez por su elevada inflación.
El real brasileño, el peso mexicano y el sol peruano cayeron casi un 2%, el peso de Chile casi un 3% y el de Colombia más del 3%.
"Si los flujos financieros de corto plazo están cerca de un 100% en relación con las reservas, como es el caso de Brasil, Chile y México, habrá fuertes remezones", indicó Ugarteche.
Y agregó: "También se verán muy expuestas las empresas que se estaban financiando con crédito internacional porque la tasa estaba muy baja, porque con un tipo de cambio muy depreciado las deudas cuestan mucho más".
Impacto sobre las materias primas
En el terreno de las materias primas, baluartes del crecimiento latinoamericano de la última década, los metales cayeron casi un 12% en los últimos 12 meses, el cobre un 10%, la soja un 22,3%, el café un 27%.
Países como Chile y Perú, muy dependientes de los precios de materias primas, también sufrirán una dura merma en sus ingresos.
En el caso de Chile, esto puede complicar su creciente déficit de cuenta corriente.
El anuncio de Bernanke, que produjo un aumento del dólar del 0,3%, contribuyó a una nueva caída del precio del cobre que alcanzó su valor más bajo en dos meses.
Según indicó a BBC Mundo el jefe del departamento de commodities del Saxo Bank, Ole Hansen, la presión sobre la mayoría de los productos primarios seguirá a la baja.
"La fuga de la inversión especulativa en las materias primas continuará por lo menos en este primer trimestre, teniendo en cuenta que la política actual de relajamiento del estímulo monetario seguirá adelante. De manera que tenemos por delante un año de mucha volatilidad", indicó a BBC Mundo.
El contagio
En un mundo globalizado otro de los peligros es el contagio, por ese espíritu de manada que suele regir entre los inversores, ayudado por la rápida simplificación con que distintos países son etiquetados y empaquetados con el mismo rótulo de "riesgosos".
El etiquetado puede llamarse "mercados emergentes", "Brics" o los "cinco frágiles". El impacto es diseminar la crisis por todos lados.
Sucedió con el tequilazo de 1995, la crisis asiática de 1997 y la rusa de 1998.
Esta crisis no es diferente. El "jueves negro" del peso argentino la semana pasada fue uno de los disparadores de la depreciación de la moneda en Turquía, Indonesia, India y varios países latinoamericanos.
Uno de los misterios es si este contagio se va a disparar hacia el mundo desarrollado provocando una crisis global.
"Algo de eso estamos viendo con la caída de los mercados bursátiles del mundo desarrollado. La realidad es que los mercados bursátiles de los países ricos están desalineados respecto al crecimiento del producto interno bruto, es decir, están viviendo una burbuja bursátil", indicó a BBC Mundo Ugarteche.
Estas burbujas bursátiles suelen convertirse en inmobiliarias y diseminar su impacto sobre el resto de la economía creando espejismos de crecimiento que tarde o temprano se desmoronan con la implacable velocidad de un dominó.
El peligro es global. Un estornudo del mundo desarrollado tiene el potencial de provocar un resfrío o algo peor en el planeta.
La contraofensiva y sus peligros
La presión sobre las monedas de América Latina y de los llamados "mercados emergentes" ha llevado a un aumento de las tasas de interés para volver más atractiva la divisa local y frenar la marcha de los capitales de corto plazo o la búsqueda de refugio en el dólar.
El presidente del Banco Central de Brasil Alexandre Tombini, que elevó este enero la tasa de interés a un 10%, alertó sobre la amenaza que se cierne sobre los países en desarrollo.
"Tenemos que contener la aspiradora de dinero del mundo desarrollado", dijo Tombini.
La subida de la tasa de interés es un recurso de última instancia -encarecer el precio del dinero para consumidores y productores- que han emprendido en los últimos días Turquía, India y Sudáfrica.
El resultado es incierto y tiene sus riesgos.
En Turquía el gobierno prácticamente dobló las tasas de interés y después de una breve recuperación el valor de la lira volvió a desplomarse. Algo similar pasó con el rand de Sudáfrica.
Pero el margen de maniobra no es muy grande: o se permite que la moneda se deprecie con el consiguiente riesgo de una disparada inflacionaria por el aumento de las importaciones o se incrementa la tasa para atraer capitales especulativos que sostengan el valor de la divisa.
La consultora internacional Capital Economics considera que entre los que se inclinan por la segunda opción se encuentran el mismo Brasil, Indonesia, Tailandia, Chile y Perú.
Es una política con costos para el conjunto de la economía.
"Chile y Perú necesitarían en realidad bajar las tasas de interés para estimular el crecimiento, pero no pueden exponerse a hacerlo", señala Neil Shearing de Capital Economics.
El encarecimiento del dinero -aumento de las tasas de interés- frena el consumo y es particularmente cruel con los deudores que de la noche a la mañana ven aumentar el costo de los préstamos contraídos, todo lo cual puede tener un desestabilizador impacto social y político sobre todo en los países que tienen elecciones este año, como Brasil, India, Indonesia, Turquía y Sudáfrica.
"Es un pésimo comienzo de año. Los países en desarrollo van a perder capacidad importadora por la depreciación de sus monedas; y la tasa de crecimiento, que ha sido relativamente alta, se va a reducir a niveles europeos, del 0,5% o 1%", vaticinó a BBC Mundo Oscar Ugarteche.