Santiago, 5 de febrero.- Continuar avanzando en la reducción de la pobreza y la desigualdad exige prestar atención a los mercados de bienes y servicios de tecnología moderna, en particular los vinculados a la información y las comunicaciones, dijo Mario Cimoli, Director de la División de Desarrollo Productivo y Empresarial de la CEPAL, al inaugurar en Santiago, Chile, el seminario Promoviendo la computación en la nube en Europa y América Latina.
“Poco se piensa en la tecnología como componente fundamental de la política de inclusión. Sin embargo, las políticas para fomentar la computación en la nube en particular y el uso de las TIC en general son fundamentales para reducir la desigualdad debido a su potencial para transversalizar servicios sociales como la salud o hacer más competitivas a las pymes”, explicó Cimoli.
Estos impactos de la computación en la nube se analizan hoy en un taller organizado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la Comisión Europea, con el apoyo de la CAF – Banco de Desarrollo de América Latina, la Subsecretaría de Telecomunicaciones de Chile, la Fundación País Digital y la Cámara de Comercio de Santiago.
Europa y América Latina tienen desafíos comunes en esta área, comentó Ken Ducatel, Jefe de Unidad de DG CONNECT E2 de la Comisión Europea, al presentar un panorama de la estrategia de cloud computing que está siendo implementada por el bloque, la cual busca aprovechar el potencial de esta tecnología en términos de aumento de la productividad y creación de empresas y puestos de trabajo, entre otros objetivos.
Mauricio Agudelo, de la CAF-Banco de Desarrollo de América Latina, señaló que “las nuevas tecnologías son de interés para el desarrollo de la región”, mientras que Catalina Achermann, de la Subsecretaría de Telecomunicaciones de Chile, destacó la importancia del evento como continuidad del trabajo del Diálogo Regional de Banda Ancha creado en 2010 y que hoy congrega a 10 países de América Latina, con la CEPAL como secretaría técnica.
Aunque existe la percepción de que los bienes de tecnología avanzada son accesibles solo a los sectores más ricos de la sociedad, la realidad es diferente, planteó Cimoli. Una vez superadas las necesidades más básicas (alimentación, vivienda, vestimenta), los grupos recientemente salidos de la pobreza demandan gran cantidad de bienes y servicios relacionados con el entretenimiento (televisores de cierta calidad y consolas de juegos) y con las comunicaciones personales (teléfonos inteligentes con acceso a redes sociales y redes de distribución de contenido).
Los bienes que soportan estos servicios, si bien no están estrictamente en la frontera tecnológica, están cerca de ella y tienen pocos años de rezago, como los teléfonos 3G (incluso en régimen de prepago) o las tabletas básicas con acceso a WiFi. Las redes que posibilitan el acceso a estos bienes, en tanto, están más cerca de la frontera tecnológica y son construidas con bienes de capital y software de frontera desarrollados por empresas líderes en el mundo.
En este contexto, la computación en la nube es fundamental para reducir costos en la provisión de servicios y la creación de empresas, particularmente pequeñas, que pueden evitar la inmovilización de inversiones en equipos caros, generalmente subutilizados. Estimaciones recientes para la Unión Europea, Estados Unidos y países latinoamericanos, como Argentina y Brasil, muestran que la masificación de la computación en la nube impulsaría la creación de decenas de miles de pequeñas empresas y centenares de miles de empleos.