Bridgetown, 5 de marzo (EFE).- El gobernador del Banco Central de Barbados, Delisle Worrell, pidió a los países del Caribe con tipo de cambio fijo en sus monedas respecto al dólar estadounidense que no recurran a la devaluación como forma de dar estabilidad a sus economías.
Worrell señaló a Efe que esa recomendación no solo cuenta para Barbados, el valor de cuyo dólar local está fijado en 50 centavos de la moneda estadounidense, sino que es extensible al este del Caribe, Bahamas, Belice y otros países con monedas estables en la región.
"No tiene sentido modificar el tipo de cambio", indicó el funcionario, tras destacar que la política monetaria de pequeños países de la región como Barbados debe quedar bajo la supervisión de los respectivos bancos centrales.
Añadió que la política monetaria debe ser controlada por profesionales de bancos centrales que promuevan políticas en favor de la confianza, valor directamente relacionado con la estabilidad monetaria.
Worrell insistió en que esa recomendación es extensible a los países de la Organización de Estados del Caribe Oriental (OECS), Bahamas y Belice, cuyas monedas, dijo, permanecen estables gracias a que mantienen su valor.
El funcionario señaló que, en cualquier caso, bajo su punto de vista solo debería haber una moneda en el mundo, ya que todos los valores son artificiales.
"Es una medida comparativa al no tener las monedas valor por sí mismas", indicó Worrell.
Aseguró que si hubiera que elegir entre el dólar estadounidense y el de Jamaica cualquiera apostaría por el primero, pero que en el caso de la moneda de Barbados en relación a la estadounidense se podría escoger, sin temor, la del país caribeño por tratarse de un valor que no está sujeto a cambios.
Worrell recordó sobre la política monetaria en el área que en mayo de 2011 los países de la Comunidad del Caribe (CARICOM) anunciaron un retraso en el objetivo del establecimiento de una moneda única para los quince estados miembros.
Los países del CARICOM reconocieron que el proceso de establecimiento de una moneda propia llevará más tiempo del esperado y que sería mejor, previamente, consolidar un mercado único antes de avanzar hacia disponer de una divisa común.