Ciudad de México, 31 de octubre de 2014.- Más de 30 autoridades de Latinoamérica y del Caribe se reúnen hasta hoy 31 de octubre para discutir cómo seguir ampliando los resultados sociales y económicos y evitar retrocesos, a pesar de la reducción del ritmo del progreso en la región en los últimos cuatro años.
Los ministros, ministras, especialistas del área de desarrollo social, hacienda, planificación, trabajo y seguridad social de casi 30 países de la región inician ayer el 7o Foro Ministerial para el Desarrollo en América Latina y el Caribe debatiendo maneras de mejorar los instrumentos de distribución y de medir las múltiples dimensiones de progreso y bienestar, más allá del ingreso.
El Foro Ministerial, una reunión organizada anualmente en Nueva York por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) con el apoyo de la Cooperación Española, se realiza por primera vez este año en México, con la alianza de la Secretaría de Desarrollo Social del Gobierno de México (Sedesol).
Este año, dos vicepresidentes, de Republica Dominicana y de Uruguay, se suman a los y las ministras de países como Argentina, Bolivia, entre otros.
Tras el impresionante progreso de la región en la última década, el ritmo de la reducción de la pobreza y la desigualdad ha disminuido según estudios recientes del PNUD.
“La situación pide tanto un enfoque en el crecimiento inclusivo como en la expansión de la protección social”, dijo la Administradora del PNUD, Helen Clark.
“El futuro progreso tiene que ser inclusivo para la juventud, los pueblos indígenas y afrodescendientes, personas con discapacidad y los adultos mayores”.
“El Gobierno mexicano ha fortalecido los lazos de cooperación entre el PNUD, a través de Sedesol, mediante la exposición de los aspectos centrales de la política social de nueva generación impulsada por el Presidente Enrique Peña Nieto para hacer efectivos los derechos constitucionales de los mexicanos a la nutrición, la salud y el empleo” indicó la Secretaria de Desarrollo Social, Rosario Robles.
Para el PNUD el progreso, mejor entendido como el bienestar de las personas, va más allá del ingreso: salud, educación, vivienda adecuada son sólo algunos de los varios elementos.
Esto ya ha sido reconocido por países como Brasil, Colombia y México, por ejemplo, que se basan en mediciones de pobreza multidimensional. Factores como cuánto tiempo trabajan los hombres y las mujeres en el hogar y en el ambiente laboral también tienen gran importancia, así como el empoderamiento y la dignidad.
“La idea es tener herramientas además de las medidas de ingreso y la desigualdad para luchar contra las privaciones en otras dimensiones, mas allá de la pobreza, como cocinar sin electricidad,” explico Sabine Alkire, Directora de la iniciativa de Pobreza y Desarrollo Humano de la Universidad de Oxford.
“Nuestro objetivo no es medir la pobreza, pero erradicarla. Entonces la cuestión es cómo utilizar mejores políticas para producir los cambios institucionales para erradicar la pobreza”.
Tras la década de bonanza económica y reducción de la pobreza y la desigualdad en América Latina y el Caribe del 2002-2012 el PNUD ha medido una reducción en el ritmo de esos avances. Según un estudio reciente si entre 2002 y 2007 la tasa de reducción de población pobre (con ingresos menores a cuatro dólares al día) fue de aproximadamente 4.4% anual, entre 2007 y 2012 alcanzó apenas el 2.8%. De la misma manera, entre los años 2000 y 2012, el ritmo de la reducción de la desigualdad disminuyó en 16 de los 18 países sobre los cuales se cuenta con información comparable, con una tasa de disminución del 0.9% anual.
Sin embargo, el PNUD alerta que la falta de protección social -incluso para la población más vulnerable como las mujeres, los afrodescendientes e indígenas- podría revertir el progreso en reducción de pobreza en la región, según el estudio reciente.
Durante dos días las autoridades latinoamericanas y caribeñas discuten una agenda social para el futuro de la región que incluya metas ambiciosas de progreso multidimensional; instrumentos más efectivos de distribución de ingreso; políticas para un crecimiento económico con mayor inclusión social, y la solidez institucional necesaria para asegurar mejores resultados sociales.
“Las experiencias y los conocimientos recogidos en la trayectoria de la región son significativos, y es importante compartirlos, incluso más allá de América Latina y el Caribe,” concluyo Helen Clark.
“El momento de hacerlo es ahora, ya que los Estados miembros de la ONU empiezan a diseñar la agenda de desarrollo global que reemplazara a los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) en la era posterior al 2015”.